Soñar hace el futuro

Mar, 11/03/2014 - 14:17
Es bien conocido el dicho  formulado típicamente para regresar a la realidad a alguien que se ha permitido escapar de esta por un rato diciendo -"Sería rico estar ya metido en el mar de Islas del R
Es bien conocido el dicho  formulado típicamente para regresar a la realidad a alguien que se ha permitido escapar de esta por un rato diciendo -"Sería rico estar ya metido en el mar de Islas del Rosario".- "Soñar no cuesta nada", se replicaría  normalmente con humor carente de la mínima  empatía. Soñar, en cambio, cuesta muchísimo y aquí pretendo explicar por qué. Desde la Fundación Instituto de la Conversación promovimos con impecable ejecución del doctor Carlos Lemoine, su presidente, un calendario inspirador con  píldoras útiles para tener en cuenta en los actos de conversación significativa que construyen destinos entre las personas. En el mes de enero, inspirados por la obra de Martin Luther King, entre otros, registramos: "Un sueño es más poderoso que mil realidades." "Los sueños al principio parecen imposibles, luego improbables, y después cuando nos comprometemos se vuelven inevitables." Hacer que las organizaciones tengan sueños compartidos les permite lograr que todos remen en el mismo sentido y esto les da poder. Los sueños compartidos generan familias, equipos, empresas comunidades y países. El lenguaje que surge del sueño compartido transforma el presente para todos los que lo comparten. Tener sueños y creer en ellos nos libera de las limitaciones del pasado. Las palabras de quienes inspiran esta reflexión se suman al pensamiento de John Lennon en su canción Imagina y su  filosofía consignada nos dice lo siguiente: "Un sueño que sueñas solo es tan solo un sueño. Un sueño que sueñas con otros es la realidad." A ello se le suma el increíble Walt Disney con su frase, "Si lo puedes soñar lo puedes hacer." Pienso que en el mundo conocido nunca nada importante fue antes creado sin haber sido previamente concebido. Los sueños colectivos no cuestan tanto formularlos, pero llevarlos a la realidad puede costar una fortuna incalculable como lo sería por ejemplo crear y llevar a vivir a una pequeña comunidad arriba en el espacio. No estamos lejos de verlo y no menos de necesitarlo en futuros cercanos... Soñar puede llegar a ser tan costoso que puede cobrar hasta la vida misma. Martin Luther King, Malcolm X, Abraham Lincoln, Jaime Garzón  y otros dieron sus vidas por expresar de viva voz lo que soñaban. Porque siempre que se sueñan en verdad los desafíos importantes se pisan callos de quienes quieren mantener inalterada la realidad o modificarla a su propia manera. Recientemente fui testigo presencial de la formulación de sueños colectivos trascendentales en diferentes organizaciones como el de la Fundación Colfuturo. Esta fundación sin ánimo de lucro quiere doblar sosteniblemente su cuota de beneficiarios de créditos beca para 2020.  2.000 colombianos de alto nivel académico se beneficiarán de un programa y administración impecable de créditos y apoyo efectivo al estudiante. Todos los empleados concibieron y se comprometieron con el mismo sueño. Novo Nordisk, filial Colombia, casa farmacéutica danesa líder mundial en diabetes y pioneros en biopharma para tratar la hemofilia y la hormona del crecimiento mantiene en su sueño de conquista de nuevos mercados nacionales un foco irrenunciable en el paciente, su cuidado y necesidades desde una máxima regida por esenciales soñados que hacen parte de su actuar y su realidad. Comportamientos y acciones relativas a sus marcas que sueñan los colaboradores para luego realizarse coordinadamente. Más ganancias para poder llevar más y más pacientes con enfermedades crónicas a estados mejor controlados. El grupo empresarial ABS, del cual hace parte este portal, tuvo la capacidad de soñar con todos sus líderes en un tiempo límite una organización repotenciada enfocada en las necesidades de sus usuarios y clientes y el desarrollo integral de su red de apoyo y servicios de conserjería. Una organización más presente en la educación en valores para juventudes en riesgo a través del rugby. Una empresa explotando su verdadera vocación de servicio y atención efectivos. Entre más arraigada una comunidad o sociedad a una realidad es más difícil soñar un cambio desafiante de la misma. Por eso los sueños colectivos que cobran fuerza implican enormes esfuerzos e inclusive revoluciones sociales pacíficas. En Colombia necesitamos recuperar la capacidad de conversar acerca del sueño anhelado de la paz. No por ser difícil se debe retener esa conversación en la mesa del hogar, o en el aula de un colegio. La realidad solo la podemos cambiar a partir de poder soñar y disfrutar de la sensación de tranquilidad y esperanza derivadas. Igual o más importante es salir a abrazar la acción coordinada que demuestra con hechos unos resultados y una conveniencia colectiva de cumplir esos sueños. Podemos soñar con la paz para Colombia cada vez que queramos desde la política, desde el aparato productivo, desde la academia, el campo, las regiones y las ciudades. La paz concertada se puede soñar como algo mucho más beneficioso para la mayoría, como algo donde el dinero invertido rinde mucho más en desarrollo y convivencia que el rendimiento de  sangre y más muertos fruto de asumir los costos de más armamento y más guerra. Necesitamos recuperar la capacidad de soñar con el país que queremos desde la forma como nos levantaríamos en casa cada mañana en un país en paz. Desde las nuevas posibilidades que a cada quien le aparezcan en su mente y que resuenen después con el sueño de otro. Soñar es necesario para seguir construyendo la Colombia que queremos. Una Colombia más democrática, más próspera y equitativa, con mayores oportunidades y con gente más feliz y libre para expresarse debe poder ser descrita y diseñada en un sueño colectivo. La realidad de los derechos civiles es hoy totalmente distinta en los Estados Unidos luego de 46 años. Tan poderoso puede ser un sueño, que hoy el país más poderoso del mundo es gobernado por Barack Obama, un afrodescendiente que representa un verdadero cambio en la mentalidad colectiva de la nación. "Yo tengo un sueño", declaró un día frente a miles Martin Luther King, asesinado en 1968. El gran soñador que transformó la realidad de Norteamérica. Necesitamos de líderes en Colombia que nos recuperen la capacidad de soñar. @LuchoJacobsen
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