Leyendo un texto de historia por estos días, me sentí viviendo en la Edad Media, más exactamente esa que se conoce como la Alta Edad Media, esa misma en la que luego de constantes invasiones externas y fuertes guerras –de las que Colombia no ha salido – se sufrieron varios cambios económicos, sociales, políticos y culturales en los cuales se destacó la despoblación de las ciudades, la sustitución de los modos de producción esclavista por el modo de producción feudal, donde unos pocos terratenientes se adueñaron de las tierras y de sus habitantes.
Como si fuera poco esta época conocida también como el oscurantismo provocó marcadas desigualdades sociales, que permitieron este sistema social actual en el que estamos inmersos, un sistema jerárquico organizado de tal forma que los más poderosos y ricos estuviesen arriba y los más desfavorecidos y pobres en la parte inferior – bien inferior – de la pirámide.
No bastando con lo anterior el cristianismo y la iglesia poseían – y poseen- un poder indiscutible sobre la sociedad. Durante el Medioevo la iglesia se consolidó como una estructura organizada y fuerte, lo que conllevó a un teocentrismo en el que la Biblia era el centro y nadie podría pensar diferente a los mandatos que dictaba la iglesia. Nada alejado de la actual situación que se vive debido a la gestión del Procurador Alejandro Ordoñez, como lo han manifestado ex funcionarios de esta cartera y comunidades LGBTI sólo por listar a unos pocos.
Ahora bien, en Colombia actualmente muchas de las tierras están ocupadas por multinacionales, grupos empresariales, terratenientes quienes junto con paramilitares y la militarización de los territorios han generado desplazamientos y más desigualdad y pobreza, que sigue ubicando a los campesinos en la parte final de la pirámide de la que hablábamos al principio y a Colombia como el tercer país más desigual del mundo.
ASCAMCAT – Asociación Campesina del Catatumbo - ha indicado recientemente que más de 114.967 personas han sido desplazadas, es uno de los promedios más altos en la historia y, en el norte de Santander predomina el latifundio sobre la pequeña propiedad, el 59,94 % de la población minifundista posee apenas el 9,30 % de la tierra.
En materia de democracia institucional, la más reciente encuesta conocida en abril de Ipsos Public Affairs reconocida empresa encuestadora, muestra que 75% de los ciudadanos no confía en el Congreso de la república, un 71% no confía en la justicia colombiana, un 65% no confía en las altas Cortes y un 52% no confía en la Procuraduría, sólo por nombrar algunos de la lista.
Y en materia de arte, las instituciones gubernamentales invierten poco en contenidos independientes, críticos y diferentes. Y cuando hay un mínimo de inversión, en su gran mayoría son convocatorias amarradas y en algunos casos compradas para que el amigo, del primo, del tío que tiene un grupo de neo punk rock fusión gane la convocatoria.
Por último, si usted piensa diferente, dice cosas que están en contra del pensamiento estatal y gubernamental, si marcha, si se moviliza, si exige, déjeme decirle que usted es un hereje, término que ha evolucionado a terrorista.
Entonces, Colombia ¿está o no en la edad media?
Ahora bien, en Colombia actualmente muchas de las tierras están ocupadas por multinacionales, grupos empresariales, terratenientes quienes junto con paramilitares y la militarización de los territorios han generado desplazamientos y más desigualdad y pobreza, que sigue ubicando a los campesinos en la parte final de la pirámide de la que hablábamos al principio y a Colombia como el tercer país más desigual del mundo.
ASCAMCAT – Asociación Campesina del Catatumbo - ha indicado recientemente que más de 114.967 personas han sido desplazadas, es uno de los promedios más altos en la historia y, en el norte de Santander predomina el latifundio sobre la pequeña propiedad, el 59,94 % de la población minifundista posee apenas el 9,30 % de la tierra.
En materia de democracia institucional, la más reciente encuesta conocida en abril de Ipsos Public Affairs reconocida empresa encuestadora, muestra que 75% de los ciudadanos no confía en el Congreso de la república, un 71% no confía en la justicia colombiana, un 65% no confía en las altas Cortes y un 52% no confía en la Procuraduría, sólo por nombrar algunos de la lista.
Y en materia de arte, las instituciones gubernamentales invierten poco en contenidos independientes, críticos y diferentes. Y cuando hay un mínimo de inversión, en su gran mayoría son convocatorias amarradas y en algunos casos compradas para que el amigo, del primo, del tío que tiene un grupo de neo punk rock fusión gane la convocatoria.
Por último, si usted piensa diferente, dice cosas que están en contra del pensamiento estatal y gubernamental, si marcha, si se moviliza, si exige, déjeme decirle que usted es un hereje, término que ha evolucionado a terrorista.
Entonces, Colombia ¿está o no en la edad media?
