
Este jueves falleció Nijolė Sivickas, la madre del exalcalde y hoy senador Antanas Mockus, a quien formó con carácter y con quien tenía inmensas similitudes. Ella fue una destacada artista colombo - lituana que llegó al país luego de la Segunda Guerra Mundial.
Empezó su vida artística en Lituania, en Staatliche Akademie der Bildenden Künste (Academia de Arte Visual de Stuttgart) donde aprendió la corriente del expresionismo. Un estilo que buscaba representar el caos que había producido la Primera Guerra Mundial, trataba de comprender la tragedia de lo que había sucedido.
Emigró a Colombia a mediados de 1950, después de su matrimonio, para trabajar como ilustradora en revistas y periódicos. Luego se unió al taller del también lituano Juozas Bagdonas, quien le heredó su lugar de trabajo al mudarse a Estados Unidos.
Allí empezó su producción artística propia en el país, primero con materiales como la arcilla y el fuego, con producciones de gran tamaño. Algunas que en ocasiones no cabían en el taller o la casa donde vivía, aseguró en una pequeña biografía Stasys Goštautas. Su esposo murió en 1966, tuvieron dos hijos, Antanas y su hermana Ismelda.
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En Colombia, Nijolė se interesó por las tradiciones indígenas de Colombia, las cuales combinó con su estilo. No olvidó a su país natal, de hecho aspectos de esa vida se los heredó a sus hijos, a quienes transmitió la lengua y la historia de su nación.
Su obra se compone de grandes esculturas o instalaciones construidas a base de diversos materiales naturales como la arcilla, el carbón, el hierro tierra y cerámica, el cual, según Stasys Goštautas, escribió en Lithuanian Quarterly Journal of Arts and Sciences, era grotesco y basto, ella misma afirmaba que no estaba buscando la belleza.
Con sus obras llegó a diversos países y volvió a su país para un exposición, también lo hizo en Francia, Australia, Puerto Rico, Venezuela y Ecuador.
Su última exhibición fue en la Biblioteca Nacional de Colombia, donde tomó la decisión de no exhibir más.
Continuaba asistiendo a las elecciones en compañía de los amigos de Mockus y allí se entendía que la mujer había heredado el carácter a su hijo. Se molestaba con las interpelaciones personales y se hacía notar, como fuera, cuando algo le molestaba.
La información de su fallecimiento no pasó del anuncio, la familia quiso conservar la intimidad del duelo y las condiciones de la muerte.