El expresidente chileno, Ricardo Lagos, en un lúcido análisis de los recientes eventos que han sucedido en su país, plantea siete desafíos estratégicos que debe enfrentar Chile para llegar al 2030, "con un imperativo de equidad". Estos son: democracia 2.0, revolución en educación, hacia una sociedad de garantías y obligaciones, Chile nodo y las mejores ciudades para vivir, la población como motor de desarrollo, crecer quebrando la tendencia en la distribución de ingreso, Chile potencia en energías renovables. Pero sin entrar a analizar estas metas, por su pertinencia para Colombia, el momento es importante para entender lo que se reconoce como el nuevo contexto para alcanzarlas.
Lagos empieza por reconocer que lo que ha sucedido en los últimos cinco meses ha generado cambios de fondo que han acelerado la necesidad de enfrentar los desafíos. El primer efecto que señala de la movilización que ya no es solo estudiantil sino de las clases medias, es la deslegitimación institucional y la profunda necesidad de "reconectar con este nuevo Chile que emerge (…)." Según él, aunque siempre se reconoció la necesidad de abordar como paso siguiente el tema de la equidad, nunca como ahora se había dado tanto entusiasmo con estas ideas. Como una advertencia para Colombia, el expresidente Lagos señala que cuando se plantearon por primera vez los retos "es evidente que se preveía lo que podía ocurrir, lo que no previmos es que ocurriría tan pronto."
Pero es la explicación de las causas de estas grandes movilizaciones en Chile, lo que parece más pertinente para nuestro país: "una vez superada la línea de pobreza -debe recordarse que en 20 años Chile la redujo del 40% en 1990 al 13% a principios de esta década- "esta nueva clase media tiene un mayor nivel de educación, se siente mucho más empoderada, más segura de sí misma y quiere ser escuchada más que antes por los poderes públicos; cree tener algo que decir sobre la nueva sociedad chilena que emerge y pide -corrijo- exige a sus dirigentes, que la escuchen". Nosotros los colombianos ni siquiera hemos llegado allí y por distintas razones, ya empezaron las movilizaciones masivas, obviamente contaminadas por lo que está sucediendo en el país austral, por la primavera "árabe" y por las profundas deficiencias de nuestro modelo de desarrollo y nuestra débil democracia. Ya tenemos grandes insatisfacciones cuando no hemos reducido la alta cifra de pobreza e indigencia. ¿Será posible que alguien en Colombia pueda decir muy pronto algo similar a lo que dice el expresidente Lagos? "Lo que vemos en Chile en la calle no es una movilización en función de una política pública, es el renacer del pueblo de Chile".
En un viaje reciente a Santiago de Chile, se evidencia claramente algo que el expresidente Lagos dijo hace un tiempo: "Estamos creando dos Chiles". No se ve sino progreso en las Condes, Vitacura, Providencia y la Dehesa, el centro de la cuidad vive una calma chica porque los estudiantes están de vacaciones, pero ya se sabe que pronto se prenderá de nuevo la movilización. Pero Colombia, que no es dos sino mínimo seis países, según el mismo DNP solo tiene uno realmente moderno, así que las expresiones de descontento pueden multiplicarse significativamente.
No basta con reducir pobreza, como cree el gobierno. O empiezan a redistribuir el desarrollo con reformas estructurales como la tributaria, entre otras, o la insatisfacción social se puede multiplicar por seis.