(28 de marzo)
La sospecha que ahora se trata de plantar, de que el candidato a la cámara por el Huila, Sergio Younes y sus acompañantes murieron por acción de manos criminales que provocaron un accidente de tránsito, el pasado 27 de enero, es un rebuscado cuento de ficción, con misteriosos intereses para el común de los observadores.
Al periodista Norbey Quevedo, de El Espectador, le vendieron la versión de que Sergio estuvo amenazado por la guerrilla de las FARC y que sus enemigos políticos le habían advertido que no llegaría a las elecciones.
Norbey, me dice que averiguó el asunto por dos semanas antes de publicar su informe, que deja entrever la intervención de terceros (guerrilla o políticos).
Sergio, en tiempos de su campaña, no estuvo amenazado. Nunca se lo hizo saber a la policía Huila. Su director, el coronel Delbert Mayid Plata Álvarez, me dijo –con absoluta certeza- que el joven político no presentó ninguna queja o denuncia (ni verbal ni escrita) sobre riesgos especiales. La institución no conoció versiones al respecto.
Tampoco lo hizo ante la dirección de la Unidad Nacional de Protección, que conserva varios correos electrónicos de Younes, agradeciendo los buenos servicios de la entidad.
El Partido de la U y su presidente –Sergio Díaz-Granados- estudiaron en diciembre la seguridad de los políticos del Huila y nadie informó -ni se supo- sobre intimidaciones concretas contra Younes, ni siquiera el mismo candidato.
Si bien es cierto que la Unidad de Protección le retiró el carro blindado que usó como diputado (como pasa con todos los exfuncionarios), también lo es que le mantuvo la seguridad. El conductor muerto pertenecía a esa oficina del Estado.
Younes falleció en un accidente de tránsito, por falta de pericia del chofer, por alta velocidad (de buena fuente conozco que tenía una cita con el expresidente Uribe), por descuido o por cualquier factor distinto a que supuestos homicidas hayan provocado la desgracia, establecieron las solventes investigaciones técnicas de la policía de carreteras.
Ana María Rincón (por coincidencia cuando escribía esta columna me llamó) insiste que su hijo recibió amenazas de muerte. Que el Estado le ha negado protección, que dos escoltas privados –que ella paga- la acompañan. Y que pretenden amedrentarla para que no se posesione, frente a posibles inhabilidades que no existen.
Por lo que le entendí, una sobrina, que ha trabajado con el Procurador Ordóñez, es el cerebro que la guía –jurídica y políticamente- en sus nuevas actuaciones públicas, que incluyen (me imagino) la versión de que Sergio fue asesinado.
José Obdulio Gaviria[/caption]
“Me retracto para restablecer los derechos afectados con mis palabras. Las tres organizaciones citadas jamás, entonces, suscribieron la declaración final de Quito a que hice alusión en la columna calumniosa, no apoyan los sindicatos ofendidos con mi actuación, todas las formas de lucha, y no hacen parte de organizaciones al margen de la ley. Ofrezco sinceras excusas a los miembros y representantes de las respetables y honorables organizaciones sindicales. Explícitamente expreso arrepentimiento.”
No debe ser fácil para usted arrepentirse…
Para mí eso no es ningún problema. Por eso he vivido 36 años muy bien con mi esposa y nunca he tenido una pelea con mis hijos, porque sé cuándo yerro. No tengo orgullos absurdos, ni por formación ni por carácter.
¿Y dónde queda el carácter?
Fui profesor desde los 20 años de edad en la Universidad Autónoma Latinoamericana, historia de las ideas políticas. Una de las cosas que más me encantaba es que encontraran debilidades argumentativas o yerros del conocimiento de hechos históricos. La única manera de avanzar es corregir.
¿Es fácil, entonces, calumniar para después arrepentirse?
Como columnista no soy calumniador de ninguna manera, lo que pasa es que entiendo cuando una situación se convierte en un grave problema, no solamente para quien fue mencionado sino para mí mismo, y actúo en consecuencia.
Obviamente también tiene que salvar la credencial…
Igualmente, claro.
¿Y sobre el lío con Néstor Morales, también hay arrepentimiento?
Me le emberraqué por Twitter y le dije unas barbaridades. Yo tenía una pelea con él porque es sumamente injusto conmigo, y ese día tenía la cabeza caliente y le dije unas cuantas locuras que fueron recogidas.
