MIRA y Procura respetar la Constitución

Sáb, 25/01/2014 - 03:18
 

Hablar de Alejandro Ordoñez en estos días es redundar. Fácilmente es el punto de conversación en oficinas, universidades, plazas públicas, peluquerías, y demás. Es con seguridad el ma
  Hablar de Alejandro Ordoñez en estos días es redundar. Fácilmente es el punto de conversación en oficinas, universidades, plazas públicas, peluquerías, y demás. Es con seguridad el mayor motivo de noticias y de manifestaciones de rechazo, sin olvidar que la madre, la reverenda madre de la senadora Alexandra Moreno Piraquive le ha quitado algo de atención con las declaraciones de la estética teológica. Sobre el procurador, muchos pensamos cosas similares. Le adocenamos epítetos cargados de mudas haches y bilabiales pes. Y no precisamente para hacerle propaganda a HP (Hewlett Packard). Otros, pocos, lo aplauden y ovacionan, como es mostrado por el portal KienyKe: pueden ver las imágenes acá   No lo niego, me encantaría escribir columnas sardónicas, pletóricas de injurias contra este par de personas, de argumentos que refuten tanto su actuar como los discursos que le venden a sus públicos, hacerlos visibles, mostrar como son unos masturbadores del pueblo, en palabras de Fernando Vallejo. Pero no, no lo haré por un principio fundamental, el del respeto a la ideología ajena. No puedo caer en la misma trampa, tiene que ser el lector, el transeúnte, el colombiano de a pie el que tome la postura que más le parezca sobre estas personas y sus manejos. Si alguno considera que todo lo que ellos dicen está bien, que lo crea, pero que no lo imponga; como yo no quiero imponer mi postura. Es un pacto de no agresión que toda civilización y sociedad debería tener, sobre todo en aspectos de religión que son tan delicados; porque aquel que ha empezado a discutir sobre su creencia religiosa con una persona de otra creencia, sabe que enojarse es sencillo, porque cada feligrés o creyente ve que lo del otro no es nada más que un mito y lo suyo la verdad absoluta. La libertad es un principio general, no individual, por lo tanto a cada integrante del Estado, es decir a todo colombiano le asiste el prever en la defensa de sus derechos y los de los demás. Por más difícil que suene y en pleno respeto de los Derechos Humanos, al que cree en el Señor Satán, le asisten los mismos derechos que al que cree en Dios, como a los que creemos en la literatura. Si en algo cambió nuestra Constitución, nuestra Carta Magna, nuestro acuerdo mutuo de convivencia es el de convivir en un Estado laico, para lo cual cito un aparte de la página de la corte constitucional: “PLURALISMO RELIGIOSO La Constitución de 1991 establece el carácter pluralista del Estado social de derecho colombiano, del cual el pluralismo religioso es uno de los componentes más importantes. Igualmente, la Carta excluye cualquier forma de confesionalismo y consagra la plena libertad religiosa y el tratamiento igualitario de todas las confesiones religiosas, puesto que la invocación a la protección de Dios, que se hace en el preámbulo, tiene un carácter general y no referido a una iglesia en particular. Esto implica entonces que en el ordenamiento constitucional colombiano, hay una separación entre el Estado y las iglesias porque el Estado es laico; en efecto, esa estricta neutralidad del Estado en materia religiosa es la única forma de que los poderes públicos aseguren el pluralismo y la coexistencia igualitaria y la autonomía de las distintas confesiones religiosas.” Tomado de:   (http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1994/c-350-94.htm) Ahora bien, qué pasa entonces con los políticos del partido MIRA que dejan entrever desde el púlpito que los que no voten por ellos caerán en pecado porque el partido Político es una empresa divina del Señor y es su representación en la tierra. Permítanme reír, mayor estupidez. Eso es tanto como si un satánico manifestara que el no votar por su partido político da infelicidad carnal y todo aquel no vote por esa empresa del señor Belcebú padecerá de una eternidad entre clérigos pederastas, diezmos perpetuos y doblemoralismo celestial. Son sandeces del mismo tamaño, de la misma inquina. Son manipulaciones al pensamiento colectivo, por eso digo que son masturbadores del pueblo ¿me entiende? Por su parte, el procurador disfruta de dar el mayor número de entrevistas en su oficina, con el cuadro de un sufriente Jesús a sus espaldas, emitiendo con el erario, comerciales sobre la sexualidad sana, responsable y segura. ¿Sana? ¿Es decir con preservativo? pero si eso va en contra de lo que dice la iglesia ¿Responsable? ¿Hay que acabar lo que se comienza? ¿Segura? ¿Segura todos los días? Confieso que cuando vi ese comercial, porque es comercial, comercia con la libertad de pensamiento, deje de hacerlo con la luz prendida porque no supe qué hacer en esa crisis de integralidad sexual. Qué podemos esperar de un procurador que nos insta a tener una sexualidad a su criterio, guacala, qué asco, no me lo quiero imaginar. El muy inquisidor, que seguramente ya lo vieron ustedes en las imágenes que les cité, se sintió henchido de orgullo, su egolatría llegó a los sacros cielos cuando lo ovacionó ese público taurino, cómo no, si todos ellos están en contra de Petro porque les clausuró las corridas de toros en la Santa María. A Alejandro Ordoñez se le ve satisfecho, en la mejor imagen de su despotismo, se debe imaginar como Alejandro Magno en el circo romano, levantando o bajando el pulgar según se le antoje para perdonarle la vida a un infame o para que se la quiten con prontitud. Siempre he creído que de las cosas bárbaras de nuestra sociedad es la llamada tauromaquia, no pienso lo mismo de las corralejas porque los que sufren en estas son los seres humanos y no los animales que por naturaleza son inocentes. Tampoco diré que soy vegetariano, no llego a tanto, me acostumbré al sabor de la carne. Lo que no tolero es la diversión que causa en miles el sacrificio de un animal. Sin dejar de lado el esnobismo que hay alrededor de la asistencia de las corridas de toros. Indumentaria en cuero, vinos costosos, cachuchas en gamuza, modelos y acompañantes que posan dándole la espalda a la sangre, intelectuales dando muestra de sus más finas boinas y sus más costosos fulares. Eso será tema de otro día. Es inconsecuente que el procurador, un servidor público,  nos dé admoniciones de moral. Cuando no puede hablar de ella sin sonrojarse, quién puede hablar de moral cuando goza con el sacrificio de un inocente. Que quiera echar a Petro de la alcaldía es apenas lógico, que lo haga si se le da la gana y si se le deja, pero que no pretenda meternos a Jesús y la interpretación que él hizo de la religión por los ojos, que respete la libertad de culto y la libertad ideológica, que respete la libertad sexual y que respete la Constitución. Algo similar habría que decirles a los representantes del Partido MIRA, pero en sí el problema no es de ellos, el problema es que se les permitió estructurar un partido político a partir de una creencia religiosa y con ello se les permitió manipular con facilidad a unas personas a partir de sus creencias y evitaron el engorroso camino de estructurar con razones posibilidades de cambio para una sociedad. Es casi tan parecido como estructurar un partido político a partir de un hombre, un Mesías o un mecenas y no de una ideología. Desconfiad de todo político que anteponga a un dios.
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