Así como lo escribí haces unos meses (y aún lo sigo pensando)
, uno tiene que aceptar qué es lo que verdaderamente le gusta y quién verdaderamente le gusta, para poder tener una identidad propia. Es todo un proceso de descubrimiento personal, una travesía hacía el yo verdadero, una epifanía de las cosas y personas a las que somos afines (parece que me hubiera fumado la pipa de la paz completa para poder escribir esto, pero sólo es el reflejo de estar llena después de almuerzo).
, uno tiene que aceptar qué es lo que verdaderamente le gusta y quién verdaderamente le gusta, para poder tener una identidad propia. Es todo un proceso de descubrimiento personal, una travesía hacía el yo verdadero, una epifanía de las cosas y personas a las que somos afines (parece que me hubiera fumado la pipa de la paz completa para poder escribir esto, pero sólo es el reflejo de estar llena después de almuerzo).Desde que terminé una relación que tenía (o mejor, a raíz de haber terminado, o mejor.. gracias a que he terminado), he descubierto que, aunque me de pena aceptarlo en público, me gustan los libros de superación personal, de autoyuda, de chocolate y caldos de pollo para el alma, de autoestima, de kamasutra espiritual, en fin... cualquier título que uno pueda llevar al baño y quedarse más de 10 minutos, capta inmediatamente mi atención.
El otro día, un amigo que también anda en esta onda, me invitó a comer y mientras nos tomábamos una infusión de cualquier mata exótica (porque eso hace parte de la fantochada) me empezó a hablar de una obra que cambió su vida. Si, como lo leen: CAM-BIÓ SU VI-DA (con ojo abierto y palma de la mano extendida).
La obra se llama "Los Cuatro Acuerdos", la escribió un médico mexicano que se llama Miguel Ruiz y es un libro de soterología tolteca (cuando leí la primera vez entendí SOLTEROLOGÍA tolteca y ahí mismo dije.. juepucha si ya esto es una ciencia, ahora si nos fregamos). La soterología estudia o proporciona una doctrina de salvación para poder lograr un equilibrio personal, emocional, mental y social y los toltecas eran una poderosa cultura mesoamericana. En conclusión, sumando los dos conceptos, este libro revela el misterio de esta cultura arqueológica para llevar una vida en perfecto equilibrio. ¿Quién no queda atrapado con esta introducción?
Empecé a ojear el libro y empecé a descubrir los famosos acuerdos toltecas que me permitirán vivir mejor y en perfecta armonía.
El primer acuerdo es "SE IMPECABLE CON TUS PALABRAS". De una vez descubrí porque mi vida andaba mal. Digo groserías al buen estilo de parrillera de moto, a veces digo las cosas sin filtro alguno y cuando estoy en audiencias engaño verbalmente al mejor de político veintejuliero. ¡Ah! Y qué decir de cuándo me reúno con mis otros amigos que tampoco son impecables con sus palabras y además de hablar mal del prójimo, hablamos basura por montones (esto va dirigido a mi amigo el miniministro que me introdujo en este arte).
El segundo acuerdo es "NO TE TOMES NADA PERSONAL". ¿Qué qué? Toda la vida he creído que todo es personal. Si no me llaman es personal, si en el banco me tratan mal es personal, si en el Éxito dejaron de vender mermelada dietética es personal, si en el bus no hay puesto es personal. Toda reina del drama cree que cada evento en su vida gira alrededor de ella. Pero de acuerdo con los toltecas nada tiene que ver con uno. Esto me da un fresquitoooo....
El tercer acuerdo es "NO HAGAS SUPOSICIONES". Este acuerdo me causó mucha curiosidad, sobre todo cuando en mi casa, con mi compañera de apartamento, parecemos pitonisas expertas de La Caracas. Yo he mandado de viaje a gente, he interpretado sueños, he ennoviado a personas, me he echado del trabajo, he creído en la fidelidad, en las mejores amigas y en la buena fe de las personas.
El cuarto acuerdo es "HAZ SIEMPRE LO MÁXIMO QUE PUEDAS". Aún sin conocer que esto era un acuerdo, salvo subir a Monserrate e ir al gimnasio que ya pagué hasta el 2015, siempre intento hacer lo máximo que pueda en el plano personal, laboral y sentimental.
Con estas cuatro píldoras de sabiduría uno debería poder vivir espléndidamente. Sin embargo, siempre he desconfiado de las cosas tan simples. Uno no puede ser feliz tan sólo poniendo en práctica estas cuatro pendejadas o con simplemente comer, rezar y amar. NO. Es necesario sumarle un par de cosas, con el debido respeto a los toltecas y al Dr. Ruiz.
Si me hubieran preguntado, a los cuatro acuerdos para vivir una vida en armonía les sumaría:
1. "NO TE MONTES UN ASCENSOR CUANDO HAYA MUCHA GENTE Y SI ES POSIBLE NO SUBAS CON UNA TAZA DE CAFÉ LLENA Y/U OLIENDO A CIGARRILLO".
2. "NO TE PONGAS PIEZAS DE ROPA INTERIOR QUE NO COMBINEN ENTRE ELLAS".
3. "NO COMAS NI CEBOLLA NI AJO ANTES DE UNA REUNIÓN (DE CUALQUIER TIPO DE REUNIÓN".
4. "NO MANEJES CUANDO PLANEES TERMINAR CON TU PAREJA".
5. "NO BAILES COMO UN(A) TÍO (A)"
6. "ADMIRA Y APRECIA A RICARDO ARJONA".
7. " CUIDA TUS VERDADERAS AMISTADES"
7. "NO CONSUMAS LÁCTEOS DESPUÉS DE LOS 30".
8. "NO NIEGUES NINGUNA DE TUS EMISIONES CORPORALES (sobre todo si se omite la regla anterior), TODAS ELLAS SON UNA PROLONGACIÓN DE TU EXISTENCIA".
8. "NO TE HAGAS TATUAJES NI PIERCINGS DESPUÉS DE LOS 25".
9. "CONOCE EL CONCEPTO DE VIDA REAL. ALÉJATE PAULATINAMENTE DE LAS REDES SOCIALES".
10. "FUMA CUANDO SE TE DE LA GANA Y TOMA MENOS ALCOHOL DEL QUE CREES AGUANTAR"
11. "AHORRA"
...
Dejo abierto el listado, seguramente cada uno tendrá sus propias convicciones para ser feliz y balanceado. Pero independientemente de esto, si los toltecas hubieran redactado un listado más amplio, en medio de una ceremonia de clausura, dirían reunidos en una de sus hogueras sagradas: "Y sobre todas las cosas, acuérdate con rigor de no consumir lácteos después de los 30" y ahí sí los tipos hubieran sido los verdaderos sabios.
