A propósito de la 13 y sus "raperos"

Dom, 10/04/2011 - 08:53
En un país como Colombia, cada vez que se abren los ojos se ve la representación de la abundancia y la escasez. En cada ciudad, en cada barrio, en cada esquina, se ven imágenes que trasportan el so
En un país como Colombia, cada vez que se abren los ojos se ve la representación de la abundancia y la escasez. En cada ciudad, en cada barrio, en cada esquina, se ven imágenes que trasportan el sonido de la incertidumbre, esa en la que vivimos todos los colombianos al no poseer sino nuestra propia vida, aquella que si nos descuidamos nos arrebatan a la vuelta de la esquina, porque aquí cualquiera puede caer como un falso positivo. Las vivencias sociales, los medios de comunicación y el devenir diario, nos han  creado miedo, temores y estigmas sobre algunos sitios de la ciudad, aquellos que vemos desde la seguridad de nuestro hogar, pero que muy pocas veces o nunca hemos recorrido de esquina a esquina para comprobar tales sentimientos. Nos limitamos a vedarlos y negamos la realidad que va más allá de nuestro mundo. Pero acercarse, conocer y reconocer los estigmas, sin duda alguna, cambia las dimensiones de las circunstancias y nos permite ver una imagen que traspasa esos temores y esa película que nos han creado en el imaginario, película que pareciera reforzarse con los medios de comunicación en donde se la juegan toda por enterrar cualquier posibilidad de esperanza y de vida. Esta percepción de lugares impenetrables tiene un claro ejemplo en la Comuna 13 de Medellín, lugar que ha sido escenario de innumerables actos violentos en los últimos años, los últimos meses, los últimos días y en dónde se ha vuelto común cegar los ojos de jóvenes que ven en el canto, a través del rap, el hip hop y demás géneros urbanos, una opción de vida  y una forma de protesta hacia los malos que opacan su barrio, su comunidad, su gente, sus sueños. A propósito de los últimos asesinatos a jóvenes de la Comuna 13, para esta semana me gustaría compartir una nota que hice en compañía de la periodista Laura Vélez Franco hace un par de meses con un grupo de jóvenes que enfrenta su realidad a través del canto. Del imaginario a la realidad Un grupo de jóvenes con talentos comunicativos y periodísticos nos dimos a la tarea de recontar y revivir lo que otros se han encargado de enterrar.  De mirar, sentir y mostrar lo que para los medios tradicionales se queda en el ocaso, en una mera intención, porque no trasciende lo que se considera importante en sus agendas informativas. Por eso aquí, cargados de buenas intenciones y de tantas historias por contar, compartimos un pequeño imaginario de vida de todo lo que la Comuna 13 y sus habitantes nos permitió redescubrir con la firme intención de ayudarles a construir una identidad alejada de la fachada y el estigma que se les ha creado. Arte Urbano, a simple vista podría sonar como una empresa de artesanías o algo relacionado con el arte, pero arte que involucre calle y un mundo superfluo agotado en creatividad e imaginación. O quizá podría semejar una compañía de arte callejero, o un grupo pantomímico o una tienda de tatuajes. Pero abarca otra dimensión que traspasa esa idea de calle e imaginación. Son tres hombres que crean a partir de sus realidades, sus temores, sueños y reflexiones.  Tres hombres que luchan contra el estigma, la violencia, las drogas y hasta las ideas de una comunidad marginada y señalada.  Tres hombres que a través del hip hop reinventan sus vidas y tratan de reconstruir sus identidades con sueños de paz. Todo nació con un simple gusto en las aulas de clase, en esos espacios de adolescencia donde se empiezan a forjar la identidad y a mezclar los gustos, cada uno por su lado reinterpretaba lo que escuchaba de sus grupos favoritos, haciendo sus primeros pinos como compositores y todo eso sin saber siquiera que con el tiempo lograrían consolidarse en un grupo tan reconocido que hasta un libro publicarían con sus canciones hechas poesía. En el proceso de todo se han encontrado.  Su primer espaldarazo se lo dio la Institución Educativa Eduardo Santos.  