Rituales para el 2018

Dom, 31/12/2017 - 03:49
Estamos en la recta final del 2017, un año que ha sido intenso y lleno de cosas, sin duda nos ha marcado y será recordado por mucho tiempo. Otros doce meses que están por finalizar, donde se alcan
Estamos en la recta final del 2017, un año que ha sido intenso y lleno de cosas, sin duda nos ha marcado y será recordado por mucho tiempo. Otros doce meses que están por finalizar, donde se alcanzan logros y objetivos pero también con él se van muchas de las expectativas trazadas y no cumplidas. Se escuchan por esta época del año frases como: “Este año nuevo va a ser diferente”, “ahora sí me voy a ocupar más de mí”, “voy a aprender este idioma”, “voy a conseguir trabajo”, “voy a hacer ese viaje”; son las frases más repetidas cada fin o inicio de año, que muchas veces quedan solo como expresión de deseos truncados por el ritmo de vida que nos exige el mundo moderno. Se hacen nuevas resoluciones y metas relacionadas con esta fecha. Como una manera de cerrar este ciclo con respeto y solemnidad existen ciertas tradiciones y prácticas para marcar un antes y un después y comenzar con nueva energía el siguiente periodo. Se ve entonces que la gente hace cenas, come doce uvas, una por mes para pedir un deseo para el año venidero; salen con las maletas para que lleguen los viajes, asiste a misa o es testigo de fuegos pirotécnicos o va a bailes con mucha algarabía, exceso de alcohol y comida incluidos.También diferentes culturas tienen una actitud especial hacia esta época. Como ciudadano del mundo, me he dado en la tarea de ver cuáles son las más destacadas, solemnes y curiosas: En el poblado de Stonehave, Escocia sus habitantes manipulan esponjas de fuego para marcar el festival de Hogmanay en la noche de año nuevo con el fin de ahuyentar los males. La tradición se remonta a hace 100 años y se cree que es un festival de origen Celta orientado a la purificación simbolizando el fuego como manera de alejar los malos espíritus. Se dice que celebrarlo durante el solsticio de invierno tiene un especial significado ya que el fuego se utiliza como símbolo para atraer el sol. En Siberia, Rusia los árboles son plantados debajo de lagos y ríos congelados como símbolo de renacimiento. En la zona del lago Baikal cada año no pocos se lanzan a nadar como manera de purificación, este rito se conoce como zambullida polar y es una práctica extendida por toda Rusia. En partes de Estados Unidos y Canadá, dar un beso de media noche a los seres queridos es usado como signo de fraternidad y como una forma de sellar un buen destino para los 12 meses siguientes. Es una práctica que se remonta a supersticiones medievales que afirman que la primera persona que se ve en el nuevo año, dará la pauta para los meses venideros. En Myanmar o Birmania, Asia el nuevo año se llama Thingyan. Tiene lugar en el mes de abril y se conmemora a una figura budista celestial arrojando agua a las demás personas de las más diversas maneras, utilizando cañones, pistolas, botellas, baldados, etc... Después de las fiestas, el aspecto de las ciudades es como si hubiera pasado un huracán o una inundación, pero según los habitantes, vale la pena para poder purificar el año. En el cantón suizo de Apenzell, la mañana del 1 de enero sus habitantes suelen vestirse con trajes tradicionales e ir casa por casa saludando a los vecinos de los pueblos, anunciándose con la famosa campana suiza que es bastante pesada y según los lugareños representa lo bueno y lo malo en la vida, así como la fuerza de la naturaleza. Hay grupos en donde cantan un ritmo alpino tradicional llamado Yodel. Muchos brasileños de origen africano creen que vestirse de blanco y lanzar flores del mismo color son ofrendas para Lemanja, la diosa pagana del mar. Conocida localmente por bendecir a las madres, hijos y familias. Si el océano regresa las ofrendas, significa que la diosa no las acepta y se debe apaciguar su estado de turbulencia; así que los intentos pueden durar varios días. Para el año nuevo chino, que en el 2018 se celebrará el 16 de febrero y el animal será el perro, es tradición pintar la casa o partes de ella de color rojo y colocar faroles en puertas y ventanas. De hecho, este color es el que marca la pauta durante las celebraciones ya que es considerado como de buena suerte y el más popular durante celebraciones y bodas. Ya es algo inconsciente el hecho de asociar el rojo con el país asiático. En los templos budistas de Japón en una ceremonia llamada Joya no kane se golpea la campana exactamente 108 veces. Se cree que este es el número que representa la cantidad de deseos mundanos, y hacerla representa el firme deseo de no cometerlos más durante el próximo año. En Alemania se come el krapfen que son una especie de donas rellenas usualmente llenas con mermelada de fruta o chocolate, a algunas se les agrega mostaza como “inocentada” cuando se quiere hacer una broma a amigos e invitados como marco de las celebraciones de San Silvestre.El nombre varía dependiendo de la región del país donde se encuentre:  Krapfen, Kreppel, Krebbel o Berliner. En  Johanesburgo, Sudáfrica la gente tiene una forma más excéntrica de recibir el nuevo año lanzando sus muebles y electrodomésticos por la ventana como forma de renovar y de comenzar una nueva etapa. Cada vez esta práctica es menos celebrada debido a las quejas y demandas de aquellos vecinos que viven en pisos bajos. En pueblos de Grecia, cuando  una cebolla es lanzada en frente de la puerta significa renacer y recomenzar, la tradición se refiere a la cebolla de mar, una planta venenosa que crece en Creta y que se parece a la cebolla larga; nuevas hojas y flores crecen aun cuando es sacada de su raíz, semejando los problemas de la vida. La mañana siguiente los padres despiertan a sus hijos golpeándolos con la planta para después llevarlos a la iglesia. En Chile, la gente pasa la noche en los cementerios para acompañarse con aquellos seres queridos que han partido. En la ciudad de Punta Arenas, en el sur del país austral, las familias se juntan en los cementerios de una manera festiva, muy similar a la celebrada en México con el día de los muertos. En Dinamarca es una tradición muy popular romper platos de la vajilla, ya que se cree que el cristal o la porcelana rota trae buena suerte y es por eso que algunos locales golpean y rompen su loza vieja. Si se lanza en la puerta del vecino o de un amigo, este tendrá buena fortuna el próximo año. Entre más grande sean los destrozos de loza, platos y vidrios mejor irá en el periodo que comienza. En Rumania se celebra el Festival del Oso, las personas se disfrazan de ese animal que tiene una variedad nativa de los bosques rumanos y los gitanos representan la muerte del año viejo y la venida de uno nuevo. Mientras que en Estonia se come abundantemente hasta 12 veces para asegurar abundancia de comida el próximo año. De acuerdo a la tradición se debe hacer 7, 9 ó 12 veces ya que estos números aseguran prosperidad, de tal manera que en el país europeo por estas fechas se ven mesas repletas de auténticos banquetes. Sea cual sea la tradición y el rito a celebrar ¡Un feliz 2018 para todos! humbertoperiodismo@gmail.com
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