51.000 millones de toneladas de Gases de Efecto Invernadero es lo que arrojamos los humanos cada año a la atmósfera, generando con esto una capa en el aire que no permite que el calor que irradia el sol en su ingreso al planeta retorne en las mismas proporciones. A esto le llamamos: efecto Invernadero, que a su vez produce calentamiento global, que genera cambios climáticos en diferentes partes del planeta.
Para entender qué genera la contaminación de la atmósfera, no sólo basta pensar en la industria o en los vehículos a combustión, sino en el tamaño del problema real, del 100% de la emisión de gases contaminantes, el 31% lo generamos en el proceso de fabricación de las cosas que usamos de manera cotidiana (cemento, acero, plástico, etc), el 27% sobre cómo producimos la energía, el 19% en cómo nos alimentamos, el 16% en cómo nos movilizamos, y el 7% en cómo usamos aparatos de calefacción o enfriamiento.
Entonces, ¿qué hacer? Apostarle a la energías renovables para transformar la matriz energética, siendo conscientes que aún realizando este importante cambio, el problema no se resuelve en su totalidad. Por ende, no basta con sustituir termoeléctricas por hidroeléctricas, invertir recursos estatales en innovaciones como la fisión y fusión nuclear y demás tecnologías que han dado resultados; también se hace necesario escalar dichas iniciativas y tecnologías para abaratar sus costos.
Igualmente, es necesario implementar otras estrategias paralelamente como mejorar las razas de la ganadería a unas que emiten menos metano, disminuir el consumo de cárnicos por productos sustitutos vegetales, combatir la tala de árboles y generar programas para la reforestación, prohibir en el mediano plazo la movilidad terrestre de baja capacidad a combustión y migrar hacia la eléctrica; y para la movilidad terrestre de gran capacidad, aviación y movilidad marítima es imperante llevarla hacia una transición de biocombustibles.
Las políticas públicas a implementar deberán estar enfocadas en el tamaño total del problema y no únicamente en una porción de la torta. La especie humana desde lo físico es muy frágil, poseemos menos fuerza física que un león o un gorila, menos destreza que cualquier reptil, y lo único que nos diferencia es la capacidad de raciocinio. Esperamos que esta habilidad la podamos emplear en lo único que nos diferencia de los otras especies, para poder sobrevivir.