Desde muy joven
Andrés Felipe Arias incursionó en el mundo de la política, el mismo que hoy, paradójicamente, lo tiene a merced de la justicia colombiana.
Nació en el año 1973 en la ciudad de Medellín. En su juventud se fue para la ciudad de Bogotá donde
estudió economía en la Universidad de los Andes. Luego hizo una maestría y un doctorado en Economía en la Universidad de Los Ángeles.
En el año 2000 conoció en un Club Campestre en Medellín al que sería su jefe político
Álvaro Uribe Vélez.
Para el año 2002 ya estaba acomodado en puestos gubernamentales. Pues empezó como director de la política de Macroeconómica del Ministerio de Hacienda en el 2002. Después fue nombrado Viceministro de Agricultura en el 2004, y luego
Ministro de esta misma entidad en el 2005.
Cuando estaba estructurando los proyectos de ministerio, Arias decidió crear el programa
Agro Ingreso Seguro (AIS) con el que se buscaba darle subsidios a las personas que trabajaban en el Agro.
El programa que fue adoptado bajo el gobierno de Uribe, tomó sentido tras la implementación y puesta en marcha de los
Tratados de Libre Comercio que de alguna manera afectarían este sector, así que se financiarían las actividades agrícolas y mejorarían, según el gobierno, la competitividad del país.
Pero no fue exactamente lo que pasó. Bajo el trabajo investigativo desarrollado bajo la Fiscalía General de
Viviane Morales, hoy muy cercana del uribismo, se copilaron las pruebas suficientes para demostrar que Arias cometió varias irregularidades con AIS.
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Los delitos en sí son la celebración indebida de contratos y peculado por apropiación
en favor de terceros por la entrega irregular de subsidios. Y es que en poco tiempo que funcionó este programa llegaron varias denuncias que afirmaban que el dinero terminó en las manos de grandes terratenientes.
Era un fondo que manejaba recursos por
220.000 millones de pesos. Y entre las pruebas que compulsó la Fiscalía se demostró como los beneficiarios eran señalados a dedo por el exministro Arias, y los recursos no llegaban a pequeños y medianos campesinos sino a
grandes terratenientes. Además en muchas ocasiones se fraccionaron los predios para aumentar el monto de los subsidios.
Mientras las investigaciones contra Arias se acumulaban en diferentes órganos de control y justicia, este renunció a su cargo como ministro en el 2009 para lanzarse como
candidato del Partido Conservador a las
elecciones presidenciales del 2010.
La captura de Arias
Arias envuelto en este escándalo de irregularidades,
perdió la consulta interpartidista en la que se enfrentó contra Noemí Sanín, y de ahí en adelante empezaron a llegar los fallos en su contra.
El golpe político llegó de la mano de la
Procuraduría el 19 de julio de 2011 cuando lo halló culpable por "la celebración de los convenios especiales de cooperación científica y tecnológica con omisión de estudios previos", informó la entidad en su momento. Por estas irregularidades lo destituyó e inhabilitó para ejercer cargos públicos por 16 años.
Y la Fiscalía, que meses atrás lo citó a interrogatorio, el 26 de julio de 2011 decretó medida de aseguramiento en contra de Arias.
El exministro perdió su libertad y fue recluido en la Escuela de Caballería del Cantón Norte, en Bogotá.
Un año después de ser recluido, la Contraloría le impuso una
nueva sanción por la pérdida de 12.115 millones de pesos por el manejo del Programa de Agro Ingreso Seguro.
Si bien en el año 2013 un juez del
Tribunal Superior de Bogotá le concedió la libertad condicional con investigación vigente, el
13 de julio de 2014 la Corte Suprema lo declaró culpable por los delitos de celebración de contratos sin cumplimiento de requisitos legales y peculado a favor de terceros
Una
condena de 17 años y 4 meses de prisión y una multa de 30.800 millones de pesos, fue la que recibió el político que terminó salpicado de lado a lado.
La salida de Arias a Estados Unidos
Un error más de Andrés Felipe Arias fue el salir prófugo de la justicia colombiana hacia Estado Unidos. Buscaba asilo político pero finalmente no lo consiguió. El
24 de agosto de 2016 fue capturado en Miami y desde entonces se encuentra batallando por su libertad en un desgastante proceso legal.
Él insiste en que todo se trata de una
persecución política contra él por ser un aliado de Uribe Vélez, quien también tiene casos abiertos en la Corte Suprema. Dice que la Corte fabricó crímenes en su contra, tesis que no ha podido demostrar.
Hace unos días llegó la noticia de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos
tomó la decisión de extraditar al exministro de Agricultura, para que cumpla su condena a 17 años de cárcel.
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Mientras el uribismo y la derecha mantienen que es “inocente” y sufre una “persecución”, desde el centro a la izquierda se celebra la determinación tomada por la justicia estadounidense, pero a la vez hay preocupación
respecto a que Arias pueda pasar de la austeridad de una cárcel estadounidense a una “mansión por cárcel” con todos los lujos.
Sin embargo, esta orden de
extradición fue suspendida por la Corte de Apelación de Estados Unidos, luego de que la defensa interpusiera un último recurso para apelar la decisión que tomó el Departamento de Estado de ese país.
En una comunicado reciente afirmó: “Se cumplen
500 días desde que fui encarcelado por tercera vez por un delito que nunca cometí, tras un juicio abundante en anomalías y por una condena que no me permiten apelar".
Y se cuestionó: “¿Qué hubiera sido de mi vida si
yo hubiera pertenecido a un grupo armado? Quizás me hubiera ido mucho mejor, no exagero. En el caso de Santrich, hasta sus mismos jueces en Colombia abogan por su libertad. En mi caso, cuando alguien se atreve a pedir por mi libertad los jueces colombianos se rasgan las vestiduras y lo califican de disparatado”.
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