Durante el siglo XIX se desarrolló entre los colegios privados de Inglaterra un proceso de definición de las reglas del football, un juego poco definido, que los hispano hablantes denominaron fútbol de carnaval, que los estudiantes practicaban en cada pueblo británico según sus propias reglas. De ese proceso de reglamentación surgirían el rugby y el fútbol modernos, así como otros deportes emparentados.
La tradición atribuye la invención del rugby a un estudiante de teología del Colegio de Rugby. Según el relato tradicional, en 1823, durante un partido de football o fútbol de carnaval, William Webb Ellis, dejó a un lado las reglas del fútbol tradicional, tomó la pelota con las manos y la llevó hasta la meta contraria, obteniendo un gol.
La historia citada ha sido reiteradamente puesta en duda, pero es aceptada oficialmente por The International Rugby Board como primer antecedente del Rugby moderno y el trofeo que se entrega a los ganadores de la Copa del Mundo de Rugby lleva su nombre. A mediados del siglo XIX surgió la necesidad de unificar las reglas del juego y ponerlas por escrito.
La historia se dio a conocer gracias a un ex compañero de Webb Ellis que tras cuatro años de su fallecimiento, publicó una carta un diario en la que contaba la anécdota del partido de fútbol.
El rugby se ha convertido en una disciplina que crece a pasos agigantados y ahora tiene millones de adeptos alrededor del mundo. El rugby no sólo es un deporte, es un juego, es una filosofía y un estilo de vida, combinando el sacrificio personal y el trabajo en grupo, para lograr un objetivo común. El ser un rugbier significa un estado mental.
El hombre que se inventó un deporte sin saberlo
Vie, 14/02/2014 - 12:50
Durante el siglo XIX se desarrolló entre los colegios privados de Inglaterra un proceso de definición de las reglas del football, un juego poco definido, que los hispano hablantes denominaron