Innumerables casos de prostitución, droga y violencia son el pan de cada día para millones de jóvenes en Colombia. Isabel Romero puede dar fe de ello. Esta joven de 17 años nacida en Medellín le dio un giro a su vida y todo gracias a un deporte, el rugby.
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“Yo pertenecía a un combo y quería matar gente porque era la manera de conseguir plata a corto plazo sin tener que estudiar ni nada. Uno tiene una cosa clara cuando entra a esos combos, uno sabe que al estar ahí la única forma de salirse es muerto. A dos amigas mías las mataron, a una le cortaron la cabeza y a la otra que tenía una bebé le cortaron los pezones. Yo le preguntaba a mis amigas qué hacían para tener celulares y plata y ellas me contaban que se acostaban con muchachos, pero hasta allá si no era capaz.”
Una cancha de rugby fue construida muy cerca de su casa. Tres personas fueron las encargadas de acercarla al deporte que le cambiaría su vida. David Jaramillo, Alejandra Betancourt y Ángela Orrego, la invitaron a una final de un campeonato. El juego entre Gatos y Duendes fue muy disputado. “En ese partido vi cómo se golpeaban y dije, por Dios, yo a esto no me meto. Pero había una niña que siempre me chicaneaba y me decía que yo era muy flaca y que no tenías las capacidades para jugar rugby. Entonces me dije a mí misma que no podía rendirme.”
Una motivación muy especial fue el empujón final que tuvo Isabel para comenzar a practicar el rugby. “En los Juegos Suramericanos del 2010 pasaba por las canchas y veía a esos papasitos, todos piernonsitos divinos y todos me miraban y me invitaban a entrenar y por eso me dieron ganas de jugar con ellos.”
El rugby es conocido como un deporte de bárbaros practicado por caballeros, o en este caso, por damas. Este es un lema que tiene muy claro nuestra campeona. “Yo toda la rabia que sentía la descargaba allá y no con golpes o puños porque eso es horrible, yo nunca he peleado en una cancha, pero si sé cómo demostrar con buenas jugadas que no se necesita pelear para ser el mejor.”
Desde afuera el rugby se ve como un deporte que no tendría mucho que enseñar, o que no tendría mucho que aportar a la vida. Sin embargo esta antioqueña cuenta que no solo ha aprendido las reglas de este deporte, también ha aprendido cosas para aplicar a su vida. “Gracias al rugby ahora tengo disciplina, uno empieza a ser constante con sus horarios, entonces uno programa su día. Ir al gimnasio, hacer tareas, entrenar se convierten en el nuevo estilo de vida y a uno no le queda tiempo libre para pensar en cosas malas.”
El trabajo en equipo es parte fundamental del desarrollo personal e Isabel aprendió esta lección gracias al deporte. “Cuando uno está en la cancha sabe que su trabajo depende de sus compañeras y nosotras somos siete heroínas convertidas en una y siempre salimos a vencer.”
Isabel, la niña que dejó la violencia por el rugby
Dom, 24/11/2013 - 09:55
Innumerables casos de prostitución, droga y violencia son el pan de cada día para millones de jóvenes en Colombia. Isabel Romero puede dar fe de ello. Esta joven de 17 años nacida en Medellín l