Teenage riots en video o revoluciones de mentira

Mié, 27/06/2012 - 15:52
 

Son años de crisis y las condiciones son propicias para que los movimientos de cambio se den. Los indignados, Occupy Wall Street, etc. Y como en los 60, y los 70 en Latinoamérica, la músi
  Son años de crisis y las condiciones son propicias para que los movimientos de cambio se den. Los indignados, Occupy Wall Street, etc. Y como en los 60, y los 70 en Latinoamérica, la música que los alienta. El cliché de All We Need is Love, o de Mercedes Sosa en una fogata de pequeños burgueses latinoamericanos. Sin embargo, ya no son esos tiempos, los de ahora son los tiempos de la música fragmentada, los tiempos en los que hay toneladas de música y pocos oyentes para cada una. Algunos artistas se pavonean como las grandes estrellas de la década (Adele, Lady Gaga, Lana del Rey, etc.), pero atrás quedaron los tiempos de la unanimidad. Los tiempos en que todo el mundo, absolutamente todo el mundo, escuchaba a los Beatles, a los Rolling Stones o a Nirvana. Ahora cada uno anda con las rarezas que ha encontrado en internet y las guarda como tesoros anti mainstream en sus ipod. Son los tiempos propicios, entonces, para que la imagen prime sobre la música. Para que el cambio venga de mano de imágenes con banda sonora y no al revés. Teenage riot, se puede escuchar por las calles. Sin embargo, es poco probable que los movimientos que se están dando logren algún cambio peramente más allá de los cambios culturales obvios. Como en los 60. Los de Occupy Wall Street usan iPhones, sino Androids, sino Blackberrys. Las revoluciones de hoy en día, en Occidente por lo menos, fluctúan entre la pacifismo ridículo y los simples teenage riot sin un fondo real, sin pretensiones reales de cambio y sin futuro posible. Como en los 60, pero peor aún. No es de extrañar, como ya ha pasado, que los revolucionarios de hoy sean los banqueros de mañana. Y en tanta frivolidad, en tanto teenage riot sin sentido, está Romian Gavras. Director de cine griego-francés que le ha dedicado algunos de sus videos musicales a estas revueltas juveniles. El primero con Justice y su canción Stress. Luego, hace poco, con Jay-Z y Kanye West y su No Church in the Wild. Los dos son los típicos videos que entran por los ojos, que venden las canciones y que las hacen repetir una y otra vez. Un manejo de cámara excelente, con todas las enseñanzas de la academia. Con algo Dogma 95 y algo de la televisión real de la década pasada, creando un efecto de realidad en las imágenes, crenado en el espectador la sensación de que lo que ve es de hecho real. Un grupo de adolecentes interraciales matoneando por todo París o un grupo de indignados griegos enfrentando a la policía como si estuvieran at portas de una guerra civil. El efecto de realidad se aumenta cuando un policía trata de tapar la cámara con la mano enguantada o cuando sale el hombre del sonido, con micrófono en mano, en plana persecución y luego es quemado por una bomba molotov. Pero se recuerda, de manera sutil, que al final todo es un artificio (cómo podría serlo Matrix o Transformers). Para ello está la cámara lenta. Se aprovecha el adelanto de las más modernas cámaras digitales y se las lleva al extremo. Teenage riot en la era de la alta definición, de la expansión viral de la información por las redes sociales y en la era de la inconformidad simulada. Sí, es cool asaltar ciudades si el manifestante parece Neo salvando al mundo con una bomba molotov. La técnica de los videos es perfecta. Sorprenden sus imágenes y lo arriesgado de su temática. Sin embargo, se pierden por sí mismos en una historia que no tiene fondo. ¿Qué más hay que unos cuantos matones con chaquetas de Justice o qué más que unos cuantos encapuchados enfrentándose a la policía con realismo absoluto? No hay un fondo que lo sostenga. ¿Por qué pelean, bajo qué consigna o bajo qué ideal político? ¿O se trata, simplemente, de la anarquía total? La letra tampoco ayuda mucho. En el caso de Justice, ésta no existe, en el caso de Jay-Z y Kanye West, ésta es poco clara y ambigua (no son las letras de The Clash). Tal vez el mejor video clip de Gavras, Bron free (música de MIA), lo es porque parte de una historia y se salva en ella misma (el genocidio insensato de niños pelirrojos, mostrando lo absurdo de cualquier tipo de exterminio basado en diferencias físicas o raciales). Pero en estos teenage riots sólo queda el espectáculo calculado, profundo en apariencia y banal en el fondo. Si busca más videos de Gavras en Youtube, verá que el director grabó un comercia para Adidas con música de Justice. El comercial comparte elementos técnicos y narrativos parecidos a los de sus videos musicales. La luz, la cámara de alta definición, Dogma 95 y la rudeza de las acciones filmadas. Deportistas vistiendo productos de Adidas y mostrando su rudeza física, corriendo, matándose, siendo Adidas. Adidas is in all. Parece que sus otros videos no se pueden entender sin este comercial. Es la belleza de ese “ser duro” sin serlo. Aunque no sale la marca por ningún lado, en los videos musicales ocurre algo similar. Es como ir corriendo por todo París destruyéndolo, pero sólo si llevan puestos unos Adidas o unos Nike nuevos gastados apropósito. La banalidad disfrazada de profundidad. Teenage riot se escucha por las calles, pero sólo con determinada ropa y con cámaras de alta definición. Tal vez por eso en los asaltos de Londres de 2011 los lugares con más robos fueron las tiendas de productos electrónicos y ropa deportiva. No por nada los adolecentes londinenses se contactaron y organizaron por medio de sus Blackbarrys. Pero no todo está perdió, hay buenas canciones, buenos videos al respecto. Por que al final la inconformidad es real y algo se está moviendo por debajo. Tal vez el mejor (desde la ignorancia del autor de este post) sea False Flags de Massive Attack, donde también hay alta definición y cámara lenta. También hay ropa y bombas molotov, pero la historia de fondo es más que cierta, más que triste, profética. En 2006, cuando todo parecía ir de maravilla en la Unión Europea sale este video poco girado (ya no había canales de videos musicales) donde un hombre lanza, en cámara lenta durante los 5.54 que dura la canción, una bomba molotov a una bandera de la Unión Europea. Pocas imágenes, más como un fotografía, pero de una genialidad indiscutible. Ahí hay historia. Ahí hay revolución. [youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Ap-xkjeXODo[/youtube] [youtube]http://www.youtube.com/watch?v=FJt7gNi3Nr4[/youtube] [youtube]http://www.youtube.com/watch?v=DilYs7scIgU[/youtube]
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