En octubre de 2012, casi 8 millones de venezolanos votaron por Hugo Chávez. Una cifra bastante considerable frente al candidato de la oposición Henrique Capriles, quien aunque no obtuvo el triunfo, consiguió un buen resultado con más de 6 millones de votos. Durante 14 años en el poder, Chávez disfrutó de odios y de simpatías gracias al movimiento estratégico de fichas políticas y sociales. También con la ayuda de la ideología y de las experiencias castristas, de la mano siempre, con la maquinaria bien aceitada por PDVSA.
El comunismo cubano fue transformando poco a poco a Hugo Chávez Frías prácticamente, para unos, en una moderna copia o intento de copia del Che Guevara del siglo XXI, y para otros en un criollo Simón Bolívar. El resultado de esas creencias populares, que en algunos casos resultaron hasta divertidas y en otros dolorosas, sirvió para que Chávez se perpetuara a las malas o a las buenas en el poder. A pesar de desavenencias o desacuerdos políticos, Chávez, hombre que actuaba por las “buenas“, gozaba de carisma y un convencimiento arrollador. Dudo ahora que el embalsamado político Maduro mantenga en sus manos el poderío de su predecesor, así use las arengas políticas de su jefe y amigo, así use sus mismas tácticas, expresiones, gestos y palabras. Chávez es uno solo y esa autenticidad, buena o mala, gústenos o no, dejó una gran huella en la historia universal.
Los paradigmas de Venezuela son pavorosos de seguir el Neo Chavismo en el poder, su deuda publica en aumento, una seudo democracia donde las libertades públicas son mínimas, el respeto por la libertad de prensa es inocuo y unas prácticas económicas de desparpajo bonachón.
Si Maduro aspira a seguir en el poder, pese a su discurso que pareciera la mutación de Chávez, tendrá que hacer varios virajes al timón del chavismo, que a ojos de unos serán poco vergonzantes y a ojos de otros será la simple conveniencia de la sobrevivencia en la cúspide del poder. Si Maduro pretende ganar las elecciones en abril, su discurso y retórica tendrá que tener altos contenidos, muy distantes de la perspectiva chavista en materia económica, para hacer sostenible su “cuento“ y la sobrevivencia básica de los venezolanos.
Tal vez ahí logremos ver desde otro punto de vista que el sucesor sí quiere agradar, tiene que darle la espalda a su mentor, y ahí es cuando no va a estar tranquilo en el sepulcro Chávez, para entonces la historia no solo habrá sido en Colombia, por cuenta de la sobrevivencia.
La pregunta es: ¿En manos de quién estará procurar que el ungido Nicolás Maduro no deje perder esa herencia electoral?, sin duda alguna, el gobierno cubano será el primer interesado en que su nuevo aliado directo siga centrando sus esfuerzos de mantener en sus manos algo de poderío en América Latina.
Pero que no se descuiden mucho cuando algunos electores se den cuenta de la realidad, verán que Maduro obviamente no es Chávez y que mucho menos podrá gobernar como él. En ese sentido, quizás se cumplan casi que las palabras proféticas del candidato Capriles, que empezó muy bien sus primeros pinitos políticos en esta ya agitada campaña electoral, David derrotará a Goliat.
El primer naipe en caer será el régimen de los Castro, que ya tan anacrónico es su discurso, como el estilo de vida que impuso a los Cubanos isleños. El efecto sacudirá a la Argentina donde la señora Cristina de Kishnner sentirá la ausencia de su mecenas, lo propio en Bolivia sucederá y sin duda alguna en Nicaragua, con excepción de Ecuador, donde el cavernicola Correa ya se atornilló otro periodo. Seguramente cambiará su estrategia para llevar algo de desarrollo a su tierra.
Por lo pronto, el Goliat yace en su tumba, descanse en paz. Maduro no es un Goliat, o por lo menos eso no se sabrá hasta el próximo 14 de abril cuando los venezolanos elijan a su nuevo Presidente. Insisto, la OEA debería aproximarse más al proceso interno político de la vecina nación para garantizar el proceso democrático venidero. Del mismo depende el futuro de casi 30 millones de personas y está en la mira de la comunidad internacional, en la mayoría de los casos, por las relaciones comerciales con América Latina, Estados Unidos y algunos países más lejanos como Irán. Igual me atrevo a decir que si gana Maduro, no será propiamente por él, sino por el legado Chávez y sus nuevos virajes que molestaran a muchos.
Corolario: ¿Cómo hizo Chávez para amasar una fortuna tan grande en tan solo 14 años? Lo expreso porque dicen que es cercano a la suma que poseía Gadafi. Tan solo que este último duro 40 años en el poder.
@g_rodriguezmEl Ungido:¿Está Maduro?
Mié, 13/03/2013 - 01:06
En octubre de 2012, casi 8 millones de venezolanos votaron por Hugo Chávez. Una cifra bastante considerable frente al candidato de la oposición Henrique Capriles, quien aunque no obtuvo el