
Toda Colombia ha estado pendiente del juicio contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, que, para quienes aún no conocen sus causas, enfrenta acusaciones derivadas de denuncias hechas por el senador Iván Cepeda en 2018, por presunto soborno a testigos y fraude procesal. Aunque ha avanzado de forma veloz y ha pasado por varias etapas, incluidas suspensiones por recusaciones y revisiones de pruebas como interceptaciones telefónicas, las audiencias concluyeron la semana pasada. Solo se está a la espera del tan controversial y anhelado veredicto.
A pesar de las graves acusaciones y tras 67 audiencias y un centenar de testigos, Uribe sostuvo ante la jueza Sandra Heredia que actuó con transparencia y sin influir en los testimonios, y su defensa ha hablado de “lawfare”, denunciando presiones políticas. La sentencia se espera para el 28 de julio de 2025 y, como el expresidente es un personaje muy controversial, algunos esperan su condena mientras otros esperan que sea declarado inocente.
No sobra recalcar que este ha sido un juicio histórico para Colombia, pues ningún expresidente había estado en el banquillo de los acusados hasta ahora. Además, algunos testigos exparamilitares, como Pablo Hernán Sierra y Juan Guillermo Monsalve, vinculaban a Álvaro Uribe y a su hermano, Santiago Uribe Vélez, con la presunta fundación del Bloque Metro de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
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Las fuertes declaraciones de Claudia López
La exalcaldesa de Bogotá, Claudia López, ha vuelto a agitar el escenario político nacional con unas declaraciones contundentes sobre el expresidente Álvaro Uribe Vélez. En entrevista con la emisora W Radio, López afirmó que existen pruebas que vinculan a Uribe con la presunta manipulación de testigos, y aseguró sin titubeos que “Uribe fue elegido con paramilitares”.
Claudia López, quien ha sido una de las voces más críticas del uribismo desde hace años, sostuvo que no se trata de una opinión política, sino de hechos judiciales. “Hay pruebas, hay testigos, hay interceptaciones legales. Lo que está en discusión no es si eso pasó o no, sino si tiene consecuencias penales o no”, afirmó. Además, cuestionó el papel que ha jugado la Fiscalía en el caso, sugiriendo que no se ha investigado con la rigurosidad que exige un caso de esta magnitud, especialmente por tratarse de un expresidente.
Estas declaraciones reviven un debate sobre el poder, la justicia y la memoria histórica en Colombia. Para López, el país no puede seguir ignorando que la violencia paramilitar no solo tuvo efectos territoriales, sino también electorales, y que figuras políticas como Uribe han estado vinculadas a estos fenómenos de forma directa o indirecta. En este sentido, sostuvo que Colombia no ha tenido una verdadera comisión de la verdad que investigue a fondo la relación entre paramilitarismo y política, y que por eso muchos crímenes siguen en la impunidad.
La controversia no se ha hecho esperar. Sectores afines al uribismo han rechazado con firmeza las afirmaciones de López, clasificándolas de irresponsables y políticamente motivadas. Sin embargo, otros sectores celebran que se pongan sobre la mesa temas que durante años han sido tabú en el debate público.