La respuesta depende de lo que se entienda por renovación del Partido. Sus precarios resultados electorales en las elecciones presidenciales, donde su candidato Rafael Pardo sacó la peor votación en la historia de esta colectividad, y cuando de nuevo se perdió de manera vergonzosa Bogotá, muestran que evidentemente se desconectó de ese pueblo que siempre lo apoyó. Eso es innegable y no se substituye con tener excelentes relaciones con el presidente Santos, que pertenece a otro partido, el de la U. En el juego de la política el verdadero poder lo otorgan los votos, obviamente aquellos que no se compran sino que responden al apoyo voluntario de la ciudadanía a unas ideas y programas representados por cada agrupación política. Lo demás es simple carreta. Ser parte de la coalición de gobierno que dirige un presidente elegido con las ideas de la U, donde se reúnen conservadores antes uribistas y ahora santistas, y liberales, más santistas que liberales, es simplemente ser uno más para gobernar que tiene que negociar y no siempre puede defender sus propias ideas. ¿Es eso tener realmente poder político distinto a unas cuotas burocráticas, y si acaso, a que tengan cabida algunas de sus ideas?
Por ello, renovar no es solamente impulsar el liderazgo de un Presidente de origen liberal pero que ha acompañado a dos gobiernos con ideas más de derecha. Renovar es motivar a todos aquellos ciudadanos que creen en una sociedad solidaria, en que todos los individuos sin distingo de género, etnia o nivel económico, tienen derechos económicos, sociales, culturales y ambientales por los cuales el Estado debe responder. En eso consiste ser un Estado Social de Derecho como lo consagra la Constitución de Colombia de 1991. Ser liberal no en un sentido meramente económico sino político, es defender el papel irremplazable del Estado y reconocer que el mercado juega un papel, pero que debe ser regulado porque no garantiza la equidad. Que defiende el crecimiento incluyente y no el efecto goteo que han promovido los desarrollistas que creen que basta con crecer porque algo les llegará a los demás, entre ellos a los pobres y marginados.
Todos aquellos que creen en un Partido que defienda esos ideales no se sienten representados por la línea que ha dominado la dirección de esta colectividad, porque muchos de ellos se acoplaron a los mandatos más de derecha, de un modelo neoliberal que trató de sustituir al Estado por el mercado, con las consecuencias que hoy sufre el mundo, especialmente aquellos países que más lo apoyaron.
¿Qué ha dicho el nuevo y joven presidente del Partido Liberal? Frases vacías de contenido como que "el liberalismo es de lo social", desconociendo que ese es un discurso obsoleto porque es evidente que es la política económica, y no solo la social, la que define la vida de las personas, la que estratifica los beneficios y le da solo limosnas y no derechos a los que más lo necesitan. Eso es ser conservador y no liberal en su verdadero sentido.
Si por renovación se entiende que venga gente joven a dirigirlo, independientemente de las ideas que defienda por retardatarias que sean, entonces si será Simón la renovación. Pero en términos de esos ideales liberales que se han venido postergando por décadas, especialmente en el gobierno de su padre, como la equidad y los derechos, es muy poco lo que cambiará ese Partido, y por eso muchos de nosotros seguiremos por fuera.
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