
En una alocución televisada este martes, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, desató una nueva tormenta política y diplomática tras lanzar duras acusaciones contra el empresario español Joseba Grajales, presidente del Grupo Keralty, conglomerado que controla la EPS Sanitas. Petro no se limitó a cuestionar su papel en el sistema de salud colombiano: lo tildó directamente de "criminal" y advirtió que hablará del asunto con el rey de España.
"Se llevaron el billete (...) y se robaron la plata que nosotros mismos hicimos. Crimen, crimen porque mata colombianos y mata niños en masa en Colombia. Es un crimen de lesa humanidad", expresó el mandatario durante su intervención, señalando a Keralty de ser responsable de un “robo sistemático” de recursos públicos que, según él, supera los 100 billones de pesos (unos 25.000 millones de dólares).
La acusación del jefe de Estado tiene un tono inédito en la historia reciente del país. No solo acusa a una empresa privada de apropiación indebida de recursos del sistema de salud, sino que va más allá al asegurar que se trata de un "crimen de lesa humanidad", una figura penal reservada normalmente para violaciones graves a los derechos humanos.
Petro también insinuó que el Grupo Keralty habría financiado campañas políticas en Colombia, algo que es ilegal para empresas con capital extranjero, aunque no presentó pruebas concretas durante su intervención. "El dueño de Keralty es un criminal en Colombia y debe irse", enfatizó.
Implicaciones diplomáticas
Lo más llamativo del discurso fue el anuncio del presidente Petro de que conversará con el rey de España sobre el tema. Aunque no mencionó explícitamente a Joseba Grajales por su nombre, el mandatario hizo referencia al empresario como alguien que "vive en Madrid o en el País Vasco".
"Menos mal me reciben todavía con abrazos y besos. Yo soy republicano", dijo Petro en tono irónico, reconociendo la complejidad que puede acarrear plantear este tipo de acusaciones en un foro diplomático de alto nivel.
Estas declaraciones elevan las tensiones bilaterales, especialmente en un momento en que las relaciones entre Colombia y España se han mantenido relativamente estables, pese a los cambios de gobierno en ambos países. La Embajada de España en Colombia no ha emitido aún una respuesta oficial, pero fuentes diplomáticas señalan preocupación por el tono usado por el mandatario.
Sanitas: una EPS en el ojo del huracán
Sanitas, con cerca de 5,7 millones de afiliados en Colombia, fue intervenida por el Gobierno el pasado 2 de abril de 2024, bajo el argumento de problemas financieros y presunta mala administración. No obstante, la medida fue revertida por la Corte Constitucional el 26 de junio, generando un revés judicial para el Ejecutivo y reactivando el debate sobre el manejo del sistema de salud.
Petro defendió enérgicamente las intervenciones realizadas a varias EPS, asegurando que tras la acción del Estado "la deuda de esas entidades con los hospitales ha disminuido". Según el presidente, el verdadero problema radica en el modelo mismo, que favorece el lucro privado con recursos públicos.
"Otra vez somos colonia"
En uno de los pasajes más ideológicos de su discurso, Petro comparó la situación actual con la época colonial, afirmando que Colombia ha sido convertida en una colonia moderna, no de los españoles esta vez, sino del capital transnacional.
"Otra vez somos colonia. Nos cogieron de colonia y nos toca hacer de nuevo la Independencia", sentenció, en un tono que evocó su narrativa tradicional de ruptura con los poderes económicos y políticos que considera responsables de la desigualdad en el país.
¿Discurso político o fundamento legal?
Las declaraciones del presidente han generado múltiples reacciones. Mientras sectores afines al Gobierno aplauden lo que consideran una "valiente denuncia contra la corrupción transnacional", líderes de oposición han acusado a Petro de irresponsabilidad institucional y de poner en riesgo la estabilidad de las relaciones exteriores y del sistema de salud.
Por ahora, ni Joseba Grajales ni el Grupo Keralty han emitido declaraciones públicas. En medio del escándalo, lo cierto es que el país vuelve a quedar dividido entre quienes ven a Petro como un líder que combate la corrupción sin concesiones y quienes lo perciben como un mandatario que politiza la crisis para distraer la atención de sus propias falencias en el manejo del sistema de salud.