Llegó el carnaval, de las elecciones

Lun, 03/03/2014 - 14:15
Cuando esta columna salga faltarán cinco días para las elecciones parlamentarias. Muchos columnistas, formadores de opinión como ahora nos llaman, han cantado su voto. Es algo que respeto, pero que
Cuando esta columna salga faltarán cinco días para las elecciones parlamentarias. Muchos columnistas, formadores de opinión como ahora nos llaman, han cantado su voto. Es algo que respeto, pero que no voy a hacer, entre otras razones porque no tengo nada definido todavía. Creo que lo mismo le pasa a un buen porcentaje de la población. El Voto en Blanco sumado al “No Sabe/No Responde” representa más de la mitad de las personas aptas para votar. De lo que sí me atrevo a opinar es sobre los partidos, que han hecho campañas tan erráticas y pobres como sus integrantes -Aclaro, no pobres en plata, porque tanto campañas como candidatos han derrochado dinero a manos llenas- la miseria a la que me refiero está restringida a las ideas y a la creatividad. La U, el Partido del Presidente Santos, parece borrado del mapa. Se dejó quitar a Santos y no aprovechó ni siquiera el proceso de La Habana. Como partido no tiene campaña, no tiene ideas, solo individualidades. La cabeza de lista, que poco importa porque van por voto preferente, es Jimmy Chamorro, alguien tan recién llegado al partido que le hizo perder identidad y la poca mística que les quedaba. El Partido Liberal ha hecho una campaña de ganador. Dan por sentado que serán la primera fuerza electoral y se pavonean con estas expectativas sin mayores propuestas, sin grandes nombres en sus listas, a no ser el de Horacio Serpa, que después de su paso por la Gobernación de Santander ha recuperado algo de su fuerza electoral pasada. Cambio Radical está pegado de Vargas Lleras, tanto como Santos de su candidato a vicepresidente. Creen unos y otros, que será este nombre el que les permitirá pasar el umbral o ganar en la primera vuelta. A no ser la atribución descarada de la entrega de casas gratuitas, no tendrían ni una propuesta para sus candidaturas. El Movimiento Mira se montó en la crisis generada por los excesos de la pastora Piraquive y derrochó dinero en publicidad para recordar que nos prohibieron manejar con tragos y que participaron en otras leyes igual de punitivas. La realidad es que el Mira no ha representado sino sus propios intereses en el Congreso y crece gracias a esto y a sus templos donde llegan los diezmos como arroz. El Polo, en una acción suicida, nuevamente mantuvo su política de “divide y perderás”. La única persona que figura como elector importante es Jorge Robledo, que tal vez confía en que logrará llegar que su partido crezca. En el senador Robledo la izquierda tiene un vocero calificado pero solitario y eso no es bueno. La UP anuncia que se aliará con el POLO para las presidenciales y para las del congreso se une a la Alianza Verde en algunos departamentos. Esa personería que en buena hora les fue devuelta, puede tener sus días contados, esta vez la aniquilarían no las balas sino una elección diseñada para las maquinarias y el dinero. Es lo que aprovecha en otro partido: Opción Ciudadana, que hace su trabajo, en el mayor sigilo, como siempre. Apoyada en maquinarias y clientelismos locales van por lo suyo, que es obtener el umbral y seguir participando del Santismo por debajo de las sábanas. La Alianza Verde, esa colcha de retazos llena de buenas individualidades está tambien repleta de egos y peleas. Podrían ser una excelente opción y consagrase como la verdera oposición, sin embargo les faltó visión. No se la jugaron ni por su propia consulta y se desgastaron en mutuas descalificaciones. El Partido Conservador se quedó en sus platas, sigue siendo la caverna que gusta de puestos y mermelada pero no jalona ni siquiera las ideas de derecha. Con Roberto Gerlein a la cabeza, seguramente sus resultados serán excrementales. El Centro Democrático va y viene. Cuando Uribe entuca se organiza y crece, cuando se descuida los demás no hacen nada y baja en las encuestas. Parodiando a Gaitán que decía “No soy un hombre, Soy un Pueblo” el Centro Democrático puede decir: No soy un Partido, soy un Hombre. Si no hay partidos, si las ideas son escasas lo que nos queda son personas. Tal vez lo mejor sería que convirtiéramos esta elección en Circunscripciones Unipersonales. ¡Piénsenlo!, nos ahorraríamos muchas mentiras y candidatos buenos como Robledo no se hundirían por la inercia de sus colectividades. www.margaritalondono.com http://blogs.elespectador.com/sisifus/
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