De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, el país tiene el potencial para ser una de las siete despensas alimentaria del mundo, sin embargo, la posibilidad se desaprovecha en la actualidad.
La WWF Colombia afirma que solo siete de las 20 millones de hectáreas aptas para sembrar en el país se utilizan. Colombia importa el 30% de lo que consume. Además de buscar proveer su consumo interno, pues Colombia tendría en el 2050 una población que llegaría a los 63 millones de habitantes, se busca, según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), ser potencia agroexportadora.
La entidad colombiana dice que se desperdician 9,76 millones de toneladas de comida al año, en parte por el manejo ineficiente de las cosechas, del empaque, del transporte, del desperdicio de supermercados y consumidores.
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La WWF afirma que también para el 2050 la población mundial va a alcanzar los 9 billones y la producción de alimentos necesita aumentar un 70%. Esto sería una oportunidad para el país, "pero la expansión agrícola requiere un manejo sostenible, que respete la biodiversidad", alerta el organismo.
Para ellos no es a cualquier precio, existiría una responsabilidad el convertirse en despensa para el mundo. WWF se pregunta ¿Cómo vamos a cultivar sin agotar la tierra y el agua? ¿Cómo vamos a consumir con más consciencia y menos desperdicio?
Para sustentar su argumento la WWF afirma, que según el Ideam de Colombia, 54% del agua en Colombia se usa para la agricultura y 6% para la ganadería. Es urgente mejorar la gestión del agua, si escasea estaría en riesgo la seguridad alimentaria.
Dentro de los compromisos de Colombia, adquiridos para el 2030, dentro de lo que se conoce como el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU, se exige poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria, la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.
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Para la WWF en Colombia, la expansión agrícola y ganadera son las principales causas de deforestación y de relleno de ciénagas. Estos excesos tienen consecuencias en el cambio climático, la vida silvestre y la tierra.
La entidad añade que la “sobreexplotación pesquera pone en jaque la seguridad alimentaria de cientos de miles de colombianos”. Para ellos no existe reglamentación, las vedas no se respetan, persiste la pesca ilegal que descontrola los ecosistemas en mares del país.
De acuerdo con un listado elaborado en 2015 por la FAO, presentado ante diversos gobiernos del mundo, Colombia sería un destino especial para proyectos agrícolas por cuatro razones. Una sería que Colombia es el tercer país de América Latina con mayores tasas de precipitación anual, y ocupa el puesto décimo en todo el mundo, según documento de la FAO de 2011.
Además, es el cuarto país de Latinoamérica con las tierras disponibles para la producción agrícola. Sumado a su ubicación tropical que ofrece diversos climas con altitudes sobre el nivel del mar.
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Finalmente en el país existen diversos sectores de agronegocios para incentivar, como el de la carne bovina, chocolates, productos de confitería y materias primas; palmicultores, aceites y grasas, y la industria pesquera, especialmente de camarones.
Para la fecha, según lo dicho por la FAO, Colombia fue el segundo país en la región con la mayor proporción del producto interno bruto (6,5%) en el sector agrícola, según The Economist Intelligence Unit.
