Ver la primera parte de Avengers: Infinity War es una de las mejores experiencias que puede brindar el cine, y más cuando se ha hecho la tarea de ver al menos la mitad de las 18 películas que la anteceden. Encontrar a alguien que las haya visto todas no es tarea fácil, menos si se incluye la serie de televisión, Shield.
El 26 de abril del 2018, es una fecha que marca un referente histórico para quienes entendemos el propósito y el sacrificio de cada uno de los superhéroes, y los viles motivos de los villanos en el universo Marvel. Es un día que será recordado como el 2 de octubre de 2016, porque resultó con un final que nadie esperaba, pero igual terminó convocando a hombres, mujeres y niños alrededor de todo mundo.
Una de las razones por la que esta película puede llegar a ser una de las más taquilleras de la historia, es porque con un mes de anticipación fui a comprar dos boletas para la premier, y sólo quedaban diez puestos disponibles.
La película desarrolla un drama con picos de humor inteligente, eleva a cada personaje a su máxima expresión en el combate junto a la evolución de sus poderes. Es decir, como el título de la película lo dice, todos van a estar preparados para una guerra infinita.
Como en todas las películas, esta no será la excepción en donde las batallas son épicas y su forma de vestir sería digna de aparecer en revistas de moda. Es un juego de colores y especies galácticas que se unen para sobrevivir. Algo que en la vida real no refleja mucho la especie humana. Cada uno de los personajes encara su propia lucha contra la sospecha de que algo fatal puede ocurrir.
Durante las dos horas y media que dura la película, es posible reflexionar sobre la vida. Imaginar, si existiera un guante con piedritas de colores, y que cada una tuviera la facultad de dominar la mente, el alma, la realidad, el poder, el espacio y mi favorito, el tiempo. Sería algo así como un Dios que lo maneja todo, pero con un guante, que al parecer existe de una sola talla. A una persona por más que tenga la mano pesada, ese guante le quedaría grande, sería una prenda que no le horma y le daría otros usos porque para activarlo debe apretar el puño.
Avengers: Infinity War es una película que no necesita premios porque es como un libro que se sigue escribiendo y su historia se pone más interesante. Una película para repetir sin parpadear y comer palomitas hasta tocar el fondo del balde. Eso sí, entre al baño antes porque es larga, y si va con alguien oblíguela a entrar para evitar que se cruce al frente suyo y le haga perder ese fotograma en movimiento.
