Naufraga (por fortuna) la reelección de alcaldes

Cuando el Presidente y el gobierno se meten con el bolsillo y los intereses de los congresistas, la cuestión es a otro precio. Y esto de la reelección de alcaldes y gobernadores toca –de manera muy sensible- “el saquillo” de los honorables, muchos  no tan honrados ni respetables. Por eso primordialmente será hundida la reelección de alcaldes y gobernadores, en la comisión primera del Senado, aunque las cuentas del alto gobierno se afecten y las promesas se incumplan. Gana la democracia porque el tal cuento de la unificación de períodos y otras bondades que se le atribuyen al proyecto, no dejan de ser el vestido que Santos le ha puesto a sus propias necesidades y premuras políticas. La comisión en referencia tiene 19 miembros. Once ya tienen definido que votarán en contra del proyecto. Es posible que Roy Barreras sea el número doce, por declaraciones que había entregado al respecto, pero sus compromisos como nuevo presidente de la U quizá lo harían cambiar de idea. Los once definidos, que hundirán la ley en gestación son: Cuatro del uribismo (Centro Democrático): Paloma Valencia, José Obdulio Gaviria, Alfredo Rangel y Jaime Amín Hernández. Tres liberales: Horacio Serpa, Juan Manuel Galán y Vivian Morales. Armando Benedetti (de la U) Alexander López (Polo Democrático) Eduardo Enríquez Maya (conservador). Claudia López (partido verde). En minoría estarán, entonces, Doris Clemencia Vega, Manuel Enriquez Rosero, Roosvelt Rodríguez, Roy Barreras, Hernán Andrade, Carlos Eduardo Enríquez y Roberto Gerlein (si asiste), German Varón y Carlos Fernando Motoa. La idea “macropolítica” del Jefe del Estado era “matar” varios pájaros, con el tema de la reelección: 1-  Agradecer a alcaldes y gobernadores, que fueron –casi todos- jefes de debate para la reelección. 2-  Frenar al uribismo que asumiría el control de muchas ciudades y municipios. 3-  Seguir manejando con los amigos los presupuestos y el posconflicto. No quisiera imaginarme el desangre que sufrirían municipios y departamentos con sus alcaldes tratando de mantenerse en sus cargos, metiéndole la mano al saco roto de las finanzas públicas. Terrible, además, la guerra política de unos alcaldes saqueadores (no tanto, la mayoría apenas) aferrados a sus cargos y la chequera oficial, para que cuadren las cuentas políticas del Jefe del Estado. Esta vez, ni el mismo Cristo podrá salvarlo. Hablo de Juan Fernando, Ministro del Interior. @Artunduaga_