La tecnología ha afectado los trabajos de diferentes maneras. En algunos casos, para las personas que hacen parte del área administrativa en una organización, ingenieros y diseñadores, los avances tecnológicos han hecho que el trabajo sea más eficiente y productivo. En la otra cara de la moneda, la tecnología, en específico la automatización, desde los robots industriales hasta los robots de software han reemplazado a los trabajadores de fábricas, analistas, recepcionistas, documentadores y muchos otros oficios.
Daron Acemoğlu, economista del mit y uno de los autores de ¿Por qué fracasan los países?, afirma que «La automatización es fundamental para comprender la dinámica de la desigualdad». En un estudio, en el que es coautor, asegura que la automatización tiene un impacto en la desigualdad de los ingresos. Esto lo demuestra señalando que entre 1987 y 2016, el desplazamiento de trabajos correspondió al 16 %, mientras que la reintegración (nuevas oportunidades) fue solo del 10 %. Es decir, muchas de las personas con los oficios anteriormente nombrados nunca volverán a encontrar trabajo.
En el artículo Unpacking Skill Bias: Automation and New Tasks*, Acemoğlu y Pascual Restrepo, Ph.D. (economista colombiano) determinan que a partir de la década de 1980 ha habido un efecto negativo en los trabajadores poco calificados, los cuales se ven perjudicados por el desplazamiento, ya que los nuevos oficios benefician únicamente a los trabajadores más calificados. A partir de esto, se puede inferir que los países más afectados serían los que usan más mano de obra que robots, tales como China e India.
Acemoğlu y Restrepo examinaron la industria francesa de 2010 a 2015. Encontraron que las empresas donde adoptaron robots rápidamente se volvieron más productivas, y por su crecimiento contrataron más trabajadores. Pero, al mismo tiempo, aquellas competidoras que se quedaron atrás tuvieron que despedir a sus trabajadores**.
Se resalta que el cambio tecnológico está sesgado por habilidades. Lo que en otras palabras significa que los avances tecnológicos tienden a beneficiar solo a los trabajadores altamente calificados. Por ejemplo, solo algunos ingenieros pueden utilizar un software para programar un robot, mientras que los trabajadores que no tengan las habilidades necesarias serán menos valorados.
Otro ejemplo, entre tantos, puede ser en el futuro del sistema de autopago en una tienda o supermercado. El trabajo tiene que hacerlo el cliente, lo que reduce el costo laboral al negocio, pero la tarea no es más eficiente. Es un escenario catastrófico en el que se despide a una persona y el valor que ofrece este cambio tecnológico en eficiencia es mínimo. Acemoğlu define esto como tecnologías regulares, cuando las empresas reducen algo de sus costos, pero el aumento de su productividad es mínimo. En este caso se le traslada el trabajo al cliente, quien a fin de cuentas se puede cansar y no volver a comprar en este negocio.
Estas consecuencias negativas de la tecnología son evitables. La innovación se podría concentrar en producir tecnologías que mejoren la eficiencia y el empleo, y no en innovaciones que simplemente lo reemplacen. La tecnología no es mala, la discusión se debe concentrar en el uso y la dirección que le estamos dando
*Acemoğlu, D. y Restrepo, P. (2020). Unpacking Skill Bias: Automation and New Tasks. American Economic Association: Papers and Proceedings, 110, 356-361. https://doi:10.1257/pandp.20201063
** Dizikes, P. (2020, 5 de mayo). Robots help some firms, even while workers across industries struggle. MIT News. Consultado el 7 de septiembre de 2020. https://news.mit.edu/2020/robots-help-firms-workers-struggle-0505