Razones para odiar el transporte público bogotano

Mié, 23/10/2013 - 00:50
Viajar en bus desde cualquier punto en la ciudad y hasta cualquier punto no se me había vuelto tan fastidioso hasta que empecé a sentir que el espacio entre puesto y p

Viajar en bus desde cualquier punto en la ciudad y hasta cualquier punto no se me había vuelto tan fastidioso hasta que empecé a sentir que el espacio entre puesto y puesto había disminuido. Después de sentirme en una posición tan incómoda que ya ni siquiera podía descansar los ojos durante el trayecto, empecé a encontrarle más y más defectos al servicio público.

Un trayecto en la mañana se traduce fácilmente en esto: Escuchar a William Vinasco Ché y su equipo de trabajo entre malos chistes con carcajadas fingidas, música de diciembre durante todo el año y llamadas de gente que madruga a ganarse cualquier calcomanía que estén regalando. Eso, si su conductor es un señor gordo inmune al frío, pues así sean las 5:00 a.m. está con su camisa manga corta desabotonada a la altura de la barriga, para exhibir el pelo que brota de su pecho y hace juego con su bigote que aún guarda algunas boronas del calado del desayuno. Claro, hay excepciones puede ser el mismo estereotipo de conductor pero escuchando a Darío Arizmendi criticando a Petro.

Por otro lado usted puede tener, no sé si la  buena o mala suerte de dar con un conductor más joven que le puede dañar o arreglar el día, bien sea con una emisora o una colección de cd´s de reggaeton hardcore, entiéndase como aquel que es más gráfico que cualquiera y no deja nada a la imaginación, perreo puro y duro a todo volumen, razón por la cual es normal que no escuche el timbre y lo deje facilmente 10 cuadras más adelante de donde usted planeaba bajarse. Además este `amateur´ de la conducción busetera, quien parece haber hecho su curso de conducción con ayuda de Grand Theft Auto, tiene esa habilidad de llegar muy rápido a donde quiera y esquivar entre cuadras cualquier trancón, eso sí, durante el trayecto es fácil ver a más de uno con los ojos cerrados encomendándose al de arriba, algunos en voz alta lo cual es molesto para aquellos pseudo-ateos contemporáneos.

A eso súmele la infinita cantidad de gente que se sube vendiéndole desde la promoción de chocolatina traídas de Turquía - por lo que su pronunciación se vuelve más complicada- y pasan de ser Sing-Song a Simpson, hasta la usb que le sirve para escuchar música, además es lectora de tarjeta sd, micro sd, super sd, maxi sd y se la lee cualquier equipo. No los culpo, es su manera de sobrevivir, culpo al conductor que durante un trayecto de 5 cuadras fácilmente deja subir a 5 individuos diferentes.

Ya en la noche la dinámica es diferente. En hora pico es posible que usted esté cansado y tenga la suerte de irse sentado, pero si su intensión era dormir...olvídelo no existe posición cómoda entre el espacio del puesto de adelante y el suyo, posiblemente dé tantas vueltas para acomodarse que finalmente decida cederle el puesto a otra persona, no por amable, sino porque prefiere estar del otro lado viendo sufrir a alguien más.

La hora pico tiene un olor particular y es esa mezcla entre el perfume del ejecutivo que marea, el paquete de papas, o choclitos en su defecto, de alguna secretaria que quiere `picar´ algo antes de llegar a la casa y la típica chucha de alguno o alguna, que es normal porque en un bus donde sale la calcomanía, que además miente al decir que el total de personas sentadas es 30 y de pié 30 más, porque en hora pico tranquilamente caben a los codazos 85 personas. Son 25 más que no contempla la calcomanía.

En lo personal soy de los que escucha las conversaciones de los demás, no porque quiera, sino porque no puedo dormir en aquel incómodo puesto, con la música a todo volumen y el olor a hora pico no me deja concentrarme en otra cosa. En ese momento y más si es lunes, odio las dinámicas sociales de un bus. Por un lado, las `super´ aventuras de fin de semana, que incluyen: Salir a `farriar´(no confundir con farrear) , `parchar´ a cine, `tomarse unas polas´y `agarrarse´ con él/la- novio/novia. Ojo, la gente a la que le he escuchado estos planes, por cosas de la vida también tienen un problema de seseo, por lo cual si se refieren al sexo, se les escucha como setso o sec-so (con pausa y todo) y en algunos casos, cuando son mujeres refiriéndose a otras mujeres con la palabra `chica´ se les escucha como Txica o Tsica  y cuando se indignan se les escapa un `Uits´.

No sé si la solución sean más vías para tener menos trancones y por lo tanto, tener menos tiempo de aguantarse los olores, las conversaciones ajenas y la música... o espacios más amplios entre silla y silla para poder dormir y así ignorar la música, los olores y las conversaciones.

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