Internet nos ha convertido en adictos a reaccionar. Entre más rápido sentemos nuestra opinión en las redes sociales, mejor. “Ya vieron esto“, escribe alguien, y a continuación pega un link. Y si el comentario impresiona, se arma el escándalo: una andanada de retweets y favoritos y trinos y más trinos. No hay tiempo para reflexionar, es más importante compartir. Dime qué compartes y te diré quién eres. Y si la noticia indigna, mejor, más retweets, más favoritos, más adulaciones, más elogios. Unos prohombres son quienes sueltan el trozo de carne para alimentar a las fieras, que saltan en manada a devorar a la presa, como los niños que se lanzan al piso cuando se rompe la piñata. Todo muy rápido, todo muy ruidoso, sin muchos modales porque si no me avispo no me queda nada. No hay pausa, no hay receso. Hay que seguir tragando entero y compartiendo. Dime qué compartes y te diré quién eres. Dime qué trinas y te diré quién eres. Qué oso compartir eso, qué asco de noticia. No me entretengo, me indigno. Aunque me entretenga indignándome. Total, no me pasa nada, yo no soy el insultado, yo no soy el objeto de la noticia, yo soy el que ha lanzado las “explosivas declaraciones“, como diría un reportero desde “el lugar de los hechos“. ¿Y qué pasó de veras? ¿En qué contexto se dio la información? ¿Ese video no era un viral de 2010? ¿Esa campaña no resultó ser un montaje? No importa, ya se armó el tierrero y así, atiborrados de indignación y de orgullo, no podemos pensar. Hay que hacer la digestión, que dura un par de horas, pues ya viene otra noticia, otro rumor que saldrá Dios sabe de dónde, y otro trino, otra foto, de nuevo el hambre y las ganas de comer. Y se me hace agua la boca, y los dedos, inquietos, quieren ponerse a escribir de inmediato. Ya quiero compartir, ya quiero opinar, prender la mecha y disfrutar de la pirotecnia y las explosiones.
Dime qué compartes y te diré quién eres
Jue, 06/11/2014 - 05:37
Internet nos ha convertido en adictos a reaccionar. Entre más rápido sentemos nuestra opinión en las redes sociales, mejor. “Ya vieron esto“, escribe alguien, y a continuación pega un link. Y