Es una niña, es colombiana y es la encargada de confeccionar y diseñar su propia línea de vestidos. María Paula Guerrero juega con materiales, telas, maniquíes, y cose sus sueños. Hace arte con sus creaciones.
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Desde Nueva York creó su primera colección titulada ‘Atardecer en NYC’ y ya se perfila como una de las grandes promesas del diseño de modas con tan solo 10 años de edad.
En Estados Unidos existen varios institutos de moda donde los pequeños asisten para aprender desde los tres años de edad. Hace ocho meses, María Paula viajó a Nueva York con su madre, con la idea de encontrar un instituto que le prestara atención a su sueño, ya que en Colombia las respuestas a sus solicitudes se reducían a que la edad no era la adecuada para comenzar en el exclusivo mundo de la moda.
Katheryne Guerrero, su mamá y única encargada de su crianza, apoyó la idea de la niña desde que tenía 6 años cuando en un concurso de guantes de tela blanca su hija se alzó con un segundo puesto al decorar dos aves fénix encima de cada palma, utilizando pinturas y plumas.
“Al principio no le gustaba tomar las medidas exactas y cometía muchos errores, así que se desesperaba y lloraba porque tocaba desbaratar todo el vestido que había hecho. Pero eso hizo que perfeccionara su técnica y ver lo que ha hecho ahora, que es una maravilla”, expresó Katheryne.
La editora de la revista Marie Claire, la colombiana Nina García, se encontró con María en un destacado evento de moda de Lord & Taylor en Nueva York. Sus palabras para la pequeña promesa fueron de asombro y de un gran apoyo para que siguiera cosechando éxito.
García le sugirió una Universidad para que siguiera estudiando: FIT (Fashion Institute Technology) la segunda academia de moda más importante del país donde los niños tienen una mayor participación y oportunidades si son talentosos.
El sueño que comenzó con un juego de muñecas
“Primero lo vi como un juego. Tenía una amiga y le dije: ¿Por qué no jugamos a la modelo y la diseñadora? Ella me dijo que sí y ahí empezó todo”, dijo María recordando cuando decidió su futuro a corta edad.
Después asistió a una convención de jóvenes donde hablaron de los sueños y carreras a futuro. Cuando regresó a casa decidió dibujar unos muñecos en las servilletas del comedor y los pintaba a su manera; tenía 7 años, su mamá la puso a prueba en la decisión de su carrera, así que le quitó los botones de la jardinera del colegio para que la cosiera ella misma.
Al comienzo se pinchaba mucho con las agujas, así que Katheryne le regaló una máquina de coser San Valentín y con la ayuda de una tía abuela, María empezó a diseñar y coser paso a paso sus ilusiones.
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Cuándo María llegó a Nueva York ya sabía muchas cosas de confección que sus compañeros desconocían. Fue destacada en ‘The Fashion Class’ el instituto donde María toma clases martes y sábados 3 horas cada día. Mientras ella confecciona dos vestidos por clase los demás alumnos de su edad diseñan hasta la mitad del trabajo; sus profesores de clase están impresionados con el talento, su rapidez y actitud para aprender.
María Paula junto con sus modelos y diseños de su colección ‘Atardecer en NYC’
“Las telas que utilizo las compro en ‘Mood Designer Fabrics’. Es mi tienda favorita, y me enloquezco allá. No quiero salir porque quiero comprarlo todo” dice María con la misma sonrisa y ojos brillantes que aparecen cuando ve en televisión o en algunas páginas de revistas de moda las colecciones de sus dos grandes inspiradores: los diseñadores Karl Lagerfeld y Michael Kors. A este último lo adora porque tienen las mismas iniciales de ella.
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Este año María fue condecorada con el ‘Premio Nacional Manos de Colombianos’ del Colegio Villa Lorena, un reconocimiento que se le entrega a las grandes promesas y talentos que consiguen exaltar el nombre de nuestro país en el exterior. Este premio se le ha concebido a figuras como: Mariana Pajón, Manuel Elkin Patarroyo, Carlos Vives, Carlos el ‘Pibe’ Valderrama, Lucho Herrera entre otros.
Por primera vez se lo entregaron a una niña de 10 años. “Me sentí muy emocionada de que me dieran este premio, porque le están abriendo muchas puertas a los sueños que tienen los niños. Creo que un adulto no soñara igual que nosotros” afirmo María.
(Izquierda) María Paula Guerrero junto a sus abuelos, Josefina Osorio y Jesús Guerrero. (Derecha) María y su madre Katheryne Guerrero.
En la sangre de María Paula Guerrero Osorio corre el gen empresarial de su abuelo Jesús Guerrero, el dueño de Servientrega, quién desde que supo que su nieta se dedicaba a la confección no dudó en apoyarla.
“En un viaje le dije a mi abuelo: ¡Quiero ser la mejor diseñadora del mundo!, y él me respondió ¿Cómo quieres que te ayude?, así que le dije que con $500.000 podría empezar para comprar telas y una máquina de coser, y así mi abuelo me ayudó”. Aunque siempre está pendiente de su nieta y su hija, él junto a su abuela Josefina Osorio han sido un apoyo fundamental para la educación y sueños de ambas a pesar de los cerca de 4.000 kilómetros de distancia que los separa. De Josefina, María admira la tenacidad, la humildad, el amor a Dios y que es una guerrera ante todo.
