En estos días en los que comienza la temporada decembrina, Camilo Triana siente que este año la emoción de las fiestas viene acompañada de una preocupación que no lo suelta. No tiene que ver con números ni reproducciones, sino con las imágenes que durante meses han aparecido una y otra vez en sus redes: animales abandonados en calles frías, perros en huesos buscando comida donde no la hay, gatos que duermen bajo autos para protegerse del clima. Cada historia que le comparten rescatistas y fundaciones se le queda en la mente como un recordatorio de que, mientras muchos se preparan para celebrar, miles de peluditos solo intentan sobrevivir.
La campaña solidaria con la que Camilo Triana busca ayudar animales abandonados
Hace unas semanas, una noche cualquiera, mientras revisaba su closet para escoger lo que usaría en fin de año, algo cambió en su manera de mirar la ropa. Entre una chaqueta que lo acompañó en una grabación especial, una camisa de un viaje importante y unos tenis que casi no usaba, empezó a imaginar otra cosa. Pensó en cómo sería que esas prendas dejaran de ser solo recuerdos y se convirtieran en comida, medicinas, mantas o tratamientos veterinarios. En lo que significaría que una compra hecha desde un celular pudiera convertirse en la diferencia entre el frío de la calle y la calidez de un refugio. Esa idea fue tan clara que no necesitó más vueltas: su closet podía ser el comienzo de algo mucho más grande.
Con esa convicción empezó a darle forma a una campaña solidaria que inicia hoy, 1 de diciembre, y se extenderá hasta el 15, un proyecto que en estas dos semanas buscará movilizar a miles de personas para ayudar a perros y gatos en Cundinamarca. Para hacer realidad esta visión decidió apoyarse una sola vez en una plataforma de moda circular y mencionó una alianza con GoTrendier, que permitirá que las prendas donadas se vendan y el dinero recaudado se convierta en ayuda directa. A este esfuerzo se sumó también Qué Nota Estudio, acompañando la iniciativa para que el mensaje llegue con autenticidad y profundidad. Junto a varios amigos creadores, Camilo empezó a llenar el closet solidario que desde hoy se abre con una intención clara: transformar ropa en oportunidades de vida.
En el proceso de preparación del lanzamiento, Camilo se acercó a las historias de Rescatadogs, la fundación a la que se destinarán los recursos, y allí comprendió aún más la urgencia de este proyecto. Escuchó relatos de perros que llegaron tan débiles que era difícil creer que pudieran recuperarse, de otros marcados por el maltrato que necesitaban semanas de paciencia antes de aceptar una caricia, de casos en los que la mirada apagada de un animal iba cambiando hasta recuperar el brillo gracias al cuidado constante. Cada historia le confirmaba que no se trataba solo de una buena idea, sino de una necesidad real en un momento en que el abandono aumenta y los recursos no siempre alcanzan.
En medio de estas conversaciones, Camilo fue encontrando las palabras para explicar lo que siente. “Quisiera que, en esta Navidad en la que todos nos reunimos con quienes amamos, también podamos extender ese abrazo a quienes no tienen una familia. Ellos sienten el frío, el hambre y la soledad” ha dicho al hablar de la campaña. Y agrega algo que se ha vuelto casi el corazón de todo lo que está ocurriendo: “Cada prenda vendida se convierte en alimento, cuidados y una segunda oportunidad para quienes dependen de nosotros. Regalar amor también es regalar vida”. Esa frase, que hoy acompaña el lanzamiento, no es un eslogan, es la forma en la que él entiende el propósito de esta iniciativa.
Desde esta mañana, el anuncio de la campaña comenzó a circular en redes. Los primeros comentarios ya empiezan a aparecer: personas que cuentan la historia del perro o el gato que rescataron, usuarios que comparten fotos de sus peluditos y agradecen que se visibilice la crisis del abandono, otros que escriben para decir que nunca habían participado en algo así pero que esta vez quieren hacerlo. La campaña apenas inicia, pero se siente como el punto de partida de una comunidad que decide moverse junta en la misma dirección.
Camilo sabe que los verdaderos resultados se verán en los próximos días, cuando el closet solidario empiece a vaciarse porque las prendas encuentran nuevos dueños y cada compra se traduzca en comida, esterilizaciones, tratamientos médicos, mantas o refugio para un animal rescatado. Sin embargo, incluso en este primer día, ya percibe que algo importante está sucediendo. Que una idea nacida frente a su closet se está convirtiendo en una cadena de acciones solidarias que van mucho más allá de él.
Mientras el calendario marca este 1 de diciembre como el inicio de la campaña, Camilo Triana tiene clara la imagen que lo guía: un perro que deja de pasar frío porque alguien decidió comprar una prenda, un gato que recibe atención veterinaria gracias a una donación, un animal que recupera la confianza porque, al otro lado de una pantalla, alguien eligió no ser indiferente. La historia comienza hoy, y aunque todavía tiene muchas páginas por escribirse, ya deja ver algo esencial: cuando la empatía se convierte en movimiento, incluso un closet puede abrir la puerta a segundas oportunidades para quienes más las necesitan.
