Ni chiquitas ni feas tienen opción en Cartagena, dice Alfredo Barraza

Después del concurso de políticos, llega ahora el reinado de belleza en Cartagena, que en esta edición cuenta con 23 candidatas. Las primeras imágenes tomadas en Caño Cristales son prodigiosas. Camilo Geoge tomó para Cromos siete mil fotos para seleccionar 200 publicadas. El turno es para todo ese enjambre de “asesores”, diseñadores, estilistas, fotógrafos, publicistas y preparadores desde cómo saludar hasta breves de la historia mundial. No siempre gana la mejor ni la más bella, porque aquí también hay vericuetos, atajos y presiones. Alfredo Barraza, “el diseñador de las reinas”, asesor de la actual Miss Universo, Paulina Vega, y por 20 años asesor del concurso en Filipinas, considera que el reinado de Cartagena ha mejorado en tecnología y en la parte comercial, pero si fuese presidente del concurso haría un mayor control de calidad. Yo no aceptaría nunca –dice- una niña de menos de 1.70 de estatura, que no tuviese los atributos de belleza, porque muchas van porque el papá tiene dinero, o porque la niñita es de familia prestante en su departamento. Un comité debe ser consciente que quieren ganar. Si mandan una niña por conveniencia se convierte en relleno, con gastos para ella, el concurso y unos patrocinadores que no lograrán el triunfo. Para ganar hay que saber escoger pensando en la corona, no en el paseo. No estoy discriminando, me responde cuando le protesto en representaicón de las chiquitas: “Es que es un reinado de belleza no se limita al parámetro de la mujer colombiana y su idiosincrasia. Es un concurso de belleza mundial. Las cinco finalistas del año anterior eran mujeres de 1.75 de estatura o más. Pero aquí no, fuera de que son chiquitas no son agraciadas y van a Cartagena a pasear. Entonces uno las recibe porque es negocio, pero hay mujeres espectaculares que deberían participar, pero no lo hacen porque le temen a las palancas políticas o económicas. Barraza –tacaño para dar entrevistas, con el argumento de que es mejor el perfil bajo pero el éxito en los resultados- dice que siente angustia cuando van a su casa unas muchachitas chiquitas y feitas a contratarlo como asesor. Y él se pregunta si no tienen mamá o papá, o un espejo que les diga la verdad. En cambio se hacen acompañar por novios ricos o amigas que les hacen creer que son muñecas. Al final, quedan de 26 si las reinas son sólo 25. Sobre las cirugías, Barraza admite que son buenos unos “retoques” pero no las cincuenta cirugías que se hacen algunas candidatas. O como dice el presidente del concurso, Raimundo Angulo, “las mujeres deben ser hechas en la cama y no en el quirófano”. @artunduaga_