Este año María quiere lanzar su segunda colección llamada ‘The Fall-Winter’ inspirada en los colores oscuros del otoño y el invierno. Además uno de sus grandes sueños es entrar al FIT (Fashion Institute Technology), y crear una tienda de confección donde trabajen solo mujeres. “A un hombre le pueden pagar un dólar por trabajar; a las mujeres solo le dan medio. Quiero crear una tienda de igualdad” expresó María al compartir con sus modelos de colección su primer sueño hecho realidad, pues vendrán muchos más logros para esta promesa del diseño.
Katheryne Guerrero, su mamá y única encargada de su crianza, apoyó la idea de la niña desde que tenía 6 años cuando en un concurso de guantes de tela blanca su hija se alzó con un segundo puesto al decorar dos aves fénix encima de cada palma, utilizando pinturas y plumas.
“Al principio no le gustaba tomar las medidas exactas y cometía muchos errores, así que se desesperaba y lloraba porque tocaba desbaratar todo el vestido que había hecho. Pero eso hizo que perfeccionara su técnica y ver lo que ha hecho ahora, que es una maravilla”, expresó Katheryne.
La editora de la revista Marie Claire, la colombiana Nina García, se encontró con María en un destacado evento de moda de Lord & Taylor en Nueva York. Sus palabras para la pequeña promesa fueron de asombro y de un gran apoyo para que siguiera cosechando éxito.
García le sugirió una Universidad para que siguiera estudiando: FIT (Fashion Institute Technology) la segunda academia de moda más importante del país donde los niños tienen una mayor participación y oportunidades si son talentosos.
El sueño que comenzó con un juego de muñecas
“Primero lo vi como un juego. Tenía una amiga y le dije: ¿Por qué no jugamos a la modelo y la diseñadora? Ella me dijo que sí y ahí empezó todo”, dijo María recordando cuando decidió su futuro a corta edad.
Después asistió a una convención de jóvenes donde hablaron de los sueños y carreras a futuro. Cuando regresó a casa decidió dibujar unos muñecos en las servilletas del comedor y los pintaba a su manera; tenía 7 años, su mamá la puso a prueba en la decisión de su carrera, así que le quitó los botones de la jardinera del colegio para que la cosiera ella misma.
Al comienzo se pinchaba mucho con las agujas, así que Katheryne le regaló una máquina de coser San Valentín y con la ayuda de una tía abuela, María empezó a diseñar y coser paso a paso sus ilusiones.
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Cuándo María llegó a Nueva York ya sabía muchas cosas de confección que sus compañeros desconocían. Fue destacada en ‘The Fashion Class’ el instituto donde María toma clases martes y sábados 3 horas cada día. Mientras ella confecciona dos vestidos por clase los demás alumnos de su edad diseñan hasta la mitad del trabajo; sus profesores de clase están impresionados con el talento, su rapidez y actitud para aprender.
María Paula junto con sus modelos y diseños de su colección ‘Atardecer en NYC’
“Las telas que utilizo las compro en ‘Mood Designer Fabrics’. Es mi tienda favorita, y me enloquezco allá. No quiero salir porque quiero comprarlo todo” dice María con la misma sonrisa y ojos brillantes que aparecen cuando ve en televisión o en algunas páginas de revistas de moda las colecciones de sus dos grandes inspiradores: los diseñadores Karl Lagerfeld y Michael Kors. A este último lo adora porque tienen las mismas iniciales de ella.
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Este año María fue condecorada con el ‘Premio Nacional Manos de Colombianos’ del Colegio Villa Lorena, un reconocimiento que se le entrega a las grandes promesas y talentos que consiguen exaltar el nombre de nuestro país en el exterior. Este premio se le ha concebido a figuras como: Mariana Pajón, Manuel Elkin Patarroyo, Carlos Vives, Carlos el ‘Pibe’ Valderrama, Lucho Herrera entre otros.
Por primera vez se lo entregaron a una niña de 10 años. “Me sentí muy emocionada de que me dieran este premio, porque le están abriendo muchas puertas a los sueños que tienen los niños. Creo que un adulto no soñara igual que nosotros” afirmo María.
(Izquierda) María Paula Guerrero junto a sus abuelos, Josefina Osorio y Jesús Guerrero. (Derecha) María y su madre Katheryne Guerrero.
En la sangre de María Paula Guerrero Osorio corre el gen empresarial de su abuelo Jesús Guerrero, el dueño de Servientrega, quién desde que supo que su nieta se dedicaba a la confección no dudó en apoyarla.
“En un viaje le dije a mi abuelo: ¡Quiero ser la mejor diseñadora del mundo!, y él me respondió ¿Cómo quieres que te ayude?, así que le dije que con $500.000 podría empezar para comprar telas y una máquina de coser, y así mi abuelo me ayudó”. Aunque siempre está pendiente de su nieta y su hija, él junto a su abuela Josefina Osorio han sido un apoyo fundamental para la educación y sueños de ambas a pesar de los cerca de 4.000 kilómetros de distancia que los separa. De Josefina, María admira la tenacidad, la humildad, el amor a Dios y que es una guerrera ante todo.
Este año María quiere lanzar su segunda colección llamada ‘The Fall-Winter’ inspirada en los colores oscuros del otoño y el invierno. Además uno de sus grandes sueños es entrar al FIT (Fashion Institute Technology), y crear una tienda de confección donde trabajen solo mujeres. “A un hombre le pueden pagar un dólar por trabajar; a las mujeres solo le dan medio. Quiero crear una tienda de igualdad” expresó María al compartir con sus modelos de colección su primer sueño hecho realidad, pues vendrán muchos más logros para esta promesa del diseño.
