La puerta de la sala de reconocimiento de verdad de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) se abrió nuevamente. Esta vez, el turno es para los exsecuestrados políticos por parte de la desmovilizada guerrilla de las Farc. El lunes los magistrados de la JEP escucharon los relatos de Luis Eladio Pérez y Óscar Tulio Lizcano y este martes fue el turno para Sigifredo López, Alan Jara y el general (r) Luis Herlindo Mendieta.
Entre lágrimas, cada uno de los hombres, escoltados por sus familias, desenterraron los recuerdos de los años que estuvieron privados de la libertad en manos de la guerrilla. El general (r) Mendieta contó con detalle cómo vivió la dolorosa y dramática experiencia. Bromas en su contra, el recuerdo del peso de la cadena que le ponían en su cuello y cómo tuvo que aprender a caminar nuevamente fueron algunas de las duras experiencias.
El excandidato presidencial inició su relato trasladando a los allí presentes al año 1998 cuando trabajaba en Santa Marta. Fue en esta ciudad que recibió la noticia de su traslado a Mitú, Vaupés en el Suroriente del país. Eso fue el 16 de septiembre, el 17 ya estaba como comandante de una de las zonas más golpeadas del país en esa época.
Contó que cuando recibió el cargo, le explicaron que la situación era crítica y que en cualquier momento se presentaría una toma por parte del grupo armado extinto de las Farc, y así fue, el 1 de noviembre de 1998 la guerrilla llegó. Explicó que de ese día recuerda cómo las Farc llegaron hasta ellos hasta con cilindros y fusiles. Cuando los milicianos lo tenían en su poder él pensó que lo asesinarían, pero el calvario apenas comenzaba.
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De ahí lo llevaron para un río, les pusieron un cordel en el cuello, los pusieron en una fila india y empezó el recorrido río arriba. Luego de unas horas desembarcaron y los dejaron en una parte selvática a orillas del río. Pero no todos lo policías fueron secuestrados, Mendieta explicó que se enteró que uno de los policías se salvó porque se metió en una alberca, "duró allí cuatro días", dijo el general (r), otro uniformado corrió la misma suerte, pero en una alcantarilla, "duró ahí tres días, pero se logró salvar".
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Pero no todos se salvaron, "me enteré que 17 policías fallecieron, algunos quedaron incinerados. Hay otros que no aparecieron y me dijeron que los enterraron en fosas comunes", dijo Mendieta.
Inicia el cautiverio
Luego de pasar 15 días en la selva los llevaron a donde alias 'César', él pensó que les iban a dar un lugar digno para dormir pero no fue así, la cama eran plásticos que debían poner en el suelo. Fueron pasando los días y los meses, hasta que llegó la oportunidad de quedar en libertad. Se realizó un intercambio humanitario, la condición era que salían de la cárcel 14 integrantes de las Farc y a cambio liberaban a 28 militares, "soltaron a los que estaban más enfermos yo insistí para que soltaran a dos compañeros que estaban muy mal, pero por ser altos mandos los dejaron", explicó Mendieta."En total eran 45 miembros de la fuerza pública; entre oficiales, suboficiales y patrulleros, además de 16 auxiliares. En ese intercambio fueron llamando por nombres hasta que quedamos siete y a mi no me llamaron", expresó el general (r).Luego de la entrega, el grupo de siete emprendió una nueva caminata. Luis Herlindo creyó que los iban a asesinar ya que los guerrilleros que los trasportaban no llevaban víveres. Solo llevaban fusiles, pistolas y municiones. Pero el presentimiento no se hizo realidad, luego de pedirle a Dios por su vida, 'el alma le volvió al cuerpo' cuando en la noche vieron otra jaula.