Martha Lucía…Ahora o Nunca!

Jue, 29/06/2017 - 13:53
Los astros parecen estar definitivamente alineados con Marta Lucía Ramírez. No solo porque en el 2018 estará en un buen año en el calendario chino por ser caballo, sino que es a todas luces la pri
Los astros parecen estar definitivamente alineados con Marta Lucía Ramírez. No solo porque en el 2018 estará en un buen año en el calendario chino por ser caballo, sino que es a todas luces la principal favorecida con la alianza electoral que acaban de sellar los expresidentes Álvaro Uribe Vélez y Andrés Pastrana. Ella podría decirse que es mitad uribista y mitad pastranista, pero independiente. De hecho uno de los comisarios que envía Pastrana para adelantar conversaciones en esta novedosa coalición es Camilo Gómez el archipastranista que fue la fórmula vicepresidencial de Marta Lucía Ramírez en las pasadas elecciones. Para completar esta escenario de buena ubicación estelar, el exprocurador Alejandro Ordóñez, quien podría haber sido un contrincante fuerte de Marta Lucía en el patio conservador, decidió irse por firmas, entre otras cosas porque no ha conquistado mucha taquilla en las filas godas debido a sus posiciones extremas y radicales. Tanto la clase política conservadora como las bases, si bien pueden estar de acuerdo con algunos de los principios que defiende Ordóñez, en general no comparten su estilo camorrero y su sesgo fanático religioso. Eso que le gusta a los mas furiosos derechistas no pega mucho en la gran masa conservadora, que prefiere ir a misa temprano más que predicar airadamente en los púlpitos. De otro lado, como si los dioses se hubieran propuesto abonarle aún más el terreno a la exministra uribista Marta Lucía Ramírez, el otro peso pesado que hubiera podido competir fuertemente el favor tanto de Uribe como de Pastrana habría sido el excongresista antioqueño Luis Alfredo Ramos. Su Talante conservador y sus afinidades con el uribismo lo habrían dejado muy bien posicionado después de superar airoso del impasse jurídico político que lo dejó fuera de combate en la pasada contienda por las falsas acusaciones de paramilitarismo. En las filas uribistas se piensa que de no haber sido por esa infamia y esa injusticia Ramos habría sido el candidato y no Óscar Ivan Zuluaga y que otra habría sido la historia de Colombia. Pero según las malas lenguas y los mentiremos de los pasillos judiciales la Corte Suprema de Justicia no va a resolver este proceso definitivamente sino que va a trasladar todos los casos de parapolítica a la Justicia Especial para la Paz. Y ahí sí fue Troya para Luis Alfredo Ramos, no porque se vaya a reversar la decisión sobre su inocencia, sino porque se dilatará otro buen tiempo su paz y salvo con la justicia, lo que lo aleja de la contienda de 2018. Y se dice además que aún si la Corte se dignara ocuparse del tema todo parece indicar que ya no lo favorecería el tiempo. Ser víctima de falsos testigos y haber salido libre lo habría catapultado en la disputa presidencial, por justicia, pero la suerte no parece estar de su lado. Si a esto se le suma la crisis de candidatos que tienen todos los partidos, pues Martha Lucía Ramírez parece ser la única que sale bien librada, ya que dentro del Partido Conservador no tiene rival de peso y hasta hoy solo le ha salido un gallito que intentaría disputarle este trono pero no pasa de ser un peso pluma en la política nacional, el senador Ubeimar Delgado que lo conocen mucho pero en el Valle del Cauca. Salvo que los dirigentes conservadores enmermelados decidan enfrentarse directamente a las pretensiones de la mayoría de los conservadores de querer tener candidato propio, las cartas favorecerían ampliamente a la aspirante que cree que de no haber sido por Odebrecht ella habría sido la presidente en 2014. Otro factor que marca la racha de la exministra es la caída en picada del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien arrancó en punta en las encuestas por haber cabalgado en las obras de infraestructura y vivienda durante el gobierno de Juan Manuel Santos, pero que después del coscorrón y de la pérdida de prestigio ante la cascada de políticos corruptos avalados por Cambio Radical, que van desde el famoso ex gobernador de la Guajira, Kiko Gómez, hasta el fiscal anticorrupción Gustavo Moreno, capturado en los últimos días por un operativo de la DEA, hoy ve seriamente en calzas prietas su presidencia. Ahora la coherencia contra la corrupción es un punto fundamental y en eso le gana Marta Lucía Ramírez. A la buena estrella de la candidata conservadora se le agrega la débil despegada de la candidatura de Humberto De la Calle, quien sin duda es el más opcionado aspirante a representar la continuidad de Santos, no solo por su compromiso con los acuerdos de paz sino porque los candidatos del presidente se han venido desmoronando, tanto su Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, por sustracción de materia, como el propio Vargas Lleras, de quien ya siente que lo mediría con la misma vara con la que Santos midió a Uribe, es decir que lo traicionará y eso puede poner en riesgo su proceso de paz. Esto lo ha llevado a inclinarse por De la Calle pero al mismo tiempo inevitablemente le endosa su desprestigio. Y para sumar a esta suerte, en el Partido de la U, aquel que Santos heredó de Uribe, solo se ha dejado ver el oportunismo de sus dirigentes a falta de un liderazgo oportuno y adecuado. Esto facilita el camino a una opositora que ha criticado la forma en que se han implementado los acuerdos por considerarla violatoria de las normas constitucionales y por falta de coherencia. Ella recoge ese sentimiento generalizado de que a la entrega de armas y a los acuerdos les ha faltado transparencia y real compromiso con la verdad y la reparación de las víctimas. La impopularidad de Santos genera automáticamente la búsqueda de un opositor que no amenace lo avanzado en negociaciones de paz pero que sí enderezca lo mal andado. En el caso de Marta Lucía si algo contribuye a su suerte es estar preparada para la oportunidad y con un Partido Liberal venido a menos, difuminado en candidaturas que escasamente marcan en las encuestas, con una izquierda completamente dividida y autodestructiva por sus propios egos, con un partido uribista atomizado en candidaturas menores que afectan la opción más centrada que tiene el Centro Democrático, del senador Iván Duque y con un país que casi por inercia marcha hacia la derecha, la suerte está echada. Y como alguna vez dijo Antanas Mockus… a veces en la política colombiana sucede como en el tráfico bogotano, que se avanza más por la derecha. Y como alguna vez dijo Enrique Peñalosa… la suerte lo coge a uno trabajando, Martha Lucía aún tiene mucho trabajo. Ella tiene claro que recibe gustosa el apoyo de los expresidentes pero falta que ellos tengan claro que ella no recibe órdenes. Y eso no le gusta a los radicales pero es lo que le gusta a los electores. Debe recomponer sus migas con algunos uribistas que la consideran culpable de que no se hubiera ganado en primera vuelta la vez pasada y ha de sacarle las castañas del fuego a Pastrana con algunos sectarios que lo llegaron a considerar incluso cercano a las FARC. Ahora ni menos su reto es demostrar que hay que hacer trizas las prácticas políticas corruptas o nunca se podrá garantizar una paz duradera y estable.
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