Cuando se pasa años trabajando en un sector, que además se convierte en una pasión porque se está convencido que sin lograr avances significativos en el mismo no se alcanzará la paz, el bienestar, ni el progreso del país, es altamente gratificante escuchar al Presidente de la República en su discurso inaugural mencionarlo como uno de los tres pilares principales de su gobierno.
Emoción por la educación y por Colombia; maravilloso el discurso, loable el reto de convertirse en uno de los países más educados de la región y esperanzador el cambio en la administración. Sin embargo, como nunca hay felicidad completa, lo que también está claro después de revisar el proyecto de presupuesto para 2015, anunciado por el Ministro de Hacienda con bombos y platillos, es que éste no se compadece con el propósito del discurso.
Lo que sabemos todos: a educación se le asignará el presupuesto más alto entre todos los sectores en el año 2015. Éste estará por encima del sector defensa por primera vez (aunque hay quienes afirman que esto sucedió también en el año 2010). La asignación presupuestal para educación pasará de 26.9 billones de pesos a 28.9 billones (cifra nada despreciable). Aunque todas verdades, desafortunadamente, verdades a medias.
Explico por qué: primero, el porcentaje de crecimiento del presupuesto del sector ha sido el mismo desde que comenzó este gobierno, 7%, y éste se da principalmente por el aumento de las transferencias a las regiones y a las universidades que imponen la Ley 715 de 2001 y la Ley 30 de 1992, respectivamente. Ese aumento, además de ser obligatorio, alcanza para financiar principalmente el pago de nóminas de maestros y administrativos, y las provisiones y deudas prestacionales a los docentes. Los recursos que a veces “sobran” y que se invierten en temas adicionales destinados a mejorar la prestación del servicio educativo, están limitados a los rubros que la ley permite. En otras palabras, son insuficientes y no se pueden invertir en las reformas estructurales que necesita el sector. De ese gran presupuesto, 26.9 billones equivalen a estas transferencias.
Segundo, realizando una resta simple, al Ministerio de Educación Nacional (MEN) le quedan entonces disponibles 2 billones de pesos para inversión, que se pueden utilizar para las grandes reformas. Los recursos de inversión del MEN crecieron entre 2007 y 2010 en 61% y entre 2011 y 2014 en 22%. El incremento propuesto entre 2014 y 2015 es de sólo el 4%, repito, el 4%, simplemente proyectado a la inflación. La proyección es todavía peor si se evalúa la asignación interna de estos recursos. El aumento en el presupuesto de inversión que se ha dado en los últimos años se debe principalmente a la transferencia de recursos del ICBF y de Regalías al presupuesto del MEN para el Programa de Alimentación Escolar (PAE). De los 1.9 billones de pesos de inversión que el Ministerio recibió este 2014, 770 mil millones fueron para el PAE y la proyección de este rubro de alimentación para el próximo año es de aproximadamente 800 mil millones, equivalente al 40% de los recursos de inversión proyectados en el presupuesto del 2015. Los dineros para el programa de alimentación son muy importantes, pero habérselos transferido al MEN implica una reducción sustancial del cupo fiscal del sector que al final significa una disminución de los recursos disponibles para los programas de mejoramiento de la calidad, cobertura e infraestructura. En otras palabras, el Ministerio tiene hoy menos recursos de inversión disponibles que en el año 2012 y 2013, y en el 2015 tendrá menos que en el 2014.
La muy mala noticia es que para emprender las reformas que requiere la educación en Colombia, lograr los propósitos de esta administración y por consiguiente el progreso del país, se requerirían para el próximo año mínimo 3 billones de pesos adicionales: 2 para los niveles de básica y media y 1 para superior. Y cuando digo adicionales, son adicionales al aumento normal del sector año a año, lo que significa que el Ministerio debería contar con un presupuesto de aproximadamente 32 billones de pesos para el 2015 (esto sin contar la deuda que se tiene con las universidades).
Entiendo que los recursos de la Nación son escasos y deben ser repartidos entre todos los sectores, y es claro que se necesitan medidas excepcionales para poderle otorgar a la educación el presupuesto que requiere. Pero, por favor Ministro Cárdenas, sus declaraciones, probablemente sin intención, engañan, porque ser el primero en la lista y estar por encima del sector defensa no significa contar con los recursos necesarios, y como se evidenció, tampoco significa que la educación vaya a recibir un aumento presupuestal extraordinario. Es más, ni siquiera se mantiene la tendencia de aumento que venía. No engañemos al país ni a la nueva Ministra de Educación, que tiene una tarea titánica y evidentemente necesitará más apoyo para cumplirla. Si no se le otorgan los recursos mínimos necesarios al sector, su labor será una misión imposible.
La misión imposible de la Ministra Parody
Mié, 13/08/2014 - 16:04
Cuando se pasa años trabajando en un sector, que además se convierte en una pasión porque se está convencido que sin lograr avances significativos en el mismo no se alcanzará la paz, el bienestar