¿Me vacuno contra el Covid-19 o no? - Cuestión de información

La democratización del Internet ha permitido que cualquier ciudadano tenga acceso a multitud de información. Para el caso de la pandemia del Covid19, cualquier persona puede buscar datos que respalden los beneficios o los riesgos de las vacunas. Sin embargo, también se han organizado grupos que alertan sobre dichas vacunaciones.  

Dado que el proceso que se tomaron los científicos entre la identificación del agente causal de la enfermedad hasta la validación por la autoridad sanitaria fue un tiempo récord frente al desarrollo de otras vacunas, es válido preguntarse: ¿me vacuno o no?  

Argumentos en pro de la vacunación establecen que, dado que la eficacia de la vacuna es de entre 90-95%, el beneficio para los vacunados es mucho más alto que los posibles efectos secundarios de la vacuna. Sin embargo, los expertos dicen que para tener una protección adecuada frente a la enfermedad, las vacunas contra el covid-19 deben administrarse a la mayoría de las personas de todo el mundo. Lo anterior debido a que solo mediante la vacunación generalizada se alcanzará la inmunidad colectiva. Con esa visión, estos científicos sugieren que las vacunas deberían ser obligatorias.  

Argumentos en contra de vacunarse son las alergias que el paciente puede tener después de haber sido inyectado. Sin embargo, también se han presentado casos de personas que han muerto después de haber recibido la vacuna: recientemente en Israel murió un señor de 75 años con antecedentes cardiacos. A la fecha no se sabe si fue una desafortunada coincidencia o una reacción directa del cuerpo por la presencia de la vacuna. Por el momento, se está investigando.  

En Colombia, la ley estableció que la vacunación sería voluntaria. Por ello, es necesario que cada ciudadano se informe ante los beneficios y riesgos de la vacunación. Será responsabilidad de cada persona encontrar los argumentos que soporten su decisión. En este sentido, las autoridades tendrán que entregar información de forma que cada ciudadano haya podido tomar su decisión con conocimiento de lo siguiente:  

1. El resultado de los ensayos médicos que conducen a la aprobación de emergencia de la vacuna. Esto debe ser en un lenguaje fácil de entender y debe explicarse que sólo hay unos pocos meses de datos de seguridad disponibles para los ensayos, y que la vacuna COVID-19 se ha desarrollado rápidamente, en comparación con el tiempo medio que se tarda en desarrollar una vacuna, que es de 10 años  

2. Debe quedar claro que no hay información disponible sobre los posibles efectos secundarios de inicio tardío resultantes de una vacuna Covid-19, que puede tardar años en hacerse evidente.  

3. Los grupos de edad de las personas que participan en los ensayos de vacunas, si tenían alguna condición preexistente y si estaban tomando algún medicamento regular  

4. Una lista completa de todas las reacciones adversas notificadas en los ensayos de la vacuna (leve, moderada y grave)  

5. Los datos de seguridad deben presentarse de una manera que le permita sopesar su riesgo individual (edad y comorbilidad) de COVID-19 frente al riesgo de efectos secundarios (leves, moderados y graves) de una vacuna COVID-19  

6. Las alternativas a una vacuna, aplicable a su edad y cualquier problema relacionado con la salud  

7. El médico que administre la vacuna debe llevar un registro de las decisiones tomadas y las acciones acordadas en los registros clínicos del paciente. Esto incluye las decisiones de no tomar ninguna acción. 

Una vez que se le ha proporcionado lo anterior, entonces cada ciudadano deberá tener derecho a tiempo suficiente para tomar su decisión, sin coacción y sin ningún impacto adicional en su elección. Su elección debe ser respetada por el proveedor de atención médica, es decir, su EPS.  

Sin la concurrencia de todos estos requisitos la voluntad de cada ciudadano puede verse afectada. Dado la inmensa cantidad de información disponible en Internet (verídica y falsa), la toma de decisión sobre la vacuna deberá ser individual para cada adulto quienes asumirán las consecuencias de aplicarse la vacuna o no.   

No cierro esta reflexión sin enfatizar que, para la toma de la decisión individual, una fuente fundamental es la aprobación dada por autoridades sanitarias como la FDA en Estados Unidos y la EMA en Europa a la aplicación de la vacuna. Estas autoridades, integradas por científicos, certificaron la seguridad y la eficiencia de la vacuna en un porcentaje mayor al 90%. En Colombia, le corresponderá la INVIMA y a sus científicos certificar el uso seguro de las vacunas que nos lleguen.  

Si el año 2020 fue el año de la pandemia, el 2021 será el de la vacunación informada. Con esto, les deseo a todos y a todas un: ¡feliz año nuevo! 

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