Comenzamos este viaje juntos reconociendo el miedo, la tristeza, el dolor, la herida, la envidia, la ira, los sentimientos de separación. No tratamos de justificar estos sentimientos, ni tampoco los condenamos. Simplemente nos permitimos a nosotros mismos ser conscientes de que están ahí. El proceso siguiente puede ayudarnos a estar con nuestros sentimientos sin alejarnos de ellos (negarlos) ni exteriorizarlo
(proyectarlos).
- Reconocemos los sentimientos.
- No justificamos ni condenamos lo que estamos sintiendo.
- Aceptamos el sentimiento y nos damos permiso para experimentarlo.
- Permitimos que nos hable.
- Honramos el sentimiento y lo consideramos una comunicación interna.
- Nos responsabilizamos del sentimiento, por ejemplo: “Me siento herido, iracundo, triste, etc.”
- Rechazamos la tendencia a responsabilizar otra persona de lo que sentimos.
- Nos quedamos con el sentimiento.
- Nos negamos a intelectualizarlo. No es importante saber por qué nos sentimos así.
- Mientras estamos con el sentimiento, tomamos conciencia de que en este momento no estamos siendo muy amorosos, ni hacia nosotros mismos ni hacia los demás.
- Dejamos que este mensaje cale hondo, y nos quedamos con el sentimiento hasta que empiece a cambiar.
Es importante darse cuenta de que cada sentimiento negativo surge de la percepción de una falta de amor. En último término, ese amor debe venir de dentro. Por eso, no queremos mirar fuera de nosotros. No queremos alejarnos del sentimiento, sino entrar plenamente en él. Queremos afrontar el hecho de que queremos amor, y no nos sentimos amados ni amorosos. Queremos estar con ese vacío, con esa aparente carencia.
“El primer paso hacia el perdón” en la voz del Logoterapeuta y Coach de Vida Armando Martí©. (una adaptación del libro Los 12 pasos del perdón de Paul Ferrini), para la sección Konciencia de KienyKe.com. Escúchalo, disfrútalo y compártelo:
Estar con ese vacío nos ayuda a situarnos detrás de él. Nos ayuda a entenderlo. Ahí es donde encontramos el amor que pensábamos que nos faltaba. La fuente del amor no está en la superficie. Está en lo profundo del corazón, tan profundo como nuestro sufrimiento. La Madre Divina se esconde en el pozo negro. Tenemos que entrar en ese pozo para encontrarla. Tenemos que atravesar nuestro miedo, nuestra ira y nuestra vergüenza para sentir su amor incondicional.
Éste es nuestro descenso. Es la primera mitad de nuestro viaje. No podemos abrazar el amor hasta que aprendamos a estar con nuestro miedo y nuestros sentimientos de separación. Tenemos que hacer las paces con nuestras emociones.
Como verás, a medida que vayas dando los pasos propuestos, el equilibrio empezará a cambiar gradualmente del miedo al amor. Y, sin embargo, incluso aquí, donde todos debemos comenzar, el amor ya está presente.
En este paso retiramos la primera barrera a la presencia del amor. No, esa barrera no es el miedo. Esa barrera es la negación del miedo. El primer paso del perdón es darnos permiso para tener miedo y para sentir todos nuestros sentimientos. No podemos superar el miedo si tenemos miedo de experimentarlo.
Ése es el momento en que tomamos la cruz y empezamos a caminar colina arriba, como hizo nuestro hermano mayor. Sintiendo el miedo, caminamos a través de él mientras el amor nos llama, una amable promesa en los cielos matinales.