
El dengue continúa siendo una de las enfermedades más preocupantes en los países tropicales. Según cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante 2024 se registraron 13 millones de contagios en el mundo, de los cuales 22.907 casos evolucionaron a formas graves y al menos 8.348 personas fallecieron.
Los países con mayor afectación fueron Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador y México, lo que refleja la vulnerabilidad de la región frente a un virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti.
El papel de la bacteria Wolbachia
Ante este panorama, científicos han apostado por transformar al Aedes aegypti en un aliado. La estrategia consiste en incorporar en su organismo la bacteria Wolbachia, que se encuentra de forma natural en diversos insectos.
El proceso tiene un efecto clave: al introducirse en el mosquito, la bacteria bloquea el desarrollo de virus como dengue, chikungunya y zika, reduciendo significativamente la capacidad del insecto para transmitir estas enfermedades.
“Cuando la Wolbachia se introduce en el Aedes aegypti, el mosquito pierde eficiencia en la propagación de virus. Esto lo convierte en un método biológico poderoso para controlar epidemias”, explicó Neil Morrison, director de estrategia de Oxitec, compañía que desarrolla soluciones de control biológico y que actualmente construye en Brasil una planta para la producción masiva de mosquitos portadores de la bacteria.

Prueba piloto en Antioquia
Colombia ha sido pionera en este tipo de ensayos. Una prueba piloto se llevó a cabo en el área metropolitana de Medellín, específicamente en el municipio de Bello. Allí, en el barrio París, se liberaron de manera controlada grandes cantidades de mosquitos con Wolbachia.
Posteriormente, la iniciativa se expandió a otros sectores de Bello, al distrito de Medellín y al municipio de Itagüí, lugares identificados como zonas críticas por el número de casos de dengue y otras enfermedades transmitidas por el vector.
La estrategia busca reemplazar gradualmente a la población silvestre de mosquitos por una que no pueda transmitir el virus de forma eficiente, reduciendo así los brotes en las comunidades.
El éxito de este tipo de programas no solo depende de la liberación de mosquitos modificados, sino también de la capacidad de los sistemas de salud para complementar la estrategia con educación comunitaria, fumigación focalizada y atención médica oportuna.
Impacto esperado
Si bien los resultados a gran escala aún se evalúan, las primeras pruebas en Brasil y Colombia sugieren que la presencia de mosquitos con Wolbachia reduce la circulación del virus en las comunidades intervenidas.
La iniciativa también abre la puerta al control simultáneo de otras enfermedades como el zika y el chikungunya, que comparten el mismo vector. Esto permitiría que una sola intervención impacte en tres frentes epidemiológicos distintos.
El dengue se ha consolidado como un problema de salud pública global, pero su impacto se concentra en los países tropicales de América Latina y el Caribe. El calentamiento global, la urbanización desordenada y la falta de infraestructura básica como agua potable y alcantarillado favorecen la proliferación del Aedes aegypti.