Mariano Torcal describe la desafección política como un sentimiento subjetivo de la ineficiencia, del cinismo y de la falta de confianza en el proceso político, los políticos y las instituciones democráticas que generan un distanciamiento, falta de interés por la política y los niveles más bajos de participación en las instituciones de representación política pero sin cuestionar el régimen democrático. Es claro que Colombia hoy vive un profundo sentimiento de desafección política.
Esto debe permitirnos reflexionar acerca de la manera en la que durante mucho tiempo han sido manejadas las instituciones de representación política del estado colombiano, de cómo los actores políticos han utilizado los recursos públicos, cuestionándonos si estos han sido direccionados buscando beneficios colectivos de los ciudadanos o simplemente para atender intereses personales. Debemos preguntarnos ¿han hecho los correcto?
La respuesta de muchos lectores al igual que la mía es negativa y creo que esta es la principal causa para que muchos colombianos hayan perdido la credibilidad en la las instituciones políticas, disminuya la participación electoral y estemos pasando por una de las mayores crisis de confianza ciudadana en las instituciones.
Hacer lo políticamente correcto no siempre significa hacer lo correcto, la diferencia entre estas dos decisiones, radica en el hecho de que muchos políticos hacen lo políticamente correcto para lograr un resultado electoral positivo para sí o su colectividad, o, para favorecer sectores específicos de sus electores o intereses. Estas decisiones no siempre resultan ser decisiones correctas o en beneficio del colectivo general.
Los actores políticos tenemos la responsabilidad de representar a los millones de colombianos que día a día hacen lo correcto en todos los ámbitos de su cotidianidad. A esas madres que educan con esmero a sus hijos y cuidan de sus familias, a nuestros jóvenes que reclaman mayores oportunidades para forjar el desarrollo de su país, a los millones de trabajadores que con su esfuerzo hacen de esta una nación más próspera, a todos esos ciudadanos que a diario hacen lo correcto para que Colombia avance.
No podemos decepcionar la expectativa y necesidad que tiene nuestra sociedad para que haya en las instituciones de representación política del Estado, verdaderos representantes de los ciudadanos que hagan lo correcto en el ámbito público y realicen acciones de gobierno honestas, pertinentes y eficientes que apunten a mejorar la calidad de vida de todos los colombianos de hoy y los del futuro.
Devolver la confianza ciudadana en las instituciones, en la política y en los políticos en general, requerirá tiempo, esfuerzo y méritos de la clase política y de los partidos. Solo cuando los ciudadanos observen que los actores políticos hacen lo correcto y sirven bien a la sociedad, se transformará la desafección política en una participación democrática masiva que genere la construcción del capital social que nuestro país tanto necesita. Es esta la condición para que entre todos realicemos las acciones y transformaciones necesarias para que Colombia sea en el futuro ese país seguro, moderno, educado, emprendedor, justo, incluyente y en paz que queremos para nuestros hijos y sus hijos.
Hacer lo correcto
Mié, 04/12/2013 - 15:30
Mariano Torcal describe la desafección política como un sentimiento subjetivo de la ineficiencia, del cinismo y de la falta de confianza en el proceso político, los políticos y las instituciones d