Orlando Cadavid Correa, maestro de periodistas y ejemplo de rectitud

Vie, 18/08/2017 - 07:32
Estamos de acuerdo, decenas de periodistas en el país, de la influencia enorme y guía genial que recibimos de Orlando Cadavid Correa. En todos los medios del país hay alumnos suyos, que recibieron
Estamos de acuerdo, decenas de periodistas en el país, de la influencia enorme y guía genial que recibimos de Orlando Cadavid Correa. En todos los medios del país hay alumnos suyos, que recibieron cátedra en RCN (fue su primer director en la era Ardila Lulle), la agencia de noticias Colprensa, o en Caracol Manizales, Bogotá o Medellín. Su larga historia la hace breve Eligio Palacio Roldán, en este mano a mano (pregunta-respuesta) que retrata al formidable periodista, columnista habitual de kienyke.com Felizmente jubilado, el Maestro Cadavid Correa, codirige desde su base, en el barrio Carlos E. Restrepo, en Medellín, los diarios digitales Eje 21 y Revista Corrientes, en alianzas, con Evelio Giraldo y William Giraldo, respectivamente, y es columnista dominical del diario La Patria, de Manizales, la ciudad de todos sus afectos, en la que se formó como periodista, y de El Reverbero de Juan Paz. ¿Cómo resume su vida en el periodismo? Como una larga travesía con principio pero sin fin. Creo que uno deja de ser periodista cuando lo convocan a cuadrar caja con el de arriba. ¿En qué medios ha laborado y en qué períodos? En la radio me inicié en los años 60, en Transmisora Caldas, de Manizales, al lado de Eucario Bermúdez. En la misma ciudad fui corresponsal de El Espectador durante 10 años. Y dirigí los servicios informativos de Caracol (Voz el Ruíz) y de Todelar (Radio Manizales). Tomé un año sabático, en Medellín, en 1972, en el que estuve al frente de las marcas fonográficas Zeida y Costeño, de Codiscos. No me gustó la experiencia discográfica, aunque soy coleccionista de vieja data, y volví a la radio, pero en Bogotá, como jefe de redacción primero y luego como director de Radiosucesos RCN, cuando la acababa de comprar el industrial Carlos Ardila Lulle. Pasé luego a la subdirección de El Espacio, donde apenas duré un mes porque me aburrió esa insoportable mezcla de sangre y semen. Y tomé la mejor decisión de mi vida: acepté la propuesta de Jorge Yarce para acompañarlo en la maravillosa aventura de hacerle la segunda en la creación de la agencia nacional de noticias Colprensa. Tras cinco años en esta querida organización volví a mi Manizales del alma como director de noticias de Caracol (por ofrecimiento de Yamid Amat) y corresponsal de El Tiempo en la capital de Caldas. (Me tocó reemplazar a José Fernando Corredor, uno de mis mejores amigos en el oficio). Sufrí en julio de 1987 el peor traslado de mi carrera: la cadena Caracol decidió mudarme de Manizales (esa arcadia de paz) a Medellín, epicentro de la guerra demencial que el narcotráfico libraba contra el Estado. En menos de seis meses mi cabeza se me puso completamente blanca y vivía en un solo temblor. No fui feliz un solo día en Antioquia, pese a ser la tierra de mis mayores. Trabajábamos todos bajo el síndrome del miedo, del pavor. Atendí, en distintas épocas, desde las tres ciudades: Bogotá, Manizales y Medellín, el semanario Pantalla, El Diario La Prensa de Nueva York, la revista Bilboard en español, la agencia Associated Press, durante la guerra de Pablo Escobar y páginas diarias de variedades en El Espacio y El Periódico, ambos de la capital del país. ¿La Mejor y la peor experiencia es cada uno de esos medios? La mejor, Colprensa. La peor, la época de Pablo Escobar. ¿Cómo fue hacer periodismo en los tiempos de Pablo Escobar en Medellín? Era terrible. No quisiera volver a pasar por semejante viacrucis. ¿Cómo ha manejado las presiones de los “protagonistas” de la noticia”? No recuerdo haber sido víctima o blanco de presión de parte de algún protagonista de la noticia. ¿Cómo conserva sus fuentes? Ya no me quedan fuentes. Y eso me da cierta libertad para escribir de lo que se me antoje. ¿Le gustaría regresar a la radio? No, de ninguna manera. ¿Se puede ser periodista independiente? Claro, Se puede. No sé cómo la pasarán aquellos colegas que procuran hacerlo, cuando los medios están en manos de los cacaos. ¿Una frustración? No me ronda ninguna. ¿Algo por hacer, aún, en periodismo? Mejorar la capacitación de los jóvenes que abrazan la carrera en las universidades. Hay unos que quedan muy mal formaditos, con unas redacciones bastante pobres. Sobre periodismo y periodistas ¿El mejor periodista en la historia de Colombia? Antonio Pardo García. Cinco de mi generación: Daladier Osorio, Javier Baena, Oscar Domínguez, Rodrigo Pareja y Pacho Tulande. ¿El Mejor programa periodístico? 6AM/9AM, en los tiempos de Amat (Yamid), Castellanos (Alfonso), Nieto Bernal (Julio), Peláez (Hernán) y el maestrísimo Pardo (Antonio). ¿La mejor noticia en los últimos 50 años? El desarme de las Farc. ¿La peor noticia en los últimos 50 años? El asesinato de don Guillermo Cano. ¿Cómo ve los medios hoy? Muy sometidos al vaivén de las redes sociales. ¿Los mejores y los peores? La W. No escucho las demás. ¿Los mejores periodistas hoy? Julio Sánchez, Daniel Coronell y Daniel Samper Ospina. ¿Los mejores periodistas en el mediano plazo? Los que se están formando en La Escuela de Julito. ¿Cómo ve el periodismo en los tiempos de las redes sociales? Muy condicionado a lo que impongan las dichosas redes. ¿Un columnista para leer y otro para no leer? El primero, Lorenzo Madrigal (o sea Héctor Osuna). El otro, don Plinio. — El ser humano ¿Su mayor alegría? El día que nació, en Manizales, mi primer nieto, Tomás. ¿Su mayor tristeza? Fueron dos: las muertes de mi mamá Angélica y de Lucia, mi hermanita menor, en Medellín. ¿Qué lo motiva en la vida? A estas alturas del partido de la vida, casi nada. ¿Por qué su apatía a la vida social? No soy muy dado a los homenajes y menos a las condecoraciones. Siempre son inmerecidos. ¿De dónde nació su amor por la música? Viene de cuna, Mi padre fue Carlos Cadavid Sarrazola, un tenor de la talla de Ortiz Tirado, Alfredo Krauss y Alvarez Mera. Pero prefirió la música sacra como corista de la principal iglesia de Bello, Antioquia. ¿La canción que lo identifica? Dos: “Colombia mía”, de Luis Uribe Bueno, interpretada por Cantares de Colombia y “Feria de Manizales”, ejecutada por la Banda El Empastre. ¿La que más le gusta? Las dos. ¿Siente que su trabajo ha sido reconocido por la sociedad? Me basta con que haya sido reconocido por mis amigos. ¿Un sueño por cumplir? Se lo quedo debiendo. ¿Su legado? También. —
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