Allí, hace cuatro años y en medio de la violencia que agobiaba este sector de la ciudad, estos jóvenes haciendo una afrenta a las convicciones del dinero fácil, de la muerte, de las drogas empezaron a interpretar sus ritmos tratando de buscar adeptos que visibilizaran una opción de vida diferente. Pero como en todo inicio nada fue fácil.  Su gran reto: romper los estigmas que la misma sociedad tiene en contra de los ritmos urbanos, en este caso del Hip Hop, que por simple desconocimiento de su origen, ritmos y sonatas la gente suele asociar con drogas, robos, muerte y demás espacios asociados a la delincuencia. Pero en este caso sus integrantes que no traspasan los 22 años, tenían otra idea en mente alejado de todo ese ideario social y por el contrario querían  crear un grupo juvenil o incluso hasta una corporación donde pudieran, desde su simple oficio, cambiar imaginarios e iniciar una gran red de cambio en las mentes de los jóvenes de esta localidad. El rector del colegio siempre estuvo apoyándolos, incluso su primera experiencia se dio con 60 jóvenes estudiantes que se vieron motivados a iniciar un proceso artístico pero que por razones de tiempo, espacio y ocupaciones tuvieron que declinar, pues sus intenciones no solo se quedaban en la necesidad de enseñar sino también en poder interactuar y sumergirse, y ya alejados y graduados, todo se dificultaba. Una vez fuera de las aulas MCDEMENTE, CAMG Y KLANDESTINO o simplemente Edwin Smith, Carlos Andrés Moreno y Juan David Duque, soñaron no con ser una agrupación más de la 13 que tuviera un ritmo que parece similar en muchos de los ámbitos urbanos de esta localidad, de fondo añoraban que sus canciones lograran permear y agarrar adeptos que visibilicen nuevas formas de vida. Entre sus normas está no cantarle a la muerte y sí a la vida, sí a sus problemáticas sociales, al amor, a lo que día a día acontece en sus contextos e historias de vida.  Dentro de su discografía ya cuentan con 9 canciones  grabadas que son toda una apología a sus sueños, a su tierra, al espacio que los ha visto nacer y crecer. No cuentan con un referente artístico ni admiran a un artista en especial, quizá los únicos que se acercan a esta connotación son los Aldeanos (Cuba) que de alguna forma le han aportado a la construcción de su estilo y de su música. Componer no es tarea fácil y mucho menos lo es cuando una letra es escrita por más de uno.  En el grupo los tres componen: parten de un tema, analizan los tópicos y miradas sociales, se los dividen, cada uno compone y luego entre los tres arman una maqueta que finalmente termina en su mejor producto: una canción. Reconocimientos ha habido muchos.  Quizá para ellos el más importante ha sido la aceptación de la gente y el acompañamiento que han sentido en cada una de sus presentaciones pero hay otros tantos que han logrado romper esquemas: publicar un libro. En el año 2009, dentro de un proceso social liderado por la Fundación Conconcreto y avalado por la Alcaldía de Medellín, se hizo un concurso para premiar las mejores iniciativas juveniles en diferentes categorías.  Arte Urbano quiso participar en literatura presentando una compilación de sus canciones que perfectamente podrían encajar en el género poesía y resultaron ganadores. El premio fueron 2 millones 500 mil pesos y la publicación de 100 copias de su libro.  Libro que tuvo tanta acogida que hoy día aún les siguen solicitando y que ya piensan en su segunda edición. Todos tienen vidas complejas, creen en el amor, tanto que uno de ellos, Juan David o Klandestino, ya está casado y está a punto de tener su primera hija.  Reflexionan sobre sus vidas, tienen claros sus proyectos, se atreven a soñar, a halonar, a denunciar, hasta se atreven a renunciar a sus trabajos con tal de luchar por lo que quieren y por sus sueños: cantar. Por ahora, aunque unos tantos sigan sembrando el terror y arrebatándole la vida a líderes sociales que sueñan con una 13 en paz, Arte Urbano sigue cantándole a esta tierra, al amor, a la vida y al lugar que los vio nacer y crecer: Colombia mi tierra querida Colombia la que me dio la vida Colombia dónde nací, dónde crecí Esta es la tierra en la que yo quiero morir.   * Escrito en compañía de la periodista Laura Vélez, @Lcronopiana.
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