Uno
Mi buen amigo Antonio Nicolás me llamó muy preocupado por los terribles nubarrones que se ciernen sobre Colombia. Antonio Nicolás es venezolano y tiene suficientes razones para sentir angustia ante lo que le tienen preparado unos malandrines al país que le ha dado cobijo y en el que se siente en casa, porque ya es un colombiano de corazón al que le duele esta patria tanto como la suya de nacimiento, la que padece desde hace veinte años los horrores del comunismo al particular estilo de República cocalera.
Dos
Que sea un venezolano el que nos prevenga del terrible destino que nos tienen previstos los mismos que destrozaron al inmensamente rico país vecino, es una señal clara que no podemos desatender.
Tres
Si pudiéramos regresar en el tiempo y tú, amable lector, estuvieras en Caracas lleno de ansiedad al conocer de antemano el terrible futuro que les estaban preparando, calculadamente y de la manera más fría y cínica, los del Socialismo del Siglo XXI ¿se te saldrían las palabras a borbotones y te sentirías lleno de angustia si no fueras escuchado? Algo similar debe sentir mi amigo Antonio Nicolás. Él sabe muy bien lo que nos espera si no le ponemos a esto un estate quieto ya.
Cuatro
Al padre Palmar le llevaron un bebé agonizante de dos añitos que murió sin probar las arepitas que le estaban calentando para que por fin comiera luego de días de hambre. Rafaelito se fue con el estomago vacío y el corazón adolorido. Eso ocurrió hace pocos días en Venezuela y el pequeñín era hijo de una mujer de origen colombiano como las hay por millones en el hermano país.
Cinco
“Disculpen, la rabia me consume, la impotencia me desborda, el dolor me estremece y la pena me entristece el alma”, escribe el padre Palmar y pide que la justicia divina reprenda a Maduro y sus compinches: “¡Que la muerte del niño Rafaelito recaiga sobre este narco régimen!”, exclama el padre.
Seis
¿Que le dirías a un hermano venezolano si pudieras devolverte veinte años? ¿Le contarías el triste final de Rafaelito? Y si cuando le resumieras las desgracias que le esperan te mirara con desconcierto tomándote por loco ¿preferirías no hablar más o insistirías en prevenirlo de las nefastas consecuencias que traería el quedarse pasivo ante la inminencia del peligro?
Siete
Los sordos somos justo ahora nosotros los colombianos queriendo creer que no nos pasará nada de nada. ¿Será que si nos quedamos quietecitos y les vamos dando a esos criminales de a poquito lo que nos van pidiendo nos dejarán tranquilos?
Ocho
En veinte años se sabrá si estamos a la altura de nuestro compromiso histórico o si dejamos hoy, por cobardía e indolencia, que se lleve el diablo a Colombia como se llevó a la sufrida Venezuela.
¿Qué le dirías a un venezolano si pudieras devolverte 20 años?
Jue, 07/12/2017 - 05:26
Uno
Mi buen amigo Antonio Nicolás me llamó muy preocupado por los terribles nubarrones que se ciernen sobre Colombia. Antonio Nicolás es venezolano y tiene suficientes razones p
Mi buen amigo Antonio Nicolás me llamó muy preocupado por los terribles nubarrones que se ciernen sobre Colombia. Antonio Nicolás es venezolano y tiene suficientes razones p