Aunque su debate-denuncia contiene cifras que confirman supuestos excesos de la Cancillería colombiana, algunos piensan que hablar de “eficiencia” en resultados diplomáticos no es asunto que se pueda medir en números, sin el sesgo de quien hace las cuentas.
Ha sido tradicional en la política colombiana y cuestión de todos los gobiernos, que el Ministerio de Relaciones Exteriores se convierte en una vara de premios para pagar favores de todo tipo. Familias enteras, de la más alta sociedad colombiana, se han educado en el exterior con puestos y corbatas entregadas a los amigos.
Es más, algunas posiciones privilegiadas han pasado de mano en mano, de padres a hijos y después a nietos o parientes, como “cuotas” políticas de algunos gamonales. No se descarta la compra-venta de cargos o el trueque de regalos.
Es “normal” pero nunca bien visto que en la nómina de la cancillería aparezcan familiares de altos funcionarios del Estado, ya de por sí beneficiados con el cargo que ostentan.
La senadora Guerra acogió denuncias periodísticas y las presentó como corroboradas en el debate celebrado en el Senado para cuestionar a la canciller María Ángela Holguín. El cuadro respectivo aparece en su informe oficial al Congreso:
Las cifras y cuestionamientos de la senadora Guerra, entregados al Congreso (seguramente su familia también ha tenido a varios de sus miembros en la diplomacia) es también la oportunidad para que “expertos” analicen en detalle la evolución de la cancillería, de su burocracia y sus logros.
La Cancillería parece desestimar las denuncias de la congresista uribista, ahora pre-candidata presidencial y pasó de largo frente a los varios cuestionamientos planteados.
Pero Guerra dice que no se detendrá “y continuará la guerra”, para que el país conozca a fondo cómo se gastan el dinero de los impuestos, por cuenta del presidente Santos y su ministra Holguín. Tampoco ninguno de los funcionarios mencionados ha expresado palabra alguna sobre el tema. Como suele suceder en política, “mejor dejar pasar…porque mañana el país estará hablando de otras cosas”.
Las cifras y cuestionamientos de la senadora Guerra, entregados al Congreso (seguramente su familia también ha tenido a varios de sus miembros en la diplomacia) es también la oportunidad para que “expertos” analicen en detalle la evolución de la cancillería, de su burocracia y sus logros.
La Cancillería parece desestimar las denuncias de la congresista uribista, ahora pre-candidata presidencial y pasó de largo frente a los varios cuestionamientos planteados.
Pero Guerra dice que no se detendrá “y continuará la guerra”, para que el país conozca a fondo cómo se gastan el dinero de los impuestos, por cuenta del presidente Santos y su ministra Holguín. Tampoco ninguno de los funcionarios mencionados ha expresado palabra alguna sobre el tema. Como suele suceder en política, “mejor dejar pasar…porque mañana el país estará hablando de otras cosas”.
