“Educar antes que instruir”, ese era el lema sobre el cual Agustín Nieto Caballero fundó su propuesta educativa, la misma que ayudó a modernizar la educación en Colombia en los albores del siglo XX.
Miembro de una aristocrática familia bogotana, Nieto Caballero nació en Bogotá el 17 de agosto de 1889. Años después se graduó en derecho de la Universidad de París, carrera que enriqueció con diversos estudios: Filosofía, Sociología y Ciencias de la Educación en la Sorbona y en el Colegio de Francia, y Psicología en el Teacher College de Columbia University, en Nueva York.
Acaso fueron sus prolíficos estudios los que sembraron en Nieto la necesidad de educar. Al regresar al país, en 1914, se reunió con varios intelectuales de la época, entre quienes se contaban Tomás Rueda Vargas, José María Samper y Ricardo Lleras Codazzi, quienes, como él, pensaban en la necesidad de transformar la educación en el país.
De aquellas reuniones surgió el Gimnasio Moderno, cuya fundación se remonta a marzo de 1914. Antes de ocupar los verdes prados adornados de pinos, entre las calles 74 y 76 y las carreras novena y once, se hallaba en la calle 57, en la casa de los Torreones.
Nieto Caballero, o Don Agustín, como era conocido por todos, tenía en mente educar a jóvenes íntegros, con fuertes principios morales, que se convirtieran en los líderes del país, en los encargados de guiar el progreso de Colombia. Ayudado por las teorías de educación de Maria Montessori y Ovidio Decroly, impuso un modelo liberal y vanguardista. La siguiente cita de Nieto explica de forma clara su pensamiento:
“El buen ciudadano debe representar una fuerza que ayude a levantar el espíritu de la sociedad. Importa pues desarrollar en él la máxima capacidad física, intelectual y moral. Es indispensable prepararlo técnicamente para hacer eficaz su rendimiento... formar un hombre recto y útil -fin primordial de todo intento educativo- será siempre algo más que dotar a ese ser de un determinado acervo de conocimiento. Sin una idea viril y generosa de la vida, sin disciplinas espirituales, sin voluntad organizada, no puede llegar a conquistar su más alto sentido a la función de educar·”.
Nieto tenía la convicción de que a los jóvenes se les podía enseñar sin represión. Por eso hablaba de la “disciplina de confianza”, que concebía al alumno como un ser autónomo, capaz de decidir por su cuenta y de cumplir sus deberes con responsabilidad, sin necesidad de un control total.
El modelo de Nieto fue ampliamente acogido y pronto el Gimnasio Moderno se convirtió en una de instituciones educativas más prestigiosos del país.
En los pupitres de madera, tras las paredes terracota de los edificios estilo inglés, han estudiado personajes influyentes, entre los que se cuentan los científico Rodolfo Llinás y Felipe Guhl, los escritores Eduardo Caballero Calderón y Ricardo Silva, el cofundador de la Universidad de los Andes Mario Laserna, los expresidentes Alfonso López Michelsen y Ernesto Samper, y los periodistas Guillermo Cano, Fidel Cano y Daniel Samper Pizano.
El aporte de Agustín Nieto no se limita al Gimnasio Moderno. En 1928 fundó el Gimnasio Femenino, donde aplicó los mismos preceptos del primero en la educación de las mujeres. También fue un activo colaborador en asuntos educativos públicos. Fue inspector de Educación Primaria y normal entre 1932 y 1936, trabajó en reformas educativas e impulsó la fundación de la Facultad de Educación de Bogotá.
Nieto Caballero escribió varios libros, entre los que se cuentan Sobre el problema de la educación, Las casas escolares y su acción en Bogotá, Palabras a la juventud, Los maestros y Una escuela. Falleció en noviembre de 1975 y fue enterrado junto a la iglesia del Gimnasio Moderno, el colegio que él fundo y que este mes de marzo de 2014 cumple cien años.
El educador que fundó hace cien años el Gimnasio Moderno
Mar, 18/03/2014 - 09:56
“Educar antes que instruir”, ese era el lema sobre el cual Agustín Nieto Caballero fundó su propuesta educativa, la misma que ayudó a modernizar la educación en Colombia en los albores del sig