¿Se ha tratado la cabeza caliente?
A mí casi no me ocurre eso. Creo que estaba acompañado con alguien con cabeza más caliente.
Por fortuna, Navas tiene puesto de congresista, donde no se madruga ni se trabaja mucho.
-No señor, aclara de inmediato.
“Es un trabajo aparentemente descansado si usted quiere tomarlo como tal, pero si quiere ayudar a cambiar el país, la cosa es distinta. Nosotros hemos probado, además, que se puede hacer política sin comprar votos, sin ofrecer puestos, sin conseguir becas”.
Le recuerdo a Navas un pecado grave, suyo y del senador Robledo: apoyar, antes y después de la caída, a Samuel Moreno Rojas, quien saqueó Bogotá.
“Es el amigo, no el enemigo el que engaña. A usted lo puede engañar en materia de fidelidad su esposa, no su enemiga. Nos engañaron, aceptamos que nos engañaron. Es de los seres humanos caer por ingenuos y otros engañados. No voy a hacer juicios de nadie. Ojalá la justicia les dé lo que se merecen. En lo que me atañe, yo no cargo responsabilidades de otros, enfrento las mías”.
Navas Talero, que hacía un programa de asesorías jurídicas en televisión, acompañado por jóvenes y piernilargas asistentes, considera que su prolongada juventud se debe a que siempre ha hecho lo que ha querido:
“No me he privado de nada, me gusta reírme, me gusta hacer bromas. Nada me causa remordiamientos. Nunca he hecho mal a nadie, no he faltado a mis obligaciones. He ejercido la política y antes el periodismo, hace 43 años dicto clases”.
Sus dos nietos (uno de 12, el otro de 7 años) “son la razón de mi existencia, lo digo sin romanticismos ni nada, porque esos niños me cambiaron la vida. Cuando un niño cree en usted, sobre todo porque el padre de ellos murió, entonces yo soy el papá man y me siento feliz (papá man, le decía su hermano Mauricio, porque lo lograba pronunciar bien Ger-man).
Para quienes piensan que a los 72 ya es hora de preparar la mortaja, Navas Talero dice que apenas arranca en grande su carrera política.
Hoy por hoy, es la voz política más reconocida en Bogotá, la que defiende sus intereses.
Ricardo Bonilla y Jorge Rojas, secretarios de Petro, dijeron que están borrando el plan de desarrollo de la Bogotá Humana y Santos está haciendo campaña electoral en la ciudad, en procura de su reelección.
Sobre la terna, el senador Luis Carlos Avellaneda expresó que prefiere estar por fuera de ella por problemas de salud, tras un cáncer de próstata que le dejó estragos en su sistema inmunológico. Sugiere a De Roux, Navarro, Gloria Flórez. Sobre Guillermo Alfonso Jaramillo dice que está inhabilitado.
Carlos Vicente De Roux prefiere estar en la lista de quienes se disputen gobernar la ciudad por los siguientes 15 meses. Lamenta que el compromiso anunciado por el Presidente con la ciudad no se hubiese hecho con Petro (aportes al metro, crecimiento de Trasmilenio, etc). “Es claro el aprovechamiento electoral del presidente...”
Navarro guarda silencio y espera asumir el 20 de julio como senador.
El Ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, celebró que el Presidente hubiera terminado con la interinidad en la ciudad. “Cualquier decisión sería discutida a favor y en contra, como realmente ha ocurrido”.
Diferentes medios de prensa y observadores políticos piensan que Santos se dará sus mañas para mantener en el cargo al ministro Pardo, pero De Roux considera que “le quedará muy difícil hacerlo”.
En lo que todos están de acuerdo es que la oportunidad de estar frente a los destinos de la capital “le cae del cielo” al presidente-candidato.
Norbey, me dice que averiguó el asunto por dos semanas antes de publicar su informe, que deja entrever la intervención de terceros (guerrilla o políticos).
Sergio, en tiempos de su campaña, no estuvo amenazado. Nunca se lo hizo saber a la policía Huila. Su director, el coronel Delbert Mayid Plata Álvarez, me dijo –con absoluta certeza- que el joven político no presentó ninguna queja o denuncia (ni verbal ni escrita) sobre riesgos especiales. La institución no conoció versiones al respecto.
