
Desde Varsovia, Polonia, el excanciller de Colombia Álvaro Leyva volvió a arremeter contra el presidente Gustavo Petro a través de una extensa carta de quince páginas en la que cuestiona duramente su comportamiento, liderazgo y estado de salud. El documento, de tono inusualmente vehemente, representa una de las críticas más severas que un alto exfuncionario del actual gobierno ha dirigido al mandatario.
En la misiva, Leyva inicia reconociendo el dolor que le causa emitir juicios tan duros, pero afirma que su crudeza es necesaria: “Debo ser franco con usted. Me duele la crudeza del lenguaje con el que me debo expresar. Inusual en mi caso pero necesario”.
El exministro de Relaciones Exteriores recordó el honor que sintió al ser nombrado canciller y las esperanzas depositadas en el gobierno de Petro como un ejemplo de “avanzada democrática y justas miras”. Sin embargo, dice haberse visto obligado a cambiar de postura al enfrentarse con lo que describe como una alarmante realidad: “Ciertamente ha sido difícil asumir la posición que hoy sustento frente a usted. Sorprendente para algunos. Para otros ya tardía”.
Uno de los señalamientos más graves en la carta es la acusación directa sobre la estabilidad emocional y mental del presidente. “Usted está mal. Muy mal. Ya no se mide. Perdió los estribos. Y lo sabe. Y para sostenerse, abusa”, afirma Leyva, quien incluso sugiere que el presidente estaría considerando un “auto golpe” para desestabilizar al país y deslegitimar las instituciones democráticas.
Leyva insiste en que sus advertencias no han sido rebatidas: “Nada de lo afirmado en esas misivas lo ha podido controvertir usted”, refiriéndose a sus cartas previas del 19 de abril y 5 de mayo. Además, le exige a Petro someterse a pruebas médicas para demostrar que no atraviesa una condición que afecte su juicio: “Enfermo está. Su estado es de mucha gravedad señor. Si no es así, demuestre lo contrario... superar su actual condición implica ayuda profesional”.
El excanciller también critica el comportamiento “errático” del presidente, su relación con las fuerzas armadas y el Congreso, y lo acusa de promover la confrontación social. A su juicio, la comunidad internacional observa la situación colombiana “con estupor y lástima”, y rechaza que sus críticas se interpreten como motivadas por intereses políticos: “Frente a la droga y su actual condición, cuál izquierda, cuál derecha hombre”.
En uno de los apartes más duros, Leyva afirma: “En ningún momento de la historia de Colombia se ha registrado una tan lamentable situación como la suya en cabeza de un Jefe de Estado”. Advierte que Petro insiste en desconocer la Constitución, lo que podría derivar en consecuencias legales tanto para él como para sus colaboradores, y subraya que “la enfermedad proveniente de los vicios no es un eximente de responsabilidad”.
Finalmente, Leyva concluye que Petro ya no representa a la nación ni puede garantizar un desenlace democrático del actual proceso político. Según él, “se ha entendido claramente que el que gobierna es otro”, sugiriendo la existencia de poderes paralelos o de una pérdida del liderazgo legítimo por parte del presidente.
El excanciller cerró su carta anunciando una próxima comunicación abierta dirigida al pueblo colombiano, en la que presentará propuestas para enfrentar lo que considera una grave crisis institucional: “Apelaré a su patriotismo”, le dijo directamente al mandatario, en un último intento por generar una reflexión.
La carta ha causado un fuerte eco en los círculos políticos nacionales, y se espera que sus implicaciones sean debatidas ampliamente en los próximos días.