Me gané el baloto...

Lun, 24/09/2012 - 01:00
Aburrido de mi pobreza habitual decidí comprar el que pensé sería la salvación a mi tragedia económica, me compré el baloto.  Así como lo han hecho muchos colombianos coloqué mi futuro en las
Aburrido de mi pobreza habitual decidí comprar el que pensé sería la salvación a mi tragedia económica, me compré el baloto.  Así como lo han hecho muchos colombianos coloqué mi futuro en las manos del azar, azar que me favoreció y por el cual mi vida cambio. Habiéndome ganado el baloto lo primero que hice fue comprar una libreta de apuntes en donde anotaría la manera según la cual iba a distribuir mi dinero, sin embargo lo que había pensado sería una tarea fácil resulto la labor más complicada que jamás pensé realizar. Muchos se preguntarán ¿Cómo resulta complicado ganarse tanta cantidad de dinero y sobretodo distribuir la manera en que se gastará éste? Yo aquí les voy a responder. Nosotros los que presumimos de ser buenas personas –aclaro que en realidad no lo somos sólo queremos que los demás nos vean como aquello que no somos– pensamos en aportar lo que llaman un granito de arena al progreso nacional, y yo pensé en un comienzo que esa mejor manera de gastar el dinero consistiría en ayudar a los políticos de nuestro país y a uno que otro personaje reconocido a nivel nacional de tal manera que pudieran dar una buena imagen de lo que somos los colombianos. En este orden de ideas decidí que al primero que iba ayudar sería a nuestro actual presidente. Al doctor Juan Manuel Santos, decidí en su momento, le iba a pagar clases intensivas de dicción y oralidad en la mejor escuela del mundo de tal manera que no sólo lograra expresar una idea de corrido sino que también lograra hacer reír a su público habitual con sus acostumbrados chistes –creí también que este no sólo sería un favor para él sino para sus concurridos auditorios–. Al expresidente Uribe le iba a regalar el Iphone 5 con la ultima aplicación de twitter para Apple  de tal manera que este siguiera guiándonos por el camino sino de la seguridad democrática por lo menos de la red democrática –que quede claro que me refiero a una red virtual no a una de paramilitares ni de falsos positivos y nada de eso–. Al alcalde Petro, que al igual que yo se rehúsa a reconocer su problema de alopecia, le iba a regalar un bono por una suma de dinero x que le garantizara trasplantes de cabello de por vida para que al quitarse su acostumbrada gorra no se viera como cualquiera de nosotros, o como yo, sino como alguien que con dignidad muestra su calva realidad. Al seguir mirando quienes necesitaban de mi apoyo económico, observé la triste realidad del futbol colombiano que estaba tan malo que hasta millonarios iba de líder, no sólo teníamos malos equipos, malos jugadores, malos directivos, malos periodistas deportivos, sino también una mala persona como jugador, Gerardo Bedoya, pobre tipo, muy seguramente su padre lo levantaba a guayazos para que fuera a entrenar. Es por eso que decidí garantizarle de por vida un tratamiento psicológico en donde le enseñaran a portarse no solamente como jugador sino como persona –de paso y según lo cotizado el tratamiento estaba en promoción por lo que recibirían también a Teófilo Gutiérrez–. Mientras seguía pensando que hacer con mi dinero veía la que sería mi gran inspiración sobre cómo comportarme en un futuro, la televisión colombiana. Ver a Pablo Escobar y al capo en su esplendor con la ayuda educativa de protagonistas de novela, me motivaron a desistir en mi misión de ayuda a los personajes colombianos, Santos no iba a aprender a hablar, Uribe seguiría chateando con o sin mi Iphone, Petro no renunciaría a que le creciera cabello y Bedoya en un tiempo como jugador de Millonarios nuevamente iría a patear, esta vez a Omar Pérez, en otro clásico. Así que decidí comprarme dos haciendas por departamento, cada una con caballos, bastante ganado, buenas putas, buenos sombreros, buenas armas, buenos corridos, etc., y así cumplir mi sueño de niño, ganarme el baloto para parecerme a mi ídolo Pablito Escobar, gracias baloto, dije en su momento, pero tanto dinero que me sobraba al final no supe cómo gastarlo, terminó complicando mi vida más de lo normal, así que opté por donarle todo lo que me quedaba a la Gata Enilse para que terminara su tratamiento médico con los mejores médicos de Bogotá y así finalmente sentir que contribuiría con un granito de arena al progreso de mi país. Lo complicado en todo esto fue la manera de distribución de mi dinero, hay tantos que necesitan mi ayuda que definitivamente hubiera preferido no ganarme nada y dedicar mi vida ha seguir soñando sobre lo que yo haría si me ganara el baloto. Twitter:@davidleogo Blog:Locura Colombiana
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