La paz es de gays, es de todos

Religión, raza, manuales y mil temas se convirtieron en el caballito de batalla para señalar a Santos de todos los males del país, y de las consecuencias negativas de lo que será la firma de los acuerdos en la Habana. Con sevicia por parte de los opositores no dejan pasar acción del gobierno para descalificar, señalar y juzgar de la peor manera a Santos y su gobierno. Le echan leña al fuego diariamente y la polarización a favor y en contra aumenta de tal manera que hasta agresiones físicas se viven. Es como si hubiéramos regresado al pasado entre banderitas rojas y azules, pero hoy llevada la pasión entre Santos y Uribe. Politiquería pasional para poner al pueblo a enfrentarse como en el pasado, mientras los mil y un mal como la corrupción, sigue su curso. Que es homosexual y no puede llevar al país a que se acepten, como si en cada familia no existiera uno. Que es corrupto, como si todos fueran honestos y no se dan cuenta o se hacen, que lo más seguro es que uno o varios de sus miembros familiares se educaron con dineros producto de la deshonestidad. Que este u otro ministro o funcionario tiene 'rabo de paja', como si en el país no hubiera hecho carrera que ser pillo, paga. Todos de lado y lado con historias de los mil y un males que nos aquejan y, todos culpables del desbarajuste social, moral y ético pontificando como si fueran las hermanitas de la caridad. Parece una estrategia bien diseñada para que nos sigamos matando no por el azul o el rojo sino por este o aquel, sin importar la guerra o la paz. Politizaron todo para motivar a los de siempre y la institucionalidad por el suelo. Entidades de fiscalización convertidas en centros de persecución, donde la Constitución y las Leyes son manejadas a su acomodo y no defendiendo la comunidad y el país. Fallos amañados, negociados y con propósitos politiqueros, electoreros. Todos se creen presidentes y utilizan lo público con ese fin. Avasallan con todo y la mayoría de los ciudadanos refugiados en sus hogares, sin tener como hacer el cambio por física repugnancia de lo que se ve. La sociedad enferma en donde hacer dinero es la función y no en construir un país diferente con justicia, respeto, inclusión. Lo que podemos percibir es que vamos mal gracias a todos los que han detentado el poder y siguen soñando con él. Como la guerra los mantiene vigentes, la incitan. Como la corrupción les dio estatus, la patrocinan. Unos y otros con sus delfines actuando como si todo se merecieran los vemos hablando de honestidad y otros menesteres. La paz para algunos es cerrarle las puertas a su figuración, para otros un negocio y para los que colocan a matarse, una necesidad imperante. La guerra para otros un negocio, una manera de figurar posando de salvadores. Para los restantes la Paz es lo principal y está por encima de todo lo anterior y es incluyente, de todos. Hay que dejar de matarnos.