Lamine Yamal, una de las grandes promesas del FC Barcelona y de la Selección de España, se encuentra en medio de una fuerte polémica tras la celebración de su cumpleaños número 18. El futbolista, quien ha ganado notoriedad por su talento precoz en el terreno de juego, organizó una ostentosa fiesta el pasado 13 de julio en una finca privada de Olivella, en Barcelona.
La celebración reunió a decenas de invitados, contó con espectáculos de drones, actuaciones de reconocidos artistas como Bad Gyal y Quevedo y una ambientación inspirada en películas de gánsteres. Lo que en principio parecía ser un festejo privado terminó generando una intensa discusión pública cuando se conoció que entre las actividades de entretenimiento participaron personas con enanismo contratadas para amenizar la velada.
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La Asociación de Personas con Acondroplasia y otras Displasias Esqueléticas (ADEE) denunció públicamente estos hechos, asegurando que contratar a personas con esta condición para un show de este tipo perpetúa estigmas y vulnera los derechos de las personas con discapacidad. Además, la entidad anunció que interpondrá acciones legales, recordando que la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad prohíbe expresamente conductas que refuercen la discriminación o la cosificación.
Ante el revuelo mediático, el Ministerio de Derechos Sociales intervino y trasladó el caso a la Fiscalía, al Defensor del Pueblo y a la Oficina de Delitos de Odio. Desde el Gobierno se recordó que la reforma legal en discusión podría imponer multas de hasta un millón de euros para actos considerados discriminatorios.
Mientras tanto, uno de los artistas contratados se pronunció ante los medios defendiendo su participación y recalcando que no se sintió utilizado ni ridiculizado. “No somos monos de feria, somos profesionales. Nos trataron con respeto y firmamos un contrato”, declaró, abriendo un debate sobre la autonomía de estas personas para decidir en qué tipo de eventos desean trabajar.
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La situación ha provocado un amplio debate en redes sociales y medios de comunicación. Algunos consideran que, como figura pública, Yamal debió tener mayor cuidado con la imagen proyectada en una fiesta tan mediática. Otros, en cambio, defienden el derecho de las personas con enanismo a ejercer libremente su profesión, siempre que no haya vejaciones ni burlas.
Por ahora, las investigaciones siguen en curso mientras la polémica continúa marcando la agenda mediática en torno al joven futbolista.