Tampoco lo hizo ante la dirección de la Unidad Nacional de Protección, que conserva varios correos electrónicos de Younes, agradeciendo los buenos servicios de la entidad.
El Partido de la U y su presidente –Sergio Díaz-Granados- estudiaron en diciembre la seguridad de los políticos del Huila y nadie informó -ni se supo- sobre intimidaciones concretas contra Younes, ni siquiera el mismo candidato.
Si bien es cierto que la Unidad de Protección le retiró el carro blindado que usó como diputado (como pasa con todos los exfuncionarios), también lo es que le mantuvo la seguridad. El conductor muerto pertenecía a esa oficina del Estado.
Younes falleció en un accidente de tránsito, por falta de pericia del chofer, por alta velocidad (de buena fuente conozco que tenía una cita con el expresidente Uribe), por descuido o por cualquier factor distinto a que supuestos homicidas hayan provocado la desgracia, establecieron las solventes investigaciones técnicas de la policía de carreteras.
Ana María Rincón (por coincidencia cuando escribía esta columna me llamó) insiste que su hijo recibió amenazas de muerte. Que el Estado le ha negado protección, que dos escoltas privados –que ella paga- la acompañan. Y que pretenden amedrentarla para que no se posesione, frente a posibles inhabilidades que no existen.
Por lo que le entendí, una sobrina, que ha trabajado con el Procurador Ordóñez, es el cerebro que la guía –jurídica y políticamente- en sus nuevas actuaciones públicas, que incluyen (me imagino) la versión de que Sergio fue asesinado.
José Obdulio baja la cabeza "con humildad"
(27 de marzo) El altivo y arrogante José Obdulio Gaviria se vio obligado a bajar la cabeza para no darle papaya a la Corte Suprema que se la corte. Un proceso que le siguen por injuria estaría en manos de la alta justicia, a partir del 20 de julio cuando asuma su curul de senador, elegido por el dedo uribista. Así las cosas, mejor retractarse y pedir perdón. Gaviria ofreció excusas a sindicatos caleños por afirmaciones erróneas y falsas, al tiempo que aceptó que son calumnias. [caption id="attachment_246257" align="alignnone" width="410"] José Obdulio Gaviria[/caption]
“Me retracto para restablecer los derechos afectados con mis palabras. Las tres organizaciones citadas jamás, entonces, suscribieron la declaración final de Quito a que hice alusión en la columna calumniosa, no apoyan los sindicatos ofendidos con mi actuación, todas las formas de lucha, y no hacen parte de organizaciones al margen de la ley. Ofrezco sinceras excusas a los miembros y representantes de las respetables y honorables organizaciones sindicales. Explícitamente expreso arrepentimiento.”
No debe ser fácil para usted arrepentirse…
Para mí eso no es ningún problema. Por eso he vivido 36 años muy bien con mi esposa y nunca he tenido una pelea con mis hijos, porque sé cuándo yerro. No tengo orgullos absurdos, ni por formación ni por carácter.
¿Y dónde queda el carácter?
Fui profesor desde los 20 años de edad en la Universidad Autónoma Latinoamericana, historia de las ideas políticas. Una de las cosas que más me encantaba es que encontraran debilidades argumentativas o yerros del conocimiento de hechos históricos. La única manera de avanzar es corregir.
¿Es fácil, entonces, calumniar para después arrepentirse?
Como columnista no soy calumniador de ninguna manera, lo que pasa es que entiendo cuando una situación se convierte en un grave problema, no solamente para quien fue mencionado sino para mí mismo, y actúo en consecuencia.
Obviamente también tiene que salvar la credencial…
Igualmente, claro.
¿Y sobre el lío con Néstor Morales, también hay arrepentimiento?
Me le emberraqué por Twitter y le dije unas barbaridades. Yo tenía una pelea con él porque es sumamente injusto conmigo, y ese día tenía la cabeza caliente y le dije unas cuantas locuras que fueron recogidas.
¿Se ha tratado la cabeza caliente?
A mí casi no me ocurre eso. Creo que estaba acompañado con alguien con cabeza más caliente.
Navas Talero y el éxito político a los 72 años
(26 de marzo) A Germán Navas Talero, el más votado de los representantes por el Polo Democrático -45 mil sufragios- hay que llamarlo después de las 9 de la mañana, porque piensa como su papa: “Yo no tengo gallinas en el patio, no tengo vacas para ordeñar, no tengo matas para regar; que madruguen los de afuera que yo tengo aquí mi desayuno en mi cama”.
