"Yo les voy a cantar un pedacito de la canción y ustedes repiten conmigo después", decía la voz de Kaleth Morales en su primer éxito musical. Contrario a muchas otras canciones vallenatas populares de la época, la versión radial de Vivo en el limbo comenzaba sin el solo de acordeón que le daba paso al cantante.
Después prendía la parranda y hasta le quedaba tiempo para gastar una broma a los que la escuchan por primera vez: "no piensen que este disco está rayado, es que sinceramente no sé qué me pasa".
Kaleth Morales era el hijo de Miguel Morales, quien fuera el primer cantante de la agrupación Los Diablitos y luego emprendió una carrera en solitario para separarse del brillo de Omar Geles. Morales era un apellido de respeto en la tradición vallenata con toda la razón.
La voz del padre de Kaleth era una constante en las emisoras de los años 90 en Colombia. Mientras las canciones de su conjunto vallenato pegaban en toda Colombia, su hijo componía canciones con la guitarra que él mismo le regaló.
Cuando Kaleth alcanzó el éxito en la industria musical, ya había completado diez semestres de la carrera de Medicina en la Universidad del Sinú. Solo le faltaba su tiempo de internado para convertirse en médico cirujano. A la prensa de la época le aseguró que estaría dispuesto a dejar la música si eso interfería con su vocación de médico.
Aunque es cierto que su apellido pudo ayudar con su éxito, la propuesta musical de Kaleth Morales era distinta a la del vallenato tradicional que le dio fama a su padre: era fresca, llena de energía y alejada del vallenato pop que ya había propuesto Carlos Vives.
Por la calidad de sus composiciones y el color brillante de su voz, que transmitía energía incluso en canciones tristes, no había llegado ni a los 20 años cuando ya había firmado con una casa disquera y era buscado para componer canciones a muchos artistas.
De hecho, Vivo en el limbo había sido compuesta para que se convirtiera en un reguetón interpretado por grupo cartagenero Latin Dreams. La combinación de un rapero y un cantante pop también era una herencia de los años 90 y el compositor pensó en una canción ganadora.
Sin embargo, a Kaleth le gustó tanto el resultado que decidió grabarla también para sí mismo. Años después, Latin Dreams grabó el cover de la que iba a ser su canción.
Silvestre Dangond y Peter Manjarrés también estaban trabajando en los sonidos de lo que después se convirtió en la nueva ola del vallenato, de la cual se considera que Kaleth es el precursor. Ambos eran mayores que Kaleth, pero apenas estaban abriéndose paso en la industria cuando Kaleth ya se había convertido en una estrella con un solo disco.
Mientras triunfaba como cantante con su pegajoso sencillo, seguía componiendo canciones para esas nuevas estrellas de la nueva ola. Vivo en el limbo salió al tiempo que Me la juego toda, cantada por Silvestre Dangond e incluida en su tercer disco, Más unidos que nunca.
Incluso, una de las canciones más conocidas de Kaleth Morales es Todo de cabeza, que él había compuesto para Silvestre Dangond. Ese y otros demos tenían tan buena calidad de grabación e interpretación que fueron publicados en una recopilación póstuma.
Ellos no se veían como competencia ni había rivalidad. De hecho, ellos eran compadres y se estimaban mucho. Silvestre Dangond es el padrino de bautizo de Katrinalieth, la hija mayor de Kaleth, quien hoy también está persiguiendo el éxito como cantante.
Cuando las emisoras de pop en Colombia significaban algo y se podía ir a conciertos sin miedo a morirse de neumonía, la emisora La Mega —de RCN Radio— organizaba festivales con los artistas colombianos de moda y muchos anunciantes; a eso se le llamaba Nuestra Tierra y en 2005 fue su primera edición.
La Mega no era una emisora precisamente tropical. Se dedicaban a rotar canciones de pop rock y pop local y anglo. El reguetón era una novedad traída de afuera. Además de Kaleth Morales, el primer cartel de Nuestra Tierra incluía a Carlos Vives con rastas, Los de Adentro con su cantante original, Fonseca cuando era novedoso, Doctor Krápula cuando no tocaban en cada esquina, Cabas en su época dorada, y mucho tropipop por cuenta de Sanalejo, Mauricio & Palo de Agua y Lucas Arnau.
El público bogotano, que por aquel entonces estaba dándole la oportunidad definitiva a lo que sonara a mar Caribe y acordeón, esperaba a Kaleth con ansias. Él no falló a la cita ese 20 de agosto. Ese fue su último concierto y el más concurrido de toda su carrera, porque 40 mil almas estuvieron presentes.
Tres días después, Kaleth y su hermano Keyner tuvieron un accidente de tránsito en la vía de Cartagena a Valledupar. Un conductor que pasaba se detuvo a auxiliarlos y pidió ayuda, pero la lluvia hizo que se perdieran valiosos minutos.
Kaleth perdió la vida durante la madrugada del 24 de agosto, mientras su hermano luchó varios días más y hoy sigue vivo.