En el corazón de Asia, en un país tan disciplinado y visionario como Japón, Colombia ha escrito un capítulo histórico en Expo Osaka 2025. No se trata solo de cifras —1,3 millones de visitantes a nuestro pabellón en 5 meses, más de USD 37 millones en expectativas de negocios, 31 intenciones de inversión y más de USD 10 millones en turismo—. Se trata de lo que esas cifras simbolizan: el lugar que Colombia, El País de la Belleza, empieza a ocupar en el nuevo mapa económico mundial.
Cuando decidimos participar en esta exposición universal, asumimos un reto mayúsculo: demostrar que con una inversión significativamente menor a la de otros países (USD 10 millones frente a, por ejemplo, los USD 200 millones del pabellón japonés) era posible generar impacto, visibilidad y resultados tangibles para nuestra nación. Hoy podemos decir que lo logramos. El Pabellón Colombia, inspirado en Macondo, se ha consolidado como una de las experiencias más concurridas de la Expo, y con ello, como una de las más memorables.
Cada taza de café servida, cada presentación cultural, cada cita de negocios ha sido un puente tendido hacia Asia. Desde el Carnaval de Negros y Blancos hasta los ritmos de la salsa caleña, desde la artesanía indígena hasta el sabor del aguacate Hass, Colombia se presentó como un país diverso, moderno y con vocación global.
Los resultados hablan por sí mismos: el café concentró más del 80% de las expectativas de negocios inmediatos, el aguacate Hass logró expectativas de negocios por USD 11 millones, y los agroalimentos reafirmaron su potencial como sector líder. Además, mercados estratégicos como Corea del Sur y China, que concentraron el 94% de las compras, confirman que Asia no solo nos mira, sino que confía en lo que Colombia tiene para ofrecer.
En inversión, las intenciones en sectores como infraestructura, agroindustria, tecnologías de la información y energías limpias nos confirman que Colombia es vista como un socio confiable para proyectos de alto impacto. Que se hable en Osaka de hidrógeno verde, de combustibles sostenibles o de nuevas alianzas en salud y tecnología, es prueba de que el país está alineado con las tendencias del futuro.
Y en turismo, más de USD 10 millones en expectativas ratifican que nuestra riqueza natural y cultural son un imán para viajeros de Asia, un continente que busca experiencias auténticas y destinos transformadores.
Expo Osaka 2025 no es una vitrina cualquiera. Es un escenario donde las naciones proyectan lo que son y lo que quieren ser. Colombia, con creatividad, disciplina, visión estratégica, y un pabellón al nivel de los grandes, está demostrando que no necesita inversiones exorbitantes para brillar. Necesita, eso sí, confianza en sí misma y la convicción de que el futuro se construye con apertura al mundo.
Hoy, más que un récord, celebramos una lección: cuando trabajamos unidos, Colombia no solo participa en el escenario global, lo transforma.
Así que ahora, la mirada está puesta en nuestro próximo gran escenario: la China International Import Expo (CIIE), donde Colombia tendrá el honor de ser país invitado de honor. Será la oportunidad de consolidar lo sembrado en Osaka, de profundizar nuestra relación con Asia y de mostrar, una vez más, que Colombia es un socio estratégico, confiable y lleno de oportunidades. Nos vemos en Shanghái, del 5 al 10 de noviembre, en donde llevaremos al mundo lo mejor de nuestro país de la belleza.