Una lección de dolor para todos

Mié, 11/06/2025 - 08:50
La conciencia no es una voz débil que podamos amaestrar como a una mascota. No se deja comprar con poder, ni se calma con excusas, ni se adormece con premios.
Créditos:
KienyKe.com

En tiempos oscuros, cuando la violencia irrumpe de forma cobarde y sorpresiva, la conciencia colectiva se sacude para despertarnos de un maleable sueño.

El reciente atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado sábado 7 de junio, mientras compartía su mensaje en un parque de Fontibón, a manos de un sicario, menor de edad, no sólo atentó contra una vida, sino contra la posibilidad de convivir en paz sin el peso de la incertidumbre.

 A pesar del dolor en su corazón y en su alma, la esposa del precandidato, María Constanza Tarazona, mostró al país un ejemplo de entereza, valentía y fe en medio del caos reinante con su pedido de unión y oración nacional por la salud del senador Uribe. Ella se convirtió en un símbolo esperanzador que nos demuestra claramente que la dignidad nunca se rinde.

Este episodio nos enfrenta a un cuestionamiento urgente y profundo: ¿qué nos está pasando como sociedad? ¿Por qué la palabra, el diálogo y la diferencia no pueden coexistir sin odio ni disparos? Más allá de los titulares, este hecho nos invita a mirar dentro de nosotros hacia esa brújula íntima que llamamos conciencia, y preguntarnos: ¿Estoy siendo fiel a lo que sé que es bueno, justo y verdadero?

La conciencia no es doméstica

La conciencia no es una voz débil que podamos amaestrar como a una mascota. No se deja comprar con poder, ni se calma con excusas, ni se adormece con premios. Podremos intentar distraerla con lujos, redes sociales, sexo, drogas o fama. Podremos argumentar y justificarnos, pero si en lo íntimo traicionamos la verdad, la conciencia nos alcanzará pues siempre lo hace. A veces, tarde. Pero llega como ley de compensación.

Pensar que se puede manipular la conciencia a nuestro antojo es vivir con una venda en el alma. Tarde o temprano, ese autoengaño se manifestará en síntomas como: insomnio, ansiedad, obsesiones, tristeza inexplicable o enfermedades psicosomáticas. 

Y es que el alma, cuando es maltratada por su dueño se expresa a través del cuerpo, gritando lo que no hemos querido oír. Atentar contra la vida es destruirnos por dentro. No hay justificación alguna para intentar apagar una voz a través de la violencia. Ni la ideología, ni el poder, pueden amparar un acto que atenta contra el principio sagrado de la vida.

No hay crimen que no deje huella en el alma de quien lo cometa a nivel intelectual o material. Incluso si queda impune ante la justicia humana, su conciencia lo marcará para siempre. 

Cada vez que alguien agrede al otro con la intención de disminuirlo, bien sea física, moral o espiritualmente, se desconecta de su propia humanidad.
Y esa desconexión se vuelve un abismo. Puede que no lo note al principio. Puede que intente aturdirse para no sentir. Pero dentro, el alma se deteriora y esa descomposición se convierte en sombra. Y esa sombra le pesará durante toda su existencia.

La conciencia limpia: una medicina para Colombia

Una nación no se transforma con discursos, sino con actos guiados por una conciencia despierta. Una conciencia que no se rinde al miedo ni se tuerce por la corrupción. Necesitamos tanto líderes como ciudadanos, que no intenten engañar a su alma, sino que vivan en coherencia con ella.

Cuando una persona actúa desde la verdad, su sola presencia transforma.
El país no necesita más odio: necesita cambiar de actitud, tener una perspectiva diferente a la de la agresividad o la fiereza, ese es el verdadero cambio: un nuevo camino hacia la recuperación integral de todos, desde la orilla de la serenidad y la fortaleza Interior. Porque cuando el alma está sana, no desea destruir al otro, por el contrario, lo escucha y honra, incluso si no lo entiende.

Colombia reclama un nuevo pacto interior: uno que nazca de la inteligencia emocional y no de los impulsos. Un acuerdo transparente donde cada uno se comprometa a vivir con una conciencia sosegada. No perfecta, pero sí despierta.
Que sienta, que se cuestione, se confronte y que tenga la valentía de decir: “Me equivoqué” o “Hoy quiero hacerlo mejor”.

La verdad no se impone, se habita. La conciencia no es juez ni verdugo, pues cuando el alma está en paz, no necesita hacerse daño ni hacerle daño a nadie.
El poder de bendecir (hablar bien del otro) en vez de maldecir (hablar mal del otro), es la actitud madura que necesitamos para superar estos momentos tan difíciles. La solución no está en mimetizarse sino en la decisión de vivir en la verdad. 

Una lección de dolor para todos

El atentado al senador Miguel Uribe no es solo un hecho político. Es una herida espiritual que nos duele a todos. Y como toda herida, puede convertirse en una oportunidad: para despertar, reaccionar y cambiar el rumbo.
Hoy más que nunca, Colombia necesita que miremos dentro, que limpiemos nuestras intenciones como quien construye un recipiente sagrado.

No podemos permitir que el odio y la violencia nos venza, ni que el silencio nos haga cómplices. Tampoco podemos seguir engañándonos Cada uno de nosotros es responsable de su destino de sus ideas sus palabras y de su paz.

La conciencia no necesita que el mundo la aplauda. Solo necesita que tú por fin la escuches para vivir en libertad.

Creado Por
Armando Martí
Más KienyKe
Los escándalos judiciales que siguen rodeando a la expresidenta argentina vuelven a poner sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿hasta dónde llega la responsabilidad de un líder frente al Estado?
Un avión con más de 200 pasajeros sufrió un terrible accidente en el oeste de la India este 12 de junio.
Matías Troconis lanza 'Como algunos aman', su primer libro de cuentos con humor, crítica social y emoción. El autor conversó con Kienyke.com sobre el mensaje que quiere transmitir.
Tras el fuerte temblor que azotó al municipio en Cundinamarca, a lo largo de esta semana se han presentado varias replicas y sismo con magnitud considerable.
Kien Opina