Por fortuna, Navas tiene puesto de congresista, donde no se madruga ni se trabaja mucho.
-No señor, aclara de inmediato.
“Es un trabajo aparentemente descansado si usted quiere tomarlo como tal, pero si quiere ayudar a cambiar el país, la cosa es distinta. Nosotros hemos probado, además, que se puede hacer política sin comprar votos, sin ofrecer puestos, sin conseguir becas”.
Le recuerdo a Navas un pecado grave, suyo y del senador Robledo: apoyar, antes y después de la caída, a Samuel Moreno Rojas, quien saqueó Bogotá.
“Es el amigo, no el enemigo el que engaña. A usted lo puede engañar en materia de fidelidad su esposa, no su enemiga. Nos engañaron, aceptamos que nos engañaron. Es de los seres humanos caer por ingenuos y otros engañados. No voy a hacer juicios de nadie. Ojalá la justicia les dé lo que se merecen. En lo que me atañe, yo no cargo responsabilidades de otros, enfrento las mías”.
Navas Talero, que hacía un programa de asesorías jurídicas en televisión, acompañado por jóvenes y piernilargas asistentes, considera que su prolongada juventud se debe a que siempre ha hecho lo que ha querido:
“No me he privado de nada, me gusta reírme, me gusta hacer bromas. Nada me causa remordiamientos. Nunca he hecho mal a nadie, no he faltado a mis obligaciones. He ejercido la política y antes el periodismo, hace 43 años dicto clases”.
Sus dos nietos (uno de 12, el otro de 7 años) “son la razón de mi existencia, lo digo sin romanticismos ni nada, porque esos niños me cambiaron la vida. Cuando un niño cree en usted, sobre todo porque el padre de ellos murió, entonces yo soy el papá man y me siento feliz (papá man, le decía su hermano Mauricio, porque lo lograba pronunciar bien Ger-man).
Para quienes piensan que a los 72 ya es hora de preparar la mortaja, Navas Talero dice que apenas arranca en grande su carrera política.
Hoy por hoy, es la voz política más reconocida en Bogotá, la que defiende sus intereses.
Se caldea disputa por Bogotá
(25 de marzo) Los petristas creen que el presidente Santos les hará conejo, que rechazará la terna que le envíen esta semana y que dilatará la convocatoria de elecciones para buscar el reemplazo de Gustavo Petro. Santos, por su parte, se presentó en tono de candidato haciendo anuncios para mejorar la ciudad (el plan de choque, un billón de pesos para obras), con un alcalde encargado (Rafael Pardo) que más hacía de guardaespaldas. “Con ustedes el presidente, alcalde, candidato” trinó Felix de Bedout. “Pardo acaba de ser nombrado secretario de gobierno del alcalde Santos”.
Ricardo Bonilla y Jorge Rojas, secretarios de Petro, dijeron que están borrando el plan de desarrollo de la Bogotá Humana y Santos está haciendo campaña electoral en la ciudad, en procura de su reelección.
Sobre la terna, el senador Luis Carlos Avellaneda expresó que prefiere estar por fuera de ella por problemas de salud, tras un cáncer de próstata que le dejó estragos en su sistema inmunológico. Sugiere a De Roux, Navarro, Gloria Flórez. Sobre Guillermo Alfonso Jaramillo dice que está inhabilitado.
Carlos Vicente De Roux prefiere estar en la lista de quienes se disputen gobernar la ciudad por los siguientes 15 meses. Lamenta que el compromiso anunciado por el Presidente con la ciudad no se hubiese hecho con Petro (aportes al metro, crecimiento de Trasmilenio, etc). “Es claro el aprovechamiento electoral del presidente...”
Navarro guarda silencio y espera asumir el 20 de julio como senador.
El Ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, celebró que el Presidente hubiera terminado con la interinidad en la ciudad. “Cualquier decisión sería discutida a favor y en contra, como realmente ha ocurrido”.
Diferentes medios de prensa y observadores políticos piensan que Santos se dará sus mañas para mantener en el cargo al ministro Pardo, pero De Roux considera que “le quedará muy difícil hacerlo”.
En lo que todos están de acuerdo es que la oportunidad de estar frente a los destinos de la capital “le cae del cielo” al presidente-candidato.
