Es una lástima que las renovaciones y las alternativas políticas en Colombia no prosperen, porque como los partidos políticos son personas, la construcción de lo público termina siendo una abstracción egocéntrica, ignorante y corrupta. Por eso es tan importante que primero trabajemos en los valores y luego sí en las ideas, aunque la honestidad no sea una ideología.
Mockus renunció al Partido Verde, porque los principios de esa colectividad cambiaron. Unos piensan que las alianzas partidistas para cogobernar demuestran la fragilidad institucional de nuestra democracia. Pero otros sostienen que cuestionar la moral, por ejemplo, del Partido de La U, es cuestionar a millones de votantes.
Por eso simplificar la crisis del Partido Verde, entre buenos y malos, entre politiqueros pragmáticos y pedagogos consecuentes es un error, porque en aras de la coherencia, el doctor John Sudarsky también debería renunciar a su curul en el Congreso y esa no es la idea o mucho menos el problema.
Por lo tanto, el Partido Verde sólo tiene futuro si se organiza y aprende a manejar las diferencias y sus contradicciones internas, preguntándose, por ejemplo, ¿La política para qué? ¿Y nos llamamos el Partido Verde por qué? ¿O acaso sólo somos un Partido Virtual? De lo contrario, se esfumó una valiosa ilusión, que representaba los ideales y la identidad de una cantidad de jóvenes descontentos, que veían en ese proyecto político un espacio para participar y una oportunidad para cambiar nuestras nefastas costumbres políticas.
Aunque confío en que las juventudes de la Ola Verde aprovechen ésta ruptura y la entiendan como una posibilidad política, porque “sólo llegan alto quienes usan el viento en contra para llegar a su destino” (parafraseando a Michel Maya)…
Ola verdes, como están
Lun, 20/06/2011 - 23:56
Es una lástima que las renovaciones y las alternativas políticas en Colombia no prosperen, porque como los partidos políticos son personas, la construcción de lo público termina siendo una abstra