No ha sido pocas las críticas recibidas por Gustavo Petro a propósito del remezón ministerial que comenzó en la noche del martes y terminó en la tarde del miércoles con los nuevos nombramientos.
El enroque de Petro para el Ministerio de Hacienda fue José Antonio Ocampo por Ricardo Bonilla. Este cambio es uno de los que más preocupación han provocado en la opinión pública, por las garantías de estabilidad que aportaba Ocampo
Sin embargo, Petro defendió el nombramiento de su nuevo ministro y destacó algunos logros:
Con Ricardo Bonilla logramos superávit fiscal y mejorar las calificaciones de riesgo de Bogotá en mi alcaldía. Nada diferente sucederá en Colombia. El Banco de la República seguirá independiente.
¿Quién es Ricardo Bonilla, nuevo Ministro de Hacienda?
Con la aceptación de la renuncia de Ocampo, entra en la dirección del ministerio Ricardo Bonilla, quien sería uno de los hombres cercanos a Petro durante su gestión en la Alcaldía de Bogotá.
Bonilla fue el exsecretario de Hacienda de la alcaldía de la capital del país durante la administración de Petro, quien ahora reemplazará a Ocampo en una de las carteras más trascendentales para los próximos meses en Colombia en materia inflacionaria, de inversión y de cara a una posible recesión económica que ya estaba advertida para este año.
El nuevo ministro de Hacienda hasta la fecha se desempeñó como presidente de Findeter, quien cuenta con estudios de economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, tiene una especialización en Empresas Multinacionales Latinoamericanas y Andinas de la Escuela Empresarial Andina además está en proceso de candidatura para obtener el Doctorado en Ciencias Económicas de la Universidad de Rennes.
Se ha desempeñado ampliamente en las labores académicas siendo director del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional, y como miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas (ACCE).
Revolcón ministerial de Gustavo Petro:
La petición de renuncia protocolaria de Gustavo Petro a sus ministros, que muchos han calificado como algo sin precedentes (por lo menos temprano en el gobierno), es en realidad la continuación del pulso político entre el presidente y las cabezas de los partidos tradicionales: César Gaviria en los liberales, Dilian Francisca Toro desde la U y Efraín Cepeda en los conservadores.
Se dice que en esta arena, mientras el presidente Petro se juega la viabilidad de sus reformas y el poder frente a los partidos, estos a sus vez se juegan sus cabezas ya que, en caso de ser derrotados, significaría que tienen poca o nula incidencia en las decisiones reales de su partido. El verdadero meollo del asunto es que para aplicar la ley de bancadas tiene que haber un proceso democrático de las mismas; proceso que según los representantes liberales no hubo en ningún momento.
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Más allá de eso, es claro que efectivamente el presidente Petro ha logrado su objetivo de demostrar poder. Siendo importante destacar que la petición de renuncia protocolaria no es algo nuevo en los gobiernos, al ser una figura usada para brindar a los mandatarios la posibilidad de reorganizar su equipo de trabajo en caso de quererlo. Lo raro es el corto tiempo que demoró Petro en solicitarlas, en plena puja con partidos que de hecho tienen participación en el actual gabinete.