Antioquia lo conoció siempre como una persona respetable y por eso su vinculación a supuestas causas paramilitares no solamente lo doblegaron a él sino a su familia.
La acusación le llegó estando en la cúspide política. Era presidente de la Cámara de Representantes. Y conducirlo preso fue una afrenta de la cual nunca pudo levantarse.
Oscar Arboleda murió esperando un fallo absolutorio, seguro de su honestidad. Siempre negó ante las autoridades y ante el país su presunta cercanía con grupos al margen de la ley para hacerse elegir.
El primero de diciembre de 2016 la Corte Suprema de Justicia revocó la medida de aseguramiento que pesaba contra el excongresista y le concedió la libertad inmediata.
“El exrepresentante argumentaba que llevaba tres años, dos meses y 18 días privado de la libertad y que desde marzo de 2016 terminó el juicio público en su contra por supuestos nexos con grupos paramilitares.
Para la Sala Penal, al momento de imponerse la detención preventiva en contra de Arboleda, ésta se justificó en la necesidad de la preservación de la prueba y la protección de la comunidad.
Afinales de 2016 se consideró que no existe ningún riesgo y por su grave estado de salud, y murió a la espera del fallo de la Corte Suprema de Justicia”.
El periodista Rodrigo Martínez habló con su familia que lo recuerda como un gran educador y un gestor del crecimiento de la industrias lechera en el norte de Antioquia.
Su esposa -Patricia Echavarría- lo recordó como un hombre riguroso y estricto que detestaba la mentira. “Decía que el patrimonio de un hombre eran sus principios y su honestidad”, contó.
Agregó que nunca pensó en un problema como el que tuvo cuando lo señalaron de nexos con paramilitares y “eso lo acabó y fue tan horrible su lucha por demostrar su inocencia ante la Corte Suprema de Justicia que el mismo se encargó de su defensa. El juicio se terminó en marzo 15 de 2016 y el Código Penal dice que hay 15 días para fallar, pero murió ayer esperando dicho fallo”, dijo.
El exsenador conservador Gabriel Zapata opinó en El Colombiano que esta es una gran pérdida para Antioquia, por los aportes que le hizo al departamento desde los cargos públicos y por el impulso que le dio en el norte a la Cooperativa Colanta.
Arboleda estudió Derecho en la Universidad de Medellín y Filosofía en la Universidad de Antioquia y se especializó en Derecho Laboral en UPB. Durante dos períodos fue representante al Cámara; también fue diputado de la Asamblea de Antioquia, Concejal de Belmira y San Pedro de los Milagros, su tierra natal.
Ocupó la Secretaria de Educación de Antioquia en dos períodos y fue secretario de Obras Públicas del departamento. En Medellín fue secretario de Tránsito y de Hacienda, y fue elegido para el Parlamento Andino. Fue rector del colegio Conrado González. Le sobreviven su esposa y dos hijos.
