El desalmado Andrés Felipe Villamizar y la pobre Verónica Pinto

Lun, 14/08/2017 - 07:47
Vecinos y algunos amigos de la pareja Villamizar-Pinto (que piden omitir sus nombres “por seguridad”) consideran infame el comportamiento del congresista con su exesposa.

Desde que se casaron,
Vecinos y algunos amigos de la pareja Villamizar-Pinto (que piden omitir sus nombres “por seguridad”) consideran infame el comportamiento del congresista con su exesposa. Desde que se casaron, el trato se volvió prepotente, machista, muy agresivo. El embarazo de Verónica (la hija del entrenador Jorge Luis Pinto) fue todo un infierno. Y el postparto una tragedia. Los gritos de Villamizar se escuchan en el vecindario, opacando las voces de su mujer que pedía comprensión y clemencia. Algunos dicen que vieron empujarla. Nadie es testigo de golpes “porque todo ocurría al interior de su apartamento”. Villamizar, valido de su poder político, acompañado de guardaespaldas y a veces protegido por la policía, fue desestabilizando aún más a su mujer, presa de una crisis nerviosa que crecía, dicen mis fuentes de entero crédito, confiables, pero asustadas por las reacciones que puedan sucederse. El apellido Villamizar pesa en Santander y el ahora congresista –más envalentonado- hacía ostentación de su condición. La denuncia de Verónica Pinto, tras meses de calvario, fue el resultado de su desespero por las continuas agresiones sicológicas del congresista, que también la habría atacado físicamente. La suma de todo, condujo a Verónica al desequilibrio, pero no a la locura, como lo plantea Villamizar, según las personas que conocen de cerca de la pareja. Todos se muestran sorprendidos por el video que se hizo público de la pelea familiar, en la que el señor Pinto- padre de Verónica, la toma a la fuerza. Esos hechos ocurrieron meses antes y las posteriores agresiones de Villamizar se siguieron sucediendo. Las explicaciones de Pinto “La imposibilidad de estar en el país me obliga a expresarme a través de este comunicado: Ante los hechos sucedidos con el vínculo matrimonial existente entre mi hija VERÓNICA y su esposo, ANDRÉS FELIPE VILLAMIZAR, debo manifestar que, como padre y abuelo, siento profundamente que se haya hecho público, de manera aislada, un momento de la vida doméstica que hace parte de la privacidad de un hogar. Reitero mi amor infinito e incondicional por mis hijos y mi nieto. Censuro todo acto de agresión y violencia contra cualquier ser humano, tanto más, si este se desarrolla al interior de una familia. Pienso que no existe razón alguna y tampoco fundamento para aquel de los cónyuges que ultraje o maltrate al otro, o no le preste la ayuda y socorro inherentes al vínculo matrimonial. Es inaceptable que personas que nunca conocieron la intimidad de mi hogar se atrevan a hacer apresurados juzgamientos. Los momentos de depresión vividos por mi hija VERÓNICA, en parte tienen origen en los conflictos conyugales. El episodio dado a conocer intencional y selectivamente ante la opinión pública se encuentra descontextualizado, pero no quiero referirme expresamente a él en razón a que, no obstante que debió mostrarse enmarcado en un ámbito integral y real, se ha querido utilizar como distracción de la verdadera problemática. Solo me limito a mencionar que fue la actitud de un padre desesperado que, en circunstancias extraordinarias, buscó hacer entrar en razón a su hija, que vivía un momento de crisis emocional. Lamento que la desinformación esté siendo capitalizada para desviar la atención sobre las denuncias de hechos sucedidos, interpuestas por VERÓNICA ante las autoridades competentes. Ni la imagen de JORGE LUIS PINTO, ni el duro video promocionado, podrán cambiar de rumbo la realidad de un asunto que se concentra en una situación de esposos con problemas. Así mismo, reitero que este tema no tiene nada qué ver con la DIMAYOR, FEDEFÚTBOL o FIFA, como lo han querido mostrar, con fines distractores. Es una dolorosa crisis familiar que corresponde a la esfera privada de mi hija y su cónyuge, donde esperamos que sean las diferentes instancias judiciales, tanto penales, como civiles y de familia, las que impartan justicia y castiguen cualquier agresión física o psíquica que eventualmente se haya cometido. Finalmente quiero agradecer especialmente a mi familia, amigos y a las numerosas personas que por diferentes medios me han manifestado su comprensión, solidaridad y cariño. Cordialmente, JORGE LUIS PINTO AFANADOR Honduras, 13 de agosto de 2